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Para evitar colapso de la pesca, expertos proponen crear áreas marinas protegidas

El plan ya fue presentado a las autoridades y cuenta con el respaldo de técnicos internacionales
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05 de agosto de 2019 a las 05:00

Peces como la merluza, la pescadilla o la corvina están con riesgos de extinción por la sobreexplotación. Hay ecosistemas seriamente dañados por la pesca de arrastre de fondo. Eso ocurre a millas de la costa. Uruguay incumple con tratados internacionales de conservación de zonas marinas. En ese escenario, biólogos y especialistas locales, con respaldo de expertos internacionales presentaron al gobierno un proyecto para crear áreas marinas protegidas.

Días atrás, la organización Océanosanos desarrolló una conferencia sobre conservación, conciencia y uso sostenible de los océanos con la participación de invitados internacionales. El foro fue el preámbulo a la presentación ante las autoridades de un plan sobre la creación de un sistema de reservas a 200 kilómetros de la costa en un área ubicada entre Maldonado y Rocha. El biólogo Rodrigo García, director ejecutivo de la Organización de Conservación de Cetáceos e integrante de Océanosanos, fue quien presentó la semana pasada el proyecto al director nacional de Medioambiente, Alejandro Nario.

En diálogo con El Observador, García explicó que en Uruguay hay una sobreexplotación  de algunas especies como la merluza, la corvina o la pescadilla. “Eso ocurre porque se ha pescado más allá de la capacidad que tienen de reproducción”, dijo. “Eso lleva a que estén a un paso de estar críticamente amenazadas; son especies que están al borde del colapso”, advirtió.

Pero además esas especies se obtienen con la pesca de arrastre de fondo, que también genera otros perjuicios. “Con ella se destruyen arrecifes de coral y de profundidad; el coral es el hábitat ideal para que innumerables especies se reproduzcan y alimenten”, expuso. Entonces se genera que el país tenga “uno de los ecosistemas más frágiles y más críticos para la conservación”, sostuvo. García indicó que los corales son considerados los seres más antiguos del planeta y se estima que en aguas locales hay algunos que tienen más de 6 mil años.

Las áreas  marinas protegidas no tienen como objetivo prohibir la pesca. “El concepto importante para transmitir es que la idea no es que se pesque menos; es que haya zonas donde no se haga nunca, pero en áreas cercanas sí”, señaló. Para evitar la actividad en zonas no permitidas se debe contar con personal abocado a tareas de contralor. “Tiene que ser un trabajo de monitoreo y fiscalización efectivo, la idea es que haya un sistema de alerta satelital. Hay mucha tecnología en otros países para hacerlo”, afirmó.

El experto recordó que la industria pesquera local está en crisis y la creación de esas zonas generaría una mejora. “La pesca es la primera que se recupera, está demostrado por muchos estudios científicos. En otros países, los pescadores están consiguiendo especies que no veían hace 30 años”, agregó.

Además de los beneficios que se podrían generar con las áreas protegidas a nivel local hay también aspectos internacionales que para García deben tomarse en cuenta. “Uruguay está incumpliendo acuerdos internacionales muy importantes de conservación; el país se comprometió en el Convenio sobre la Diversidad Biológica de las Naciones Unidas a que en 2020 tendrá el 10% de sus aguas jurisdiccionales bajo protección”, señaló. Sin embargo, un año antes solamente protege un 1%. La situación podría ser más compleja aún a fin de año cuando en una conferencia del organismo se establezca un nuevo criterio de áreas conservadas y pase a ser de 30%.

Sobre fines del año pasado cuando el proyecto comenzaba a cobrar forma, integrantes de Océanosanos y de la Organización de Conservación de Cetáceos mantuvieron contactos con las cámaras pesqueras locales. “Se les explicó que con las reservas marinas podrían volver a pescar lo que no consiguen hace 20 años y lo vieron con muy buenos ojos”, indicó el experto.

Ahora, el proyecto entra en su etapa más crucial: conseguir financiamiento. García se encuentra en Chile para participar de un foro donde se presentan unas 60 organizaciones internacionales de conservación marina. Allí presentará la idea e intentará captar interesados. “Si el proyecto se puede concretar despegaría a Uruguay de un estado de latencia total en cuanto a conservación marina; eso regionalmente es una vergüenza y también es negativo frente a las Naciones Unidas”, expresó.

A su vez, mencionó que la Dinama se mostró interesada en la concreción del emprendimiento. Ahora pasará por una serie de evaluaciones mientras paralelamente se busca el capital necesario.

García estimó que si el proyecto se pone en marcha, dentro de cinco años ya se podrán observar indicadores claros de recuperación de recursos pesqueros.

 

  

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