Diego Battiste

Caja de Profesionales: "Somos absolutamente contrarios a irnos al BPS ni nada que se le parezca"

La presidenta de la Caja de Profesionales dice que es inviable llevar la tasa de aporte al 22,5% —como propone el gobierno— porque la gente “va a dejar de aportar”

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23 de abril de 2022 a las 05:04

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A la contadora Virginia Romero, presidenta de la Caja de Jubilaciones y Pensiones de Profesionales Universitarios (Cjppu), la encontramos ante el mayor desafío profesional de su carrera: ser la cara visible de un organismo en plena crisis financiera y la responsable de darle sustentabilidad.

Romero fue presidenta del Colegio de Contadores, Economistas y Administradores del Uruguay (Cceau) y trabajó durante 25 años en el Banco de Previsión Social (BPS). Actualmente, mantiene su estudio contable ubicado en Andes y San José —donde trabaja en la mañana— y sobre las 13.30 horas se traslada todos los días a tan solo cuatro cuadras, donde está ubicada la Cjppu, en Andes y Uruguay.

Según la presidenta de la Cjppu, “la realidad interna de la caja es muy compleja”, por lo que requiere “una gestión permanente”. “Hay cosas del día a día que solo se resuelven y se aprenden estando todo el día acá”, dijo a El Observador.

Romero asumió una Cjppu que cerró el 2021 con un déficit de $ 2.000 millones (US$ 49,9 millones). A la vez, el rojo de esta caja paraestatal para el período 2021-2026 estaría entre US$ 166 millones y US$ 262 millones en un escenario medio, mientras que en un escenario pesimista el monto estimado de los déficits iría desde los US$ 238 millones hasta los US$ 329 millones.

En este contexto y trabajando contra reloj, la presidenta de la Cjppu conversó con El Observador.

¿Cómo puede ser que, con señales de que había problemas desde 2010 y con balances negativos desde 2014, la caja llegue recién en 2021 a pedir soluciones para cumplir con sus obligaciones?

La Cjppu está como está porque no se tomaron las decisiones que había que tomar en el momento. Acá diagnósticos sobran, fijate que el consorcio que estudió la reforma estructural de la caja lo hizo en 2013; ahí ya había que haber tomado medidas.

¿Y qué pasó?

El Directorio siguiente dice, “Bueno, esto no lo vamos a considerar y empecemos de cero otra reforma” hasta que se pusieron de acuerdo. Ese fue el proyecto que elevaron a la Comisión de Expertos en Seguridad Social (CESS), que ya era insuficiente, porque cuando se terminan de poner de acuerdo es insuficiente. Entonces ahí ya la CESS les dice que eso no solamente no asegura la sustentabilidad sino que además no se alineaba con los parámetros propuestos por la comisión. Entonces, ¿qué fue lo que pasó? No se consideró el proyecto del consorcio, se empieza de cero, con comisiones de no sé cuánto tiempo porque estuvieron cuatro años para ponerse de acuerdo. Esto te va dando el paso del tiempo, te da la urgencia, el iceberg cada día está más cerca.

Diego Battiste

Usted habla de reformas grandes que debieron hacerse antes, pero ¿qué otro tipo de decisiones menores pudo haberse tomado para evitar esta situación?

Si no se hubieran pagado las prestaciones extraordinarias de 2010 a 2016, le significaría a la Cjppu siete presupuestos de pasividades aproximadamente, que hoy tendría de reservas positivas. Tener siete presupuestos es muy importante porque en este caso hay que considerar no solo lo que no se hubiera pagado de beneficios adicionales sino que además ese dinero se hubiera invertido y hubiera tenido rentabilidad, porque la Cjppu tiene muy buena rentabilidad de sus inversiones. Entonces, no es solamente hacer la cuenta de lo que se le pagó de más a los pasivos en ese momento, sino también el costo de oportunidad. Si la caja hubiera invertido ese dinero en vez de pagárselo a los pasivos, habría ganado. Hoy un presupuesto de pasividades es de US$ 30 millones.

Esto les explota a ustedes…

Hoy lo que ocurre es que nosotros venimos sin tiempo, sin tiempo para ponernos a pensar demasiado. Por eso es que este directorio inmediatamente puso una cantidad de medidas, el Poder Ejecutivo se demoró en respondernos y nosotros inmediatamente dijimos “Bueno, por qué esto sí y por qué esto no”. Hoy ya tenemos cuantificado por qué no aceptamos la tasa de aportación de 22,5% a la que nos sugiere llegar el Poder Ejecutivo para los activos, y estamos ya trabajando en nuevas medidas.

