José Luis Palma, presidente de Liverpool

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Palma: el juego bonito, el proyecto de Liverpool y su desencanto con la AUF

El presidente analizó sus 19 años en el club y dijo que piensa seguir hasta que tenga ganas
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26 de agosto de 2019 a las 05:01

En enero 2001, llegó a la presidencia de Liverpool en plena crisis del club. Tuvo que afrontar una deuda de US$ 500.000 para iniciar el Uruguayo de la vieja divisional B. Jamás había sido dirigente y tuvo que abrirse camino, como pudo, en un mundo desconocido. Casi 19 años después, con un club consolidado y con un ambicioso proyecto de futuro, a partir de su complejo deportivo para juveniles, hace una pausa para hablar mano a mano con Referí sobre todos los temas y con la profundidad que suele hacerlo.

Si llega un extranjero a Uruguay y le pregunta cómo funciona Liverpool, ¿cómo se lo explicaría?

Si me apura en un concepto, le diría: Liverpool es una fábrica de jugadores. Esa es una definición de sobrevivencia, que se la explico de esta forma: que sirve para dar cumplimiento a algo más importante, como la historia de un club que va a cumplir 105 años y que debe respetar a su gente. No en vano, en estos países los equipos de fútbol son prácticamente eternos. Los clubes descienden, dejan de participar y años después reviven. Para eso que le estoy expresando, hay una explicación que es un conjunto de almas reunidas en una especie de religión que hace que las instituciones, frente a cualquier adversidad, sobreviva, de una forma u otra.

Siendo un poco más profundo, por qué digo que es una fábrica de jugadores. Porque el fútbol cambio, está todo más mercantilizado y el presupuesto de un equipo de Primera división hay que atenderlo con una gestión empresarial. Hace 50 años los clubes no tenían deudas; no existía el salario mínimo como sucede hoy, en donde cobran un mínimo nominal de unos $ 45.000; no existía la televisación, y jugar contra Peñarol y Nacional de locales en el Estadio Centenario, significaba una recaudación que permitía cubrir la mitad de presupuesto anual, con 40.000 entradas vendidas en cada partido. Hoy el fútbol requiere una mayor profesionalización en todas las áreas, especialmente en lo que se refiere al gerenciamiento y a la administración. Hay que tener mucho cuidado que la pasión no le haga una zancadilla a la gestión. Por esa razón, y esa es una de las fortalezas de nuestro club, tenemos una obsesión por el cumplimiento de todas las normas, en todos los órdenes, y especialmente en las obligaciones con el Estado. ¿Sabe que Liverpool tiene certificado de DGI al día? ¿También el de BPS? ¿Qué tiene cuentas corrientes en el BROU y en banco Santander? ¿Sabe que Liverpool es un club que tiene todo a su nombre, que no tiene embargos, que no tiene hipotecas ni deudas? ¿Sabía todo eso? Eso es Liverpool en estos días. También que en los últimos 20 años solo tuvo dos reclamaciones, una de un jugador (en 2005) y una de un entrenador (en 2013), y en ambos casos los tribunales le dieron la razón a Liverpool, que no fue condenado en nada.

En todo este proceso de casi 19 años de gestión como presidente, ¿en ningún momento le traicionó el hincha? ¿Nunca lo traicionó el hincha que está dentro suyo?

A veces uno se permite alguna licencia…

¿Cuándo?

El año que descendimos (en 2014). En ese plantel estaba De Amores, el Flaco Lamas, Bonjour, Ravecca, Peña, Filgueiras, Moreno y Fabianesi, Tito Ferro, Freitas, Chevantón, Pezzolano, Rodrigo Aguirre…

¡Unos nombres bárbaros!

¡Exacto! ¿Me entiende? ¿Y sabe qué sucedió? Como castigo, cuando el hincha dominó al administrador, nos fuimos a Segunda división.

José Luis Palma, presidente de Liverpool

¿No se olvida más de eso? ¿Cada vez que firma un contrato se acuerda de ese día?

