El presidente catalán destituido por el gobierno español, Carles Puigdemont, se encuentra este lunes en Bruselas, indicó a AFP una fuente gubernamental.
El diario catalán La Vanguardia informó de su lado que Puigdemont estaba acompañado por varios miembros del Ejecutivo catalán cesado el viernes, dentro de las medidas del gobierno español para tomar el control regional luego de que su Parlamento proclamara la independencia.
Medios españoles como eldiario.es aseguran que Puigdemont, quien viajó a Bruselas junto a varios exconsejeros, analiza junto a ellos pedir asilo político en ese país y presionar al entorno europeo para que monitoree las acusaciones que desde esta mañana el fiscal español presentó en su contra. Se lo señala como responsable de un delito de rebelión y otro de sedición. Ambos delitos están penados con hasta 30 y 15 años, respectivamente. Se le acusa de provocar "una crisis institucional que culminó con la declaración unilateral de independencia realizada con total desprecio a la Constitución", dijo el fiscal general José Manuel Maza, que ya presentó una querella por desobediencia tras el referéndum inconstitucional del 1 de octubre.
En un ambiente de incertidumbre, todas las miradas buscaban hoy lunes a Puigdemont para saber si se resistiría a abandonar su cargo.
Desde temprano, decenas de periodistas aguardaban la llegada del líder catalán a la sede del gobierno regional en la plaza Sant Jaume de Barcelona. Pero no apareció, como tampoco lo haría después en una reunión de la dirección de su partido.
¿Dónde está Puigdemont?, era la pregunta en boca de todos.
"Está en Bruselas", afirmó a la AFP una fuente gubernamental española. El diario catalán La Vanguardia señaló que iba acompañado por otros miembros de su gobierno cesados.
El domingo, un ministro belga, separatista flamenco, había insinuado que el país podría ofrecer asilo al gobierno independentista catalán, aunque el primer ministro Charles Michel lo desmintió después.
El exdiputado Lluis Llach ha ido más lejos aún y ha asegurado que Puigdemont es "un exiliado".
Los independentistas, que el viernes celebraron con júbilo el nacimiento de su república, aguardaban cada vez más desanimados.
"Estamos a la espera de qué hace el gobierno" de Puigdemont, explicaba el domingo por la noche a la AFP un responsable de una organización independentista.
"Si se creen ellos mismos que son el 'govern' de la República, entonces nosotros saldremos a protegerlos, pero si no hacen nada, tendremos que ver qué hacemos", agregó el responsable, que solicitó el anonimato.
Pero solo uno de sus integrantes había acudido a su despacho, según colgó en una fotografía de Twitter, aunque lo abandonó poco después. Y en todas las dependencias oficiales, seguían ondeando las banderas españolas.
De la decisión de los líderes independentistas también dependen los 200.000 funcionarios de la administración regional, ahora ya bajo órdenes de Madrid.
En las últimas semanas habían surgido llamamientos a desobedecer a sus nuevos superiores pero es incierto si lo harán tras la aparente desbandada de sus dirigentes.
"Creo que la gente seguirá trabajando normal en su día a día", dijo a la AFP Joan Escanilla, portavoz en Cataluña del sindicato de funcionarios CSIF.
Elecciones en la miraLa región se dirige ahora a una nueva contienda electoral para calibrar fuerzas entre los partidarios y los contrarios a la secesión, que se reparten casi a partes iguales entre los catalanes.
Entre las medidas adoptadas el viernes, Rajoy decretó la disolución del parlamento regional y la convocatoria de elecciones regionales el 21 de diciembre. Por el momento, la cámara, dominada por los separatistas, pareció aceptar la decisión y desconvocó una reunión prevista para el martes.
En un ambiente de precampaña, la asociación Sociedad Civil Catalana congregó el domingo a cientos de miles de personas en una manifestación por la unidad de España con el lema "Todos somos Cataluña" en el centro de Barcelona, donde resonaron insistentemente gritos de "Puigdemont a prisión".
Participaron los principales partidos favorables a la unidad española --Ciudadanos (liberal), socialistas y el Partido Popular de Rajoy--, que invitaron a sus seguidores a votar masivamente el 21 de diciembre.
También parecen dispuestos a concurrir a estos comicios convocados por Rajoy los partidos independentistas que hace apenas dos días proclamaron una república.
"El día 21 iremos a las urnas, iremos convencidos", explicó Marta Pascal, la coordinadora del partido de Partido Demócrata Catalán (PDeCAT) de Puigdemont.
Sus hasta ahora compañeros de coalición, Izquierda Republicana de Cataluña (ERC), apuntaron en la misma dirección.
Son "unas elecciones ilegítimas", pero "el 21 de diciembre encontraremos la manera de participar", dijo Sergi Sabriá, portavoz de ERC, que lidera los sondeos electorales en la región.
Según las últimas escuestas publicadas, los independentistas podrían perder en estas elecciones la mayoría absoluta del parlamento regional obtenida en septiembre de 2015 por primera vez en su historia.
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