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Por qué los mercados no entran en pánico por lo ocurrido en Italia (todavía)

Los inversionistas y los economistas perciben a Italia como una crisis inminente por su combinación tóxica de deuda gubernamental astronómica
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23 de agosto de 2019 a las 16:13

Por Jack Ewing y Amie Tsang, New York Times News Service

Un país con una de las cargas de deuda más atemorizantes del planeta está cayendo en un caos político. La reacción del mercado: encogerse de hombros.

A primera vista, no tiene sentido que la rentabilidad de los bonos italianos haya bajado después de que Matteo Salvini, el líder de la Liga, el partido populista de extrema derecha, provocó el colapso del gobierno italiano el martes.

Los inversionistas y los economistas perciben a Italia como una crisis inminente por su combinación tóxica de deuda gubernamental astronómica, política caótica y economía disfuncional. Nadie podría pensar que un colapso político haría que los participantes en los mercados estuvieran más ansiosos de prestarle dinero a Italia.

Sin embargo, al menos este miércoles, con Italia aún en el alboroto, el valor de la tasa de interés de los bonos italianos siguió disminuyendo, aunque hayan sido solo unas pocas centésimas de punto porcentual. Fue la señal de una leve confianza en que prestar dinero al gobierno ahora es una proposición menos riesgosa.

¿El próximo gobierno podría estar más a favor de los negocios?

Los inversionistas parecen pensar que cualquier gobierno será mejor que el revoltijo que se hizo pedazos esta semana, una coalición dispareja de la Liga de Salvini y el Movimiento Cinco Estrellas, un partido antisistema. El gobierno anterior amenazó con romper las reglas de presupuesto de la Unión Europea, intimó con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, y ha sido incapaz de levantar la tasa de crecimiento de Italia más allá del cero.

Algunos inversionistas tal vez están apostando a que el Movimiento Cinco Estrellas se deshará de los partidarios de Salvini y se unirá con el Partido Demócrata, de centro-izquierda. Por lo menos, se argumenta, sería menos probable que un gobierno de ese tipo hiciera que Italia dejara el euro para volver a la lira.

Otros inversionistas quizá le apuestan a que habrá nuevas elecciones, las cuales, según las encuestas, ganaría Salvini, quien formaría un gobierno populista en su retórica, pero pronegocios en sus políticas… o eso esperan los inversionistas.

Esto podría ser más bien una ilusión.

“Mucha gente percibe que cualquier cosa es mejor que el gobierno actual, incluso uno encabezado por un líder de la extrema derecha”, comentó Lorenzo Codongo, quien fue director general del Tesoro en Italia y ahora es consultor independiente. Sin embargo, Codongo señaló: “Creo que están subestimando los riesgos”.

También es posible que los inversionistas estén tan habituados al drama de Roma que simplemente menospreciaron los sucesos del último episodio de telerrealidad de Salvini. Puede ser que más bien se estén enfocando en la probabilidad de que el próximo mes el Banco Central Europeo anuncie nuevas medidas de estímulo que disminuirían aún más las tasas de interés de manera generalizada, incluso para la deuda italiana.

“Este tipo de incertidumbre y disoluciones de gobiernos no es algo desconocido para Italia”, señaló con un tono de subestimación Maria Demertzis, subdirectora de Bruegel, un centro de investigación en Bruselas. “Fue un matrimonio incómodo desde el principio; el hecho de que se haya disuelto no es ninguna sorpresa”.

¿Por qué a alguien fuera de Italia le debería importar la política italiana?

En una palabra: deuda.

La deuda del gobierno italiano equivale al 134% del PIB del país, una de las proporciones más altas en el mundo. Si los inversionistas llegaran a perder la confianza en la capacidad del gobierno para realizar los pagos de su deuda, el efecto en los mercados financieros de todo el mundo sería devastador.

“Un incumplimiento italiano sería un enorme tsunami en los mercados financieros”, comentó Lucrezia Reichlin, una profesora de economía de la Escuela de Negocios de Londres.

La deuda sería menos problemática si la economía italiana estuviera creciendo, pero no es el caso. El crecimiento económico en el segundo trimestre de este año fue cero. El gobierno actual ha agravado el problema de la deuda y ha inquietado más a los mercados al amenazar con un incremento al déficit, una violación a las reglas de la Unión Europea.

¿Cuáles son las probabilidades de que se forme un gobierno que pueda arreglar la economía?

Pocas. Ninguno de los escenarios políticos parece que podría producir un equipo más eficaz, mucho menos uno que pueda resolver los profundos problemas económicos de Italia.

Si el Movimiento Cinco Estrellas y el Partido Demócrata no pueden reunir una mayoría en el Parlamento en los próximos días, habrá nuevas elecciones más adelante este mismo año. Las encuestas muestran que Salvini obtendría la mayoría de los votos, y luego formaría una coalición con dos partidos conservadores más pequeños.

Algunos inversionistas podrían considerar favorable un gobierno de Salvini, con base en que podría ser más estable. Salvini tiene el respaldo de algunos segmentos de la industria italiana. Tal vez, dicen los optimistas, sus amigos empresarios podrían persuadirlo de hacer lo que se necesita para arreglar la economía italiana.

La popularidad de Salvini es tan vasta que su partido incluso podría ganar una mayoría total en el Parlamento, con lo cual podría prescindir de llegar a acuerdos con sus socios más moderados de coalición.

Los antecedentes de Salvini sugieren que, una vez que no tenga restricciones, regresará a la retórica antinmigrante y anti-Bruselas que ha alimentado su popularidad en el pasado. En vez de abordar los problemas subyacentes de Italia, intentaría estimular la economía adquiriendo todavía más deuda, comentó Nicola Nobile, economista jefe en Oxford Economics.

De acuerdo con Nobile, si Salvini llega al poder, “entonces creo que hará algo parecido a la política fiscal expansiva de Trump. En esencia, él cree que, si se reducen los impuestos, entonces el crecimiento económico tendrá la fuerza necesaria para pagar por sí solo esos recortes, algo que como economistas sabemos que no sucede”.

“A Salvini se le percibe como una persona que puede hacer cosas”, mencionó Codongo, el exdirector del Tesoro, “pero no creo que tenga una visión de cómo abordar los problemas fundamentales de la economía”.

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