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27 de noviembre 2021 - 5:01hs

El paradigma tradicional para pensar y hacer negocios, enfocado en la inversión y adquisición de activos, asumiendo riesgos relevantes, va quedando atrás; las viejas herramientas de negocio ya no resisten el contacto con la realidad, cada vez más volátil, compleja e incierta. Tal es el diagnóstico que hacen en Scalabl®, y al que responden con una nueva lógica que reemplaza el “saberlo todo” por el aprendizaje continuo y el networking como pilares de una metodología transformadora. Así lo enseñan en los programas de educación ejecutiva de negocios que ofrecen a emprendedores, empresarios, profesionales, PyMEs y equipos corporativos en más de 50 países, tan sólo 5 años después de su creación en 2016.

Su fundador y CEO, el argentino Francisco Santolo (39), fue reconocido por Forbes como el “hacker de las startups” por su aplicación innovadora de los modelos de negocio y la audaz premisa de que los incentivos del ecosistema emprendedor actual perjudican a los emprendedores. Es graduado y profesor de MBA de la Universidad del CEMA y estudió en cinco de las seis mejores universidades de negocios de Estados Unidos de acuerdo al ranking US News 2022 (Harvard, Stanford, Kellogg, Chicago Booth y MIT). Co fundó y lideró el Board de más de 50 empresas.

Lo novedoso de Scalabl® se centra en su desarrollo de una metodología para la generación de modelos de negocios sustentables y escalables, limitando la inversión inicial y el riesgo. ¿Cómo es posible?

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Santolo afirma que el disparador de este desarrollo fue su observación de casos prácticos de emprendedores y su estudio de autores que, pese a que estaban revolucionando el mundo de los negocios con nuevas teorías sobre emprendimientos e innovación, no estaban siendo interpretados correctamente, o su lectura y aplicación eran parciales o sesgadas.  

Francisco Santolo con David Lanre Messan, CEO de FirstFounders, en la graduación del Curso de Scalabl en Dubai.

La vieja lógica de la producción que propició el surgimiento de las corporaciones modernas alrededor de 1910, explica Santolo, forjó la creencia de que “se necesita dinero para emprender”, ya que entonces “se requería mucho capital para instalar fábricas, para producir en escala bienes genéricos para todos y poder venderlos masivamente a un costo accesible a la incipiente clase media”, prosigue.

En la década de 1970, la firma Nike puso en jaque esa lógica al darse cuenta de que podía colocar el foco en marca y diseño, tercerizando su producción en Asia. Con el apoyo del mercado de valores, otras grandes empresas la imitaron, ignorando que así “sembraban la semilla de su propia destrucción”. “Tercerizaron la logística, las ventas, la producción, entre otras operaciones del negocio”, explica Santolo, “desarrollando proveedores que hoy están al alcance de la mano de cualquier emprendedor”. 

“El avance de las tecnologías y medios de producción es tal que, gracias a la creciente democratización que esta conlleva, todos vamos a poder producir cosas personalizadas a costos marginales decrecientes, diseñadas a medida para grupos acotados de consumidores que tienen una necesidad desatendida por las grandes empresas”, ahonda. “Hoy tercerizar es una alternativa disponible frente a asumir los costos y la estructura de la producción; no es necesario poner ese capital para montar una fábrica. La lógica de antes, basada en el plan a largo plazo y en invertir esperando buenos resultados (si tengo suerte me va bien, si no quiebro), ya no tiene sentido. Las empresas del futuro priorizan la flexibilidad a la eficiencia.”

Para Santolo, un negocio no es más que la generación e intercambio de valor de forma repetitiva entre actores que uno debe elegir como emprendedor. “La clave está en encontrar grupos de actores con dolores, problemas, necesidades o deseos similares, generar los procesos e incentivos para facilitar ese intercambio y capturar parte del valor generado”, explica.

“La propuesta es muy simple. Se trata de escuchar con humildad, de encontrar un cliente e indagar qué quiere o qué le falta. Y en Scalabl® adoptamos una metodología para ir haciendo eso paso a paso, sin incurrir en riesgos innecesarios, diseñando y testeando hipótesis, calibrando el modelo, sin enamorarnos de nuestro producto”, destaca. “Es un cambio radical, aunque no lo parezca. A quienes tenemos formación o experiencia corporativa en negocios nos cuesta muchísimo desaprender, y hacerlo es una de las habilidades del futuro. En nuestros programas y consultorías insisto mucho en la humildad, que nos permite aprender del otro diverso.”

La metodología de Scalabl® ha ayudado a crear, reformular y potenciar más de 500 empresas, y hoy son más de 2.000 los graduados que han pasado por su Curso de Emprendimientos e Innovación en tres idiomas (español, inglés y portugués) y que conforman la Comunidad Global de Scalabl®, una red horizontal y colaborativa que abarca ya 50 países, incluido Uruguay, “un hub de negocios e innovación muy importante” con el que Santolo apuesta a ahondar los vínculos. Además, se utiliza con éxito en prestigiosas empresas multinacionales para iniciativas de innovación, agilidad e intrapreneurship.

Networking: el combustible de la Comunidad Global de Scalabl® 

“Lo más importante es construir buenas relaciones. Es fundamental, lo es todo”, enfatiza Santolo. Agrega que en los programas se trabajan en conjunto los aspectos relacional, emocional e intelectual, y es el primero el que funciona como combustible de los grupos de alumnos que colaboran e intercambian a lo largo del curso, y también más tarde, cuando se incorporan como miembros a la comunidad global.
 

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