¿Por qué no aceptan la idea del Ejecutivo?

Quiere que vayamos al 22,5% en cuatro años. Lo que estamos tratando ahora es de demostrarle el efecto negativo que tiene llevar la tasa al 22,5% y por qué se debe mantener en el 18,5%, que es nuestra propuesta. El 22,5% sube mucho el aporte de la persona y va a haber gente que va a decidir dejar de aportar, lo que  causa un efecto negativo. Ahora estamos con los servicios costeando para mostrarle al Poder Ejecutivo que esa no puede ser la solución, pero no es que vamos a decir simplemente “esta no es la solución”, sino que le vamos a decir “esta no es la solución y estas son todas las medidas costeadas que proponemos”. En el primer momento ya le dijimos que era horrible, porque, aunque el aumento fuera gradual, de 1% por año, cuando la gente mira lo que va a tener que pagar en cuatro años dice “No, yo para qué voy a seguir aportando”. Nosotros tenemos muchos voluntarios que si no pueden aportar no lo van a hacer y tampoco generamos reposición, que son nuevos voluntarios que vengan. Lo que estamos tratando es de darle sustentabilidad, primero preservar los derechos adquiridos de toda la gente que ha estado aportando 10, 15 o 20 años. Esa es nuestra meta, asegurar los derechos adquiridos de todos los que han aportado y asegurarles sustentabilidad a los que están empezando. Somos absolutamente contrarios a irnos al BPS ni nada que se le parezca. Somos defensores a muerte de la autonomía y del autosustento de esta caja, y entre todos nosotros lo vamos a lograr.

Diego Battiste

¿En qué otras medidas están trabajando?

Hay cosas que son indiscutibles. Hoy nadie discute que la edad de retiro tiene que ir a 65; nadie discute que tiene que haber más categorías en los fictos porque necesitamos darles a los primeros años menos saltos, para que puedan aportar los jóvenes que recién están ingresando, y eso va a venir ahora. Es el plan que iniciamos en diciembre. Dijimos: “Hagamos una batería de cosas de corto plazo”, que fueron las medidas que presentamos —las dos que resuelve la caja y las otras que presentamos al Poder Ejecutivo— e inmediatamente nos íbamos a poner a trabajar en lo que llamamos la reforma estructural. Estas medidas que presentamos ahora eran un paliativo para llegar y pasar el 2024 hasta 2026.

¿Y la reforma estructural?

Y la reforma estructural que tiene que llevar el cambio de la edad, los fictos, el básico jubilatorio, una cantidad de cosas. Como el Ejecutivo nos frenó ciertas medidas para ya, pero nos dijo “Bueno, alguna medida de cambio estructural pueden empezar a plantear”, entonces estamos trayendo cosas estructurales en las cuales todo el Directorio está de acuerdo para ahora y las vamos a mandar en una ley exprés, que va a ser, seguramente, el cambio de la edad de retiro y la diferencia de categorías para que la gente pueda aportar. Lo enviaremos la semana próxima al Poder Ejecutivo.

¿Podemos profundizar en lo del cambio de edad y ampliación de categorías?

Hoy tenemos 10 categorías. Si elevamos a 65 años la edad jubilatoria mínima le tenemos que dar más amplitud a las categorías, porque la gente va a estar más tiempo aportando. Estamos haciendo estudios de si ponemos 15, 20 o 30. Va a haber más categorías para que los cambios sean más chicos, para que la gente pueda ir eligiendo si quedarse o avanzar, pero no con un escalón muy grande. Hoy de la primera a la segunda es casi el doble y eso es perverso. Entonces, seguro vamos a tener más categorías. Además, el básico jubilatorio en vez de calcularse con los últimos tres años lo vamos a ampliar, alineándolo con los parámetros del resto del sistema de seguridad social, del BPS particularmente. El BPS calcula los 30 mejores años. Nosotros de 3 a 30 años quizás no vayamos, pero quizá sí de 18 o 20 años. La tasa de reemplazo también, porque tenemos una tasa de reemplazo que es justamente una de las causantes de las buenas jubilaciones que hoy paga la caja y eso no está alineado con el sistema. Esas cosas básicas seguramente que van a ir ahora en esta ley exprés.