Por supuesto. Fue un paso atrás, un golpe muy duro, pero también debo decirle que a los dos meses estábamos firmando la escritura de compra del predio de La República, que era un predio de una vieja explotación de árboles citrícolas abandonados, que pretende ser el futuro del club y la gran apuesta para nuestro segundo centenario, que nos mantendré vigentes y libres. Pusimos mucho cariño en ese proyecto, y si va lento es porque queremos que cumpla con nuestros sueños. Nos tomamos nuestro tiempo para decidir que ese era el lugar (un predio de 16 hectáreas próximo a la ruta 1 a 20 kilómetros de Montevideo que compraron por US$ 350.000) para construir La República de Liverpool, porque nos aseguramos que hubiera agua buena y abundante, porque no es posible un complejo de canchas con poca agua. ¿Usted saber que todas las canchas se riegan automáticamente y que en pleno verano podemos regarlas todos los días las 10 canchas?

Ahora, en ese predio falta lo más costoso, la parte edilicia donde se construirá la ciudad deportiva donde se concentrarán todas las instalaciones para juveniles y plantel principal. Alojaremos a 50 jugadores, tendrá gimnasio, piscina, canchas de sintético para espacios reducidos, utilería. Necesitamos una inversión de no menos de US$ 3.000.000. Sabemos hacia dónde vamos y no nos vamos a endeudar. Haremos el mejor complejo. Habrá que esperar a que Nicolás de la Cruz siga siendo figura en River, porque tenemos el 70% de su ficha. Ese será un salto importante, porque tenemos a otros jugadores que son realidades de hoy, y todo lo que viene detrás y no quiero nombrar porque me voy a olvidar de alguno.

“Liverpool está enfocado en desarrollar una filosofía futbolística moderna, que la tuvo el club en algunos pasajes a lo largo de su historia con grandes jugadores y entrenadores, con un estilo de buen juego. Ahora el fútbol ha cambiado, y eso que se pudo ver en distintos pasajes de la historia, hoy se impone como regla para tener una visión empresarial, para asegurarnos los ingresos que permitan mantener con dignidad y crecimiento la institución. Tenemos que formar jugadores de valor”

¿Cuál es el plazo que se estableció para dejar pronta La República de Liverpool?

Ninguno.

¿A Pezzolano le dio la llave para manejar el fútbol de Liverpool desde primera hasta captación?

Exactamente, es una apuesta. Liverpool está enfocado en desarrollar una filosofía futbolística moderna, que la tuvo el club en algunos pasajes a lo largo de su historia con grandes jugadores y entrenadores, con un estilo de buen juego. Ahora el fútbol ha cambiado, y eso que se pudo ver en distintos pasajes de la historia, hoy se impone como regla para tener una visión empresarial, para asegurarnos los ingresos que permitan mantener con dignidad y crecimiento la institución, tenemos que formar jugadores de valor. ¿Cuál es el valor? Un equipo que juega bien al fútbol, más allá de que pueda o no ser campeón, tendrá más posibilidades de vender mejor a sus jugadores que un equipo que juega priorizando la marca o el juego fuerte. Hay muchos ejemplos, y le puedo citar un par de equipos que no fueron campeones pero facturaron muchísimo: el Fénix de Carrasco en 2003, y el River de Almada y Carrasco. Con esto no quiero decir que no quiera ser campeón, interpréteme bien: quiero ser campeón, pero no a cualquier precio. Hay que asegurar el futuro, y para ello debo tener ingresos por venta de jugadores para cubrir el déficit que genera mensualmente el club. Hoy Liverpool es el equipo más goleador de la temporada. No estamos peleando el campeonato, estamos a cinco puntos del primero en la Anual, y somos el más goleador. Eso hace que haya ofertas e interés por Juan Ignacio Ramírez y Federico Martínez, nuestros goleadores. Capaz que podíamos estar con cinco puntos más, pero sin goleadores y haciendo menos goles. Quizás, desde el punto de vista de pelear un campeonato, sería mejor eso, pero desde la estabilidad económica es mucho mejor que hoy haya interés por dos jugadores nuestros en el ámbito internacional.

