TÉRCIO TEIXEIRA / AFP

Regreso de Bolsonaro dinamizará a la extrema derecha brasileña

El exmandatario enfrenta varias investigaciones, entre ellas una investigación sobre la apropiación indebida de joyas

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30 de marzo de 2023 a las 16:00

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Bryan Harris, Michael Pooler and Michael Stott

Se anticipa que el expresidente Jair Bolsonaro regrese a Brasil el jueves por primera vez desde que dejó el cargo, buscando revitalizar el movimiento de extrema derecha del país, pero enfrentando la posibilidad de que se le prohíba participar en la política o incluso de que se le arreste.

El probable regreso de Florida de Bolsonaro complicará la presidencia de su sucesor y némesis política, el líder izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, si el expresidente logra movilizar a la oposición.

Desde que salió de Brasil en diciembre para eludir la investidura de Lula, Bolsonaro ha continuado con su estilo político populista durante su estadía en Orlando, en el estado de Florida, saludando y abrazando regularmente a sus seguidores, y comiendo en restaurantes de comida rápida, incluyendo durante la inauguración de una hamburguesería esta semana.

Al mismo tiempo, se han abierto varias investigaciones contra el expresidente en Brasil, incluyendo demandas por apropiación indebida de más de US$3 millones en joyas y acusaciones de incitación relacionadas con el asalto a instituciones políticas por parte de sus partidarios radicales el 8 de enero.

Bolsonaro les dijo a los medios locales esta semana que él estaba "sin mandato, pero no jubilado" y que estaba regresando para discutir asuntos de estrategia con su partido. Él afirmó que Brasil estaba "entrando en un agujero del que puede ser difícil salir".

Tanto amigos como adversarios han presionado al excapitán del Ejército para que regrese a su país. Los aliados políticos de Bolsonaro quieren que él recorra el país para ayudar al movimiento de extrema derecha a recuperarse de su derrota electoral en octubre.

"El líder de la derecha brasileña sigue siendo Bolsonaro", le comentó al Financial Times (FT) Tarcísio Gomes de Freitas, gobernador de São Paulo y aliado del expresidente, durante una visita a Londres esta semana. "Él tiene una gran influencia en los medios sociales, puede movilizar multitudes y tiene el respeto de la gente y un carisma increíble".

Pero los opositores políticos de Bolsonaro quieren verlo ante la justicia en una serie de casos que incluyen su presunto papel en la insurrección de enero y en el caso de las joyas.

Los analistas dicen que su regreso tiene el potencial de trastornar la administración de Lula, quien ha luchado por dejar su huella en los primeros meses de su gobierno después de regresar a la presidencia para un histórico tercer mandato.

Más allá del cambio de imagen de algunos programas de bienestar social, Lula aún no ha avanzado en propuestas políticas fundamentales, en parte debido a la inercia del Congreso. Él ahora se enfrenta a la perspectiva de una oposición de extrema derecha revitalizada que desafíe su agenda.

"Con Bolsonaro aquí, la gente se sentirá más empoderada para participar", señaló Camila Rocha, una politóloga del Centro Brasileño de Análisis y Planificación (CEBRAP, por sus siglas en portugués). "Eso pudiera crearle problemas al gobierno. Pudieran empezar a organizar protestas callejeras y ser más activos en línea".

La partida de Bolsonaro hacia Florida en diciembre enfureció a algunos partidarios, quienes se quejaron de que él estaba abandonando la lucha contra la izquierda. Pero el índice de popularidad del expresidente se ha mantenido intacto.

Según una encuesta de Ipec de principios de este mes, más del 30 por ciento de los encuestados coincidieron en que "Bolsonaro es del pueblo y defiende a los pobres", una cifra más o menos en línea con el índice de aprobación durante su presidencia. Más del 50 por ciento dijo que él no era culpable de la violencia de enero en Brasilia.

De Freitas, quien se perfila como posible futuro líder de la derecha, dijo que los sucesos de enero eran "lamentables, pero la gente entiende que Bolsonaro no es responsable. Fue un acto aislado".

Valdemar da Costa Neto, el líder del Partido Liberal (PL) al cual pertenece Bolsonaro, dijo que él quería que el expresidente viajara por Brasil para ayudar a elegir entre 1,000 y 1,500 alcaldes en las elecciones municipales del próximo año.

Mientras Bolsonaro estaba fuera del país, da Costa Neto se concentró en promover la carrera política de la esposa del expresidente, Michelle, quien saltó a la fama durante la campaña electoral del año pasado con discursos sobre la importancia de la familia y del cristianismo. A ella se le considera otra posible sucesora de su marido si sus problemas judiciales siguen aumentando.

Bolsonaro ha perdido la inmunidad parlamentaria ante procesos penales tras dejar de ocupar un cargo público por primera vez desde que fue elegido concejal de Río de Janeiro en 1989.

Las investigaciones más acuciantes en su contra están relacionadas con una supuesta conducta indebida durante las elecciones del año pasado. El Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil está investigando varias acusaciones de abuso de poder político, incluyendo una relacionada con un acto celebrado el año pasado en el que recibió a embajadores extranjeros para expresar sus preocupaciones en relación con el sistema electoral brasileño. Si se le declara culpable, él pudiera ser excluido de la política durante ocho años.

El expresidente se enfrenta a varias investigaciones penales, entre ellas la de si él incitó a la insurrección del 8 de enero con su actividad en los medios sociales. Se está investigando el uso orquestado de desinformación por parte de su equipo político. Bolsonaro niega haber cometido delito alguno.

Otra investigación relacionada con Bolsonaro — que involucra posibles cargos de corrupción, contrabando y abuso de los poderes presidenciales — tiene que ver con una serie de paquetes de joyas que, según un funcionario brasileño, habían sido un regalo del gobierno de Arabia Saudita. Un grupo de las joyas, con un valor estimado de US$3 millones y que se cree que estaba destinado a Michelle Bolsonaro, fue aprehendido por las autoridades aduaneras estando en posesión de un ayudante político conforme él regresaba a Brasil procedente del país del Medio Oriente en 2021.

João Paulo Martinelli, un abogado penalista, dijo que la investigación sobre las joyas era la más grave a la que se enfrentaba Bolsonaro. Pero él añadió que tales casos penales probablemente serían complicados y el resultado difícil de predecir. La investigación ante el TSE será más sencilla, él añadió.

Sobre la violencia del 8 de enero en Brasilia, Flávio Dino, el ministro de Justicia de Brasil, recientemente le comentó al FT que no podía "afirmar legalmente" que Bolsonaro fuera responsable. Pero él añadió: "Está claro que Bolsonaro fue al menos la inspiración".

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