Diego Battiste

Una medida que se va a tomar es la de pedirles un aporte a los jubilados, algo a lo que muchos han reaccionado diciendo que no aportaron toda su vida para que ahora les vengan a descontar…

Los que ocurre es que es preferible aportar un porcentaje ahora y asegurar una caja, a que en dos años diga que no te puedo pagar. Esa es la verdad, si seguimos como estamos, en dos años no podemos pagar y el Estado no se va a hacer cargo según el artículo 9 de la ley orgánica de la Cjppu. Entonces, ¿qué preferimos? Cobrar un poco menos ahora y tener sustentabilidad o decir “Mirá, arreglate con eso”. Estamos pensando en que una parte del aporte quede de por vida, un porcentaje permanente, y el otro porcentaje retirarlo cuando se equilibre la parte financiera en el instituto.

Ustedes también plantearon solicitar a los profesionales que no ejercen un aporte anual de unos $ 4.000 y que deban declarar el no ejercicio una vez por año.

Lo que nosotros queremos es fiscalizar a los que están declarando no ejercicio. ¿Por qué? Porque todos sabemos que hay gente que está declarando no ejercicio y que ejerce. La ley de la caja indica que podés venir cuando te recibís, declarás el no ejercicio y nunca más venís y nadie te puede decir nada porque no estás obligado a venir. Lo que nosotros estamos queriendo es que la gente venga a hacer una declaración jurada para ratificar o rectificar. Se habló de cobrar una tasa que en realidad todo el mundo pensó que era un impuesto pero nosotros pensamos en cobrar gastos administrativos. ¿Qué dijimos? Bueno, pongamos $ 4.000 pero podemos poner $ 500, siempre lo hemos dicho y nadie entendió, todo el mundo creyó que era un impuesto al no ejercicio; el mensaje fue incorrecto. La ratificación del no ejercicio anual o cada dos o cada cinco años va a quedar. Que cobremos $ 500, un timbre de $ 200 pesos o nada, se verá. Otra opción es que al que lo haga en determinado plazo, por ejemplo, definimos que lo vamos a hacer cada tres años para que la persona venga a ratificar su información y declarar que no está ejerciendo. El que lo haga en determinado plazo, cumpliendo con la normativa, a ese no se le cobra, mientras que al que no cumpla sí, porque hay que salir a controlarlo y vamos a tener un costo adicional por esa persona.

Ustedes han defendido en todo momento la autonomía de la caja. El Estado no puede poner plata. No obstante, ha estado sobre la mesa pedir un préstamo al Estado. ¿Es una opción que siguen contemplando?

Podría ser una para determinados períodos. Nosotros estamos tomando medidas que ayuden a la entrada de caja de corto plazo. Todas esas medidas nos están diciendo que, en vez de dos años, la caja  tendrá cinco años de sobrevida, y después hay otras medidas que empiezan a hacer sus efectos en el año siete, por ejemplo. Entonces nos va a quedar un hueco en el cual tenemos un saldo negativo. Tendremos que buscar para ese hueco de saldo negativo algún instrumento financiero que nos permita pasar hasta tener el saldo positivo de la reforma.

Diego Battiste

¿Cómo?

No sabemos, porque recién estamos costeando las medidas, pero estamos viendo que va a haber un tiempo ahí en el cual tendremos que ver. La caja tiene una un proyecto de sustentabilidad en el largo plazo e hizo todo lo que podía en el corto.  En ese contexto, tal vez el aumento de los timbres o la devolución del IASS, que el Ejecutivo no aceptó en este momento, los acepte. Lo que es claro es que cuanto más demoremos esta toma de decisiones, ese hueco puede ser más o menos grande. Por eso es la velocidad que queremos imprimir. Después están los tiempos legislativos, pero al año que viene no podemos llegar.

¿Cuáles son el mejor y el peor escenario posibles para la caja este año?

Hay dos cosas por las que se lo va a recordar a este Directorio: por las cosas que hizo y por las que no hizo. El peor escenario es no lograr nada este año, porque sabemos que más adelante va a ser imposible de lograr. El mejor escenario sería lograr la ley exprés y la reforma estructural.

¿Cómo hacer para que alguien quiera aportar a la Cjppu?

Queremos brindar la seguridad de que la solución va a venir. Los dos pilares de nuestra gestión son preservar los derechos adquiridos y asegurar la sustentabilidad de la caja por 30 años. También, agrego que vamos a proteger a los cincuentones para que no pase lo que pasó en el BPS. Queremos que el sistema de transición proteja al afiliado. Para el dependiente esta es una excelente doble jubilación, aunque sea que aporte en las categorías bajas.

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