12 de julio 2025
Dólar
Compra 39,40 Venta 41,90
22 de febrero 2013 - 15:26hs

Uruguay vive una revolución. Ni en los sueños más optimistas alguien habría creído hasta hace pocos años que artistas de la talla de los Guns N’ Roses, Elton John, o -sobre todo- Paul McCartney se presentarían en Montevideo. Pero el show del Beatle en el Centenario fue apenas otro importante mojón para una capital que recibe a cada vez más artistas de alto perfil que solían no pasar de Buenos Aires. El anuncio esta semana de que el Teatro de Verano será sede para un concierto de Chuck Berry no hace más que acentuar esta línea.

Porque Berry es uno de esos pocos músicos que pueden disputar el título de creador del rocanrol. Su concierto será verdaderamente histórico, sin importar la calidad de lo que termine mostrando en el escenario. Después de todo, tiene 86 años. Pero cualquier fanático del rock que se precie de ello tiene que aprovechar una oportunidad única, ya que como dijo John Lennon una vez: “Si quisieras cambiarle el nombre al rocanrol, bien podrías llamarle ‘Chuck Berry’”.

De un pedestal que ocupan unos pocos (Elvis Presley, Bill Halley, Little Richard, Buddy Holly), Berry quizás haya sido el más revolucionario de todos los originarios del rock. Presley tenía la voz y el carisma, Halley el hit que todo lo pudo (Rock Around The Clock), Richard era el showman con los dobles sentidos y Holly el hombre común que demostraba que cualquiera podía tocar rocanrol. Pero Chuck Berry sentó las bases del instrumento por excelencia del género: la guitarra.

Más noticias

Todos, desde Eric Clapton y Jimi Hendrix hasta Jack White (el héroe de la guitarra actual por excelencia), le deben mucho al momento en que Chuck Berry tomó su guitarra Gibson por primera vez. Nacido en 1926 en el sur de Estados Unidos, empezó, como todo guitarrista negro de la época, tocando blues y R&B. Pero cuando actuaba con su grupo para audiencias blancas, lo más solicitado era country, y Berry no dudaba en tocarlo para ellos. Así comenzó a mezclar diferentes sonidos, y su público se fue ampliando.

Cuando en los años cincuenta Berry fue a la histórica discográfica Chess a presentarle su material, se encontró con que a esta le interesaban más sus rendiciones country que su repertorio de blues. Al momento de grabar, Berry tocó una versión de un tema tradicional, Ida Red, que rebautizó Maybelline, pero le inyectó su mezcla de géneros negros y blancos: lo que salió fue algo nuevo. Si bien otros estaban haciendo algo parecido, nadie tocaba la guitarra como Berry en esa canción. Como la describió la revista Rolling Stone: “La guitarra de rocanrol nace acá”.

La velocidad, el estilo reconocible de inmediato y la alegría que transmitía su forma de tocar dieron forma al joven género. A ello se agregaron los temas sobre la juventud, sobre chicas y tocar la guitarra, unas líneas temáticas que marcarían al rock hasta la siguiente revolución en la otra década fermental, la de los sesenta.

Rock & Roll Music, Roll Over Beethoven, Johhny B. Goode, School Days, Sweet Little Sixteen fueron otros de sus temas, todos ellos éxitos y todos unidos de una forma u otra a los cimientos del rock. En Roll Over Beethoven, con su frase “Rodá a un costado, Beethoven, y contale a Tchaikovsky las noticias”, Berry le proclamaba a la música clásica que el rock había llegado para quedarse; y en Johnny B. Goode, además de inventar una de las introducciones de guitarra más famosas e instantáneamente reconocibles, Berry escribió una historia de ascenso a través de la música que todavía describe a la gran mayoría de los artistas.

Que siga de gira ya es admirable. Seguro que su show no tiene la energía que alguna vez tuvo. Pero también seguro que valdrá la pena, porque se estará viendo a un pedazo de historia, con una de las mejores bandas sonoras que podrían pedirse.

Seguí leyendo

Te Puede Interesar

Más noticias de Argentina

Más noticias de España

Más noticias de Estados Unidos