Fuerzas israelíes rodeaban este miércoles la principal ciudad del sur de Gaza, luchando contra los milicianos de Hamás en las calles y edificios de Jan Yunis en uno de los combates más intensos en dos meses de guerra.
El conflicto se ha desplazado hacia el sur después de feroces combates y bombardeos que han reducido a escombros gran parte del norte de la Franja y han empujado a casi dos millones de personas a dejar sus hogares.
Voceros de Hamás y de Yihad Islámica citados por la agencia AFP dijeron que sus milicianos combaten a las tropas israelíes para impedirles penetrar en Jan Yunis, donde civiles ya desplazados tenían que empacar y huir de nuevo hacia el sur.
"Nuestras fuerzas rodean ahora el área de Jan Yunis en el sur de la Franja de Gaza", dijo el martes por la noche el jefe del ejército israelí, Herzi Halevi.
"Hemos tomado muchos bastiones de Hamás en el norte de la Franja de Gaza y ahora estamos actuando contra sus bastiones en el sur", agregó.
El Ejército israelí informó este miércoles que sus tropas atacaron unos 250 "objetivos terroristas en la Franja de Gaza" en las últimas 24 horas mientras continúan los "intensos combates" sobre el terreno.
Según la oficina de prensa del gobierno de Hamás, disparos de artillería dejaron "decenas de muertos y heridos" en la noche del martes al miércoles en el este de esta ciudad.
También reportaron un bombardeo contra el campo de refugiados de Nuseirat (centro de Gaza), que dejó seis muertos, y otro en el de Jabaliya (norte), que también provocó varios fallecidos.
El jefe del comando sur del ejército israelí, Yaron Finkelman, aseguró que los combates en Jan Yunis son "los más intensos desde el inicio de la operación terrestre" a finales de octubre.
Israel declaró la guerra a Hamás después del ataque el 7 de octubre del movimiento islamista, que mató a 1.200 personas, en su mayoría civiles, y secuestró a unas 240 como rehenes, según las autoridades israelíes.
Según la autoridad sanitaria palestina, desde entonces han muerto16.248 pobladores, entre ellos 6.000 niños, con 43.000 heridos.
Por su parte, el ejército de Israel actualizó a 85 el número de sus bajas en combate.
Tras la ruptura de la tregua el pasado fin de semana, el ejército Israelí retomó la ofensiva con el propósito declarado de liberar a los 183 rehenes que permanece en poder de los grupos palestinos, 80 de los cuales fueron liberados durante el cese del fuego.
Varios comandantes de Hamás murieron en un ataque aéreo cerca del Hospital Indonesio en el norte de la Franja de Gaza, dijo el ejército israelí el miércoles.
En el hospital Nasser de Jan Yunis se repitieron escenas de caos, con ambulancias, furgonetas y otros vehículos que traían a víctimas ensangrentadas y cubiertas de polvo.
“Nadie está seguro”
El jefe humanitario de la ONU, Martin Griffiths, reiteró que "ningún lugar es seguro en Gaza” tras el traslado de las principales operaciones militares al sur del enclave.
"Ni los hospitales, ni los refugios, ni los campos de refugiados. Nadie está seguro", aseveró luego de que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) los 1,9 millones de desplazados gazatíes supuestamente no serán atacados.
Además, alertó de las dificultades para distribuir ayuda humanitaria más allá de la ciudad de Rafah, en la frontera con Egipto, donde esta llega en cantidades limitadas.
Con sus pertenencias apiladas en carros tirados por burros, en vehículos maltrechos o camellos, numerosos gazatíes se dirigen al sur para escapar de la ofensiva israelí.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pidió condenar la "violencia sexual" cometida por Hamás, después de acusaciones de violaciones de parte de sus milicianos durante el ataque del 7 de octubre, algo que el grupo niega.
Pero Washington, principal aliado de Israel, también reclamó más esfuerzos para proteger a la población de Gaza y anunció un paquete de 21 millones de dólares de asistencia para este territorio palestino.
(Con información de agencias)