Fútbol > FINAL DEL INTERMEDIO

Liverpool y el secreto de la pelota: la fórmula de Pezzolano para cambiar la historia

Los negriazules construyeron el éxito surcando las aguas de la AUF con un juego exquisito que expone a los hinchas al límite de las emociones y quiere romper un molde
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09 de septiembre de 2019 a las 05:04

En tiempos en los que las comparaciones son cada vez más recurrentes en el deporte, y el punto de referencia ineludible en el fútbol uruguayo es la selección de Óscar Washington Tabárez, después del título de este domingo y tras el gran Torneo Intermedio que realizó, este equipo que dirige Paulo Pezzolano parece empecinado en porfiar un estilo defensivo y con escasa apuesta al juego con pelota al piso, dinámico y ofensivo, que está arraigado en el fútbol uruguayo.

Hace 18 años, Juan Ramón Carrasco intentó empezar a romper ese molde. Apenas pudo fisurarlo cuando con su particular estilo trascendió fronteras, pero no consiguió éxitos que lo sostuvieran en el tiempo y pudiera llegar a cambiar la matriz.

Las cadenas internacionales hablaron del fútbol de JR, y sus histriónicas charlas recorrieron el mundo, como cuando aquella noche previo a un partido de Copa reunió a los jugadores de River Plate y les habló del pasto, la vaca y la pelota, en una fábula a que utilizó como arenga para animar a sus futbolistas a desarrollar esa propuesta diferente y trasgresora para la AUF.

Esa escena fue recreada por el entrenador en una visita a El Observador, que se puede ver en este video.

Carrasco trascendió con Fénix y con River, lo que se transforma en un gran mérito para un innovador. Sin embargo, no mantuvo una regularidad y títulos que le permitieran pararse en un lugar como para arrogarse la condición de haber sido capaz de cambiar los conceptos futbolísticos de la historia de la AUF, que están asociados a un estilo de disciplina táctica, con una particular vocación defensiva y agresividad en la marca, en donde se valora más un fuerte tranque que una pared o una combinación ofensiva que genere una situación de gol.  

De todas formas, fue un pionero. Esa condición no se la podrá quitar nada ni nadie. Pero no fue más que eso, porque nunca pudo mantenerlo en el tiempo con títulos, ni en Nacional, con quien fue campeón. Un asterisco para aquella consagración: el título lo sostuvieron el gerente deportivo Daniel Enriquez y el presidente Ricardo Alarcón, que metieron mano en el final de la temporada, y cerraron las puertas de Los Céspedes cuando el equipo se desmoronaba, para que el club se llevara el Campeonato Uruguayo.  

Después, bajo esa nueva tendencia que marcó JR, Diego Aguirre estableció refinadas formas, pero su escaso recorrido en el fútbol uruguayo, que tuvo la ventaja de la caja de resonancia de Peñarol y que le permitió ser reconocido como mejor entrenador del fútbol uruguayo. No obstante, no le permitió terminar de consolidar un estilo. Su partida al exterior tras aceptar un tentador contrato en Catar en plena temporada con los aurinegros cuando tenía vínculo vigente, dejó inconcluso algo que podría haber marcado una época.

Desde hace tres años, primero con Torque y desde 2018 con Liverpool, Paulo Pezzolano –quien fue un exquisito futbolista– quiere llevar al campo de juego con sus equipos algo de lo que solía expresar con la pelota en los pies, y quiere transformarse en el nuevo promotor de aquella revolución que inició JR y que nadie aún pudo perpetuar.

Este domingo, Pezzolano se encargó de ponerle la cocarda a esa fórmula de fútbol en la que las 11 piezas del equipo, incluido el golero, son capaces de darle una armonía al juego y hacer del fútbol un espectáculo que combina belleza, equilibrio y profundidad. 

Con el título del Intermedio y una efectividad del 86% de los puntos conseguidos en las siete fechas de la fase de grupos del torneo, Liverpool intenta imponer nuevas formas. Las mismas que otros tantos cultores no pudieron consagrar, como Guillermo Almada en River Plate, Alejandro Apud en Boston River, Marcelo Méndez en Progreso, Gustavo Munúa en Nacional, Alfredo Arias en Wanderers, Román Cuello en Wanderers y el argentino Pablo Marini, quien se fue al descenso con Torque.

El argentino Óscar Ustari, el golero que con el penal que atajó en el Franzini le dio el título a Liverpool, se encargó de explicar con una claridad impropia para un futbolista la fórmula de Pezzolano y el secreto del éxito de Liverpool con la pelota, más allá de la exposición que le dio la televisión en estos días.

El golero aceptó a los 33 años y en vigencia deportiva el reto de bajar al fútbol uruguayo después de jugar en Argentina y en Europa porque le gusta jugar con los pies y ser el primero de los 11 jugadores de ataque de su equipo.  “Siempre fui detallista en eso de practicar con los pies. Traté de manejar los dos perfiles. Me meto en los espacios reducidos para ser una opción. Por esa razón, el estilo que tiene Paulo (Pezzolano) para jugar me convenció a venir (a Uruguay) porque me iba a sentir parte importante desde el juego”, explicó en una entrevista en la Caja Negra de TV Ciudad. 

Luego profundizó en más detalles y dijo sobre la propuesta de Liverpool campeón que no cambian el libreto futbolístico así hayan cometido un error defensivo que pudo generar un gol o una situación para el rival. “Porque es la forma en que trabajamos. Nosotros no tenemos otra forma de trabajar. Somos protagonistas con el balón en el pie. ¿Si es difícil sostener esa propuesta? Sí, lo es porque se escucha a la gente, se escucha el rumor de la tribuna. Porque en las canchas chicas escuchás cuando dicen que los riesgos no son necesarios. Sin embargo, si uno analiza con tranquilidad y con sentido común la forma de juego que tenemos, lo que llevó a Liverpool a esta situación fue la forma en que juega. Porque nada es improvisado. Porque todo se trabaja. Porque juegue quien juegue, cuando le toca entrar, sabe lo que debe hacer. Porque lo trabajamos a diario. A veces cambian los jugadores pero sale exactamente igual porque hay un trabajo en el medio y hay una credibilidad en el plantel que nos hace actuar de esa forma dentro de la cancha, y nos hace jugar con una tranquilidad que en el momento, cuando lo más fácil es tirarla para arriba, para nosotros es la última opción”.

Ese es el secreto de la pelota de este Liverpool que, con Pezzolano, intenta establecer con éxitos y títulos una nueva forma de jugar.

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