La República de Liverpool

Cómo se inspiró para llegar a este modelo de fútbol, que por como lo presenta parece el plan perfecto. Por lo que manifestó, interpreto que estudió los exitosos procesos de Fénix y River, y los volcó a su club. Como si estuviera al frente de una producción de algo, ¿buscó enfocarse en lo que vende y busca el consumidor?

Son datos de la realidad. No imitamos a nadie. Liverpool es un club de fútbol, y aquí uno no administra una empresa. Si bien uno la administra como una empresa, no es una empresa. Es un club de fútbol, que es de los socios, que son hinchas y que tienen pasiones. En ese contexto hay que buscar un equilibrio y ese es el gran desafío. De nada serviría tener balances positivos y permanecer en Segunda, o no aportar jugadores a las selecciones. Ese es el equilibrio que buscamos desde el primer día. Por eso no he tomado ningún modelo, mis comentarios fueron solo como ejemplo de jugadores que fueron codiciados por el mercado.

(Lo tildaron de autoritario a la hora de manejar el club) Sí. Y no lo negué. No me molesta. Quien dice eso, dice la verdad. Es la forma en que entiendo debo manejar a Liverpool. Pero entendámonos bien, y le pido que quede bien claro esto: fui votado 10 veces, por tanto lo podemos interpretar como una dictadura democrática, ¿verdad?”

Está bien, lo entiendo. Pero también creo que a todos nos inspira algo en la vida. ¿Por qué no se puedo inspirar en este modelo circunstancial, porque no se mantuvo en el tiempo, de Fénix y River?

No me inspiré en esto. Aprendí de los errores que cometimos y como el socio de Liverpool tuvo paciencia y me dio tantos años de gobierno, pude tener tiempo para equivocarme y corregir errores cometidos en el pasado. Los procesos en los clubes de fútbol son largos, porque se trata de incorporar cambios que demoran muchos años en dar frutos. Por ejemplo, usted hace una buena captación, de chicos de 11 a 13 años, y debe invertir durante siete u ocho años para que ver si llegan a Primera división. Si soy presidente por dos años, seguramente no tenga el mejor ánimo de apostar a largo plazo, porque esa plantita no la puedo seguir cuidando y no es lo mismo poder manejar procesos de largo aliento que en el fútbol son imprescindibles. Es imposible pensar que en dos, tres, cuatro o cinco años se puedan lograr objetivos de largo aliento. Uno capta, y llegan muy pocos a tener proceso de selección que es lo que más valoriza o la chance de brillar en Primera. Y por generación llega uno o dos, no más.

José Luis Palma, presidente de Liverpool

¿Cuáles fueron esos errores que lo marcaron y lo hicieron cambiar para recorrer el camino actual?

Primero, que entré en un mundo desconocido a pagar un derecho de piso importante. No tenía ninguna experiencia como dirigente. Quien llega a presidente de un club en Uruguay, estuvo en una comisión directiva, fue delegado en la AUF, o como mínimo integró una comisión en juveniles, y fue haciendo carrera. En mi caso, pasé de la tribuna a la presidencia, sin ninguna experiencia previa. Si bien soy socio desde 1960, nunca había ido a votar. Por tanto, el derecho de piso que pagué fue muy importante. Entiendo que mi mayor error fue involucrarme demasiado en los temas políticos de la AUF porque aporte mucha energía y no logré cambiar nada. Hoy estoy absolutamente decepcionado y pesimista, y por esa razón me dedico pura y exclusivamente a Liverpool. El fútbol uruguayo tiene un camino, y Liverpool el suyo. Si bien concurro a los congresos, porque sería una irresponsabilidad no participar, no lo hago con el ánimo de cambiar las cosas. Estoy enfocado en Liverpool.

¿Usted cree que no ayudó en los cambios que se produjeron en la AUF en los últimos años?

No. Creo que fue bastante ineficaz mi prédica; con muy pocos resultados.

¿Qué AUF hubiera querido? Una independiente, pero que fue muy dependiente de Tenfield en la era Figueredo; que quiso y no pudo ser independiente con Corbo y Bauzá, y que después pasó a ser dependiente de Lugano y Cía.”

¿Qué AUF imaginaba cuando invertía esa energía?

