Gustavo Petro

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Petro renovó las cúpulas militar y policial con el foco en "el respeto a los derechos humanos"

La decisión apunta a consolidar el relanzamiento de los diálogos de paz con la guerrilla del ELN y, según anunció el gobierno, es el inicio de una profunda reforma en Defensa y Seguridad
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15 de agosto de 2022 a las 20:15

Conforme a las reformas prometidas durante la campaña electoral, en un pronunciamiento que sin embargo fue para algunos medios locales “sorpresivo”, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, renovó en las últimas horas las cúpulas militar y policial, a la que les encargó "el incremento sustancial del respeto a los derechos humanos y las libertades ciudadanas".

El primer dirigente de izquierda en llegar al poder en Colombia comenzó de esta forma una profunda reforma de ambas fuerzas, duramente cuestionadas por los excesos cometidos en los operativos contra los grupos armados que operan en el país, por la represión de las protestas antigubernamentales del año pasado y las violaciones a los derechos humanos de civiles que surgen de la investigaciones judiciales sobre lo que se conoce como “falsos positivos”.

Petro designó como comandante de las Fuerzas Armadas al general Helder Fernán Giraldo, un militar de 55 años que estuvo encargado de las operaciones en la violenta frontera de 2.200 kilómetros que Colombia comparte con Venezuela. Como jefe del Ejército quedó el general Luis Mauricio Ospina, al frente de la Fuerza Aérea asumió el general Luis Carlos Córdoba y al mando de la Armada el vicealmirante Francisco Hernando Cubides. Por su parte, el general Henry Armando Sanabria dirigirá la Policía.

Petro anunció los cambios en presencia del ministro de Defensa, Iván Velásquez, quien semanas atrás ya se había pronunciado sobre el tema, ocasión en la que deslizó el inminente recambio y ratificó que la política de “cero corrupción y respeto por los derechos humanos, será la principal bandera de la nueva comandancia”.

Los nombramientos se dan luego del repunte de la violencia que trajo al país la decisión del ahora expresidente y antecesor de Petro, Iván Duque, de suspender los acuerdos de paz iniciados en 2016 con las autodisueltas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y de cortar unilateralmente el diálogo con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), proceso de relanzó el nuevo gobierno y que tendrá como escenario Cuba con la medición de la Iglesia Católica colombiana, observadores internacionales y el gobierno de Noruega.

La nueva cúpula tendrá como prioridades "la disminución de la violencia, la criminalidad. Y el incremento sustancial del respeto a los derechos humanos y a las libertades ciudadanas", dijo Petro. "En esta toma de decisiones siempre hay grados de injusticia, no voy a decir que son decisiones perfectas", admitió en conferencia de prensa al ser cuestionado sobre la salida masiva de generales de mayor antigüedad.

Durante la campaña, Petro acusó a los miembros de la antigua cúpula militar de estar aliados con el Clan del Golfo, la mayor banda narco del país. En respuesta, el entonces comandante del Ejército, el general Eduardo Zapateiro, lo increpó públicamente en una inusual intervención, ya que la Constitución del país prohíbe a la fuerza armadas participar en el debate político. "Estamos ante un cambio, cambió el gobierno, cambian las estrategias", expresó el mandatario, quien aseguró que los nuevos jefes militares muestran "cero corrupción, cero violación de derechos fundamentales, por lo menos a través de la información que obtuvimos", agregó.

Petro, quien a lo largo de su carrera siempre mantuvo una tensa relación con las Fuerzas Armadas y los sectores políticos de la derecha conservadora y liberal del país por su participación en la guerrilla del M-19, calificó en abril de este año como un "crimen de guerra" un operativo militar contra presuntos guerrilleros en la frontera con Ecuador en el que murieron 11 personas, varias de ellas civiles. Además, como diputado también criticó la represión policial durante las protestas del año pasado, en las que 28 personas murieron a manos de la fuerza pública, según la ONU.

Una de sus promesas de campaña que según los medios locales podría concretarse en los próximos días con la asunción de las nuevas cúpulas militar y policial es la transformación, o incluso la eliminación, del escuadrón antidisturbios involucrado en muchos de los abusos y violaciones a los derechos humanos denunciados, como así también el pase de la policía desde el área de Defensa a un "ministerio especial" de paz, convivencia y seguridad.

De acuerdo a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), creada a partir del acuerdo con las FARC y encargada de llevar justicia a las víctimas del conflicto armado, al menos 6.402 civiles fueron asesinados a manos del Ejército para hacerlos pasar por guerrilleros abatidos entre 2002 y 2008, en lo que se conoce como “falsos positivos”.

"Ese criterio de ascensos medido por bajas que generó tal desastre hace unos años tiene que cambiar. Que el ascenso sea medido al contrario: porque se impidió la masacre, se impidió la muerte del líder social", afirmó Petro durante el acto de asunción de los nuevos jefes militares y policiales.

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