En su última nota de 2020, la columna planteaba el daño que la pandemia había hecho al proyecto de la coalición, no solo en cuanto obligaba a subsidios y gastos ni remotamente previstos, sino que, al hacerle perder un año (o dos hasta que el virus quiera) se había esfumado el momentum político vital para encarar cambios de fondo. Hoy, mientras el gobierno está apaleado por el egoísmo que sufren los países pequeños para conseguir unas miserables vacunas, el PIT-CNT, la verdadera oposición, está movilizando a su instrumento, el Frente Amplio, en la consecución de firmas para derogar las tímidas modificaciones de la LUC.
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