Una AUF que se manejara como lo intento hacer en Liverpool: como una empresa en la que hay que cuidar costos, mejorar ingresos, donde lo empresarial, jurídico y reglamentario no puede ser avasallado por lo político. Así se lo resumo en líneas generales, porque no quiero entrar en temas particulares de la AUF.

¿Qué AUF hubiera querido?

Una AUF independiente, que fue muy dependiente de Tenfield en la era Figueredo; que quiso y no pudo ser independiente con Corbo y Bauzá, y que después pasó a ser dependiente de Lugano y Cía..

¿Hasta cuándo piensa ser presidente?

Hasta que tenga ganas, y me confirmen los socios. Es una especie de cable a tierra y devolver a la sociedad algo que uno ama, como el club, brindando lo mejor que puede dar. Los hinchas de Liverpool están orgullosos con el trabajo que se hizo, pero no están felices porque quieren ser campeones. De todas formas, en estos últimos tiempos han cambiado las cosas, tomamos otra vez el sabor a las copas internacionales, ya no miramos la tabla del descenso y este año apuntamos a una de las dos copas, ojalá sea la Libertadores. Y, si la suerte no acompaña y Pezzollano sigue creciendo como hasta ahora, capaz que peleamos el Clausura.

La República de Liverpool

Desde afuera del club a usted lo tildaron de autoritario. ¿Escuchó alguna vez esa expresión?

Sí. Y no lo negué. No me molesta. Quien dice eso, dice la verdad. Es la forma en que entiendo debo manejar a Liverpool. Pero entendámonos bien, y le pido que quede bien claro esto: fui votado 10 veces, por tanto lo podemos interpretar como una dictadura democrática, ¿verdad? Además, ¿sabía usted que hubo lucha electoral el primer año (en 2001) y que a partir de la siguiente ya no hubo más? Y que llevamos 19 asambleas aprobando balances. Y le aseguro que no hubo más de 10 votos negativos en todo ese tiempo, y a cada asamblea van no menos de 100 socios, porque son numerosas y se desarrollan durante cuatro o cinco horas.

Por lo que expresó, su límite en el club no es un título, pero se lo debo preguntar: ¿Si sale campeón se va?

No. Sería muy lindo, como hincha es un sueño, pero no es mi gran objetivo aunque lo añore, sin obsesión. Si se tiene que dar, se dará pero sin afectar los cimientos y nuestro crecimiento. Hay que estar preparados para el éxito. Hoy Liverpool está para eso, por tanto, si llega bien y si no llega habrá que esperar.

¿Cuántos funcionarios tiene Liverpool?

Administrativos muy pocos. Liverpool no es nada burocrático. En las oficinas una sola persona. El resto, son cancheros, serenos, entrenadores, jugadores, sicólogos, médicos, nutricionistas, entrenadores de goleros, cocinera, etc., y entre todos hay unas 100 personas.

¿Cuál es el presupuesto del club?

Es muy alto. Aproximadamente US$ 200.000 mensuales. Son unos US$ 2.400.000 al año.

¿Cómo maneja el déficit?

Tenemos ingresos por concepto de televisión y alguna migaja que cae de la mesa de la AUF, las cuotas sociales son insignificantes y las recaudaciones son deficitarias, por tanto el déficit ronda US$ 130.000 o US$ 140.000 mensuales, y debemos vender unos US$ 1.800.000 en jugadores al año, y lo estamos consiguiendo.

¿Cuántos socios tiene Liverpool?

2.500.

¿Usted aceptaría que le pongan como nombre a La República José Luis Palma?

No. Liverpool es un club que sabiamente no le puso nombre a nada. ¿Sabe por qué es sabio eso? Porque siempre va a venir alguien mejor. Si le pusiéramos como nombre al nuestro complejo deportivo presidente Palma, va a venir uno mejor que yo y no le sacarían el nombre, y no sería justo.

Entonces, ¿no aceptaría que llevara su nombre a pesar de que lo soñó, lo proyectó y es su realizador?

No. Solo quiero dejar obras en Liverpool y nada más. Porque sabe que el patrimonio de Liverpool en inmuebles es de más de US$ 15.000.000 y todo está a nombre de Liverpool FC Asociación Civil.

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