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Una iglesia, un ingeniero y un destino histórico: detrás de Cristo Obrero y la obra de Eladio Dieste

La iglesia de Cristo Obrero y Nuestra Señora de Lourdes, del ingeniero Eladio Dieste, pasó a formar parte de los sitios culturales más importantes del mundo
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31 de julio de 2021 a las 05:03

En ocasiones un evento desencadena una segunda línea temporal, un flashback involuntario. Es martes 27 de julio de 2021 y Esteban Dieste se acaba de enterar de que la iglesia Cristo Obrero y Nuestra Señora de Lourdes, la obra más reconocida de su padre, el ingeniero Eladio Dieste, fue declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad. Es imposible no imaginar a aquel niño de 11 años que corría con sus hermanos entre los obreros y trepaba en los rincones de la obra mientras su padre la supervisaba al detalle; 63 años después, camina de un lado al otro frente a la fachada de ladrillos mientras atiende, uno tras otro, los llamados de la prensa.

Intentar describir un lugar que se siente es una tarea difícil. Y, sin lugar a dudas, la obra de Eladio Dieste se siente. La iglesia que proyectó, con sus curvas y texturas contrastantes, es austera e imponente. Una iglesia que no necesita adornos ni ornamentos grandilocuentes. Un edificio bello en su estructura.

Esteban Dieste, uno de los 11 hijos del ingeniero Eladio Dieste, frente a la Iglesia de Cristo Obrero

Mientras la luz de la mañana entra suavemente hacia el altar y baña con un manto de misterio la pared detrás de la figura de Cristo que creó el escultor Eduardo Yepes, el ambiente toma una coloración cálida y calma. Esteban, arquitecto de profesión, recorre la iglesia y señala los pequeños detalles que caracterizan a la obra: las marcas de la confección de los ladrillos, la cinta de mármol de la fachada que deja en evidencia la estructura y, sobre todo, la técnica que desarrolló su padre para crear una obra de esta calidad. “Mi padre permanentemente estaba tratando de experimentar. Cada obra que hacía trataba de introducir una luz mayor, una distancia más entre pilares, una esbeltez mayor. Acá de algún modo plasma todas esas cosas que venía desarrollando en su cabeza y le agrega la arquitectura. Él dice que esta obra fue su escuela de arquitectura”.

Uruguay tiene ahora tres sitios de interés patrimonial en la lista de la Unesco: Colonia del Sacramento ingresó en 1955 y el paisaje cultural e industrial Fray Bentos alcanzó la distinción en 2015. Pero, la obra del ingeniero es la primera inclusión de un sitio de autor diseñado y ejecutado por un uruguayo.

Una iglesia “más democrática”

La construcción de la iglesia comenzó en marzo de 1958, luego de que el matrimonio Giúdice-Urioste se acercara al ingeniero para proponerle la posibilidad de proyectar y construir una iglesia en Estación Atlántida, un poblado de Canelones que tomó el nombre de una parada de la línea del ferrocarril que iba desde Montevideo hacia este, a unos 40 kilómetros de la capital. Sin embargo, con el pasar de los años y la inexactitud geográfica, la iglesia pasó a ser conocida popularmente como la "iglesia de Atlántida".

El interior de la iglesia mantiene su belleza en la estructura y austeridad de la obra

Dieste, que se había convertido a la fe y bautizado siendo adulto, encuentra en la propuesta una oportunidad para plasmar lo que entendía que debería ser una iglesia en la que la liturgia y el funcionamiento fuera más democrático. El ingeniero planifica entonces un edificio donde los fieles estuvieran más cerca del altar, con poca diferencia de nivel con el presbiterio y sin una baranda que los separare. Las modificaciones que propone van en sintonía con lo que sería la reforma del Concilio Vaticano II, que comenzó en 1962, y que promovió una relación menos rígida entre el clero y los feligreses. Dieste diseña una iglesia en la que el muro del presbiterio parece abrazar a los creyentes. “Fue una obra a la que le dedicó mucho esfuerzo, mucho cariño y dedicación. Fue una de las que siguió con más asiduidad directamente en el lugar, con la invalorable colaboración del ingeniero Marcelo Sasson”, señala su hijo.

Luis Díaz es el párroco de la iglesia que entró entre los sitios patrimoniales de la humanidad. Es un hombre que nació en Estación Atlántida, que fue testigo de la construcción del edificio y que fue ordenado sacerdote en la iglesia de Dieste, de la que es referente hace ya 15 años. “Para mí y para toda la comunidad católica es un motivo de fiesta”, comenta con una sonrisa en los labios. “Es un orgullo”

Eladio Dieste durante la construcción de la Iglesia de Atlántida

El proceso de inclusión de la Iglesia de Atlántida en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco llevó más de una década de esfuerzos conjuntos, proyectos y estudios minuciosos de la obra del ingeniero. “Como los buenos noviazgos, si bien puede haber amor a primera vista, de ahí al matrimonio hay que trabajar mucho. En este caso mas o menos pasa igual”, dijo a El Observador Ciro Caraballo, reconocido experto en patrimonio histórico que encabezó desde su oficina en México la asesoría externa de la Unesco. El arquitecto señaló que la iglesia es un referente de la obra del ingeniero, en la que establece el sistema constructivo de la cerámica armada como el valor fundamental y señaló que se trata de una oportunidad para poner en valor y conservar toda la obra de Dieste en el país. 

“Modernismo desde la periferia”

"La obra de mi padre tiene una originalidad muy grande, porque está enraizada en una cultura nuestra sin mirar demasiado a los países desarrollados", dice Esteban, y recuerda que el ingeniero mantenía como principio que "en la medida en que nosotros estudiáramos nuestros propios problemas y tratáramos de solucionarlos con los elementos técnicos que teníamos, íbamos a poder tener logros y avances como los tenían los países desarrollados". En ese sentido, Dieste no miraba a Europa para encontrar soluciones.

Marcelo Danza, decano de la Facultad de Arquitectura, señala que cuando Dieste realizó la iglesia de Atlántida, los arquitectos estaban en un momento de revisión de lo que había sido la arquitectura de inicios del siglo XX, lo que se conocía como el estilo internacional. "Dieste plantea un discurso a partir de su obra totalmente diferente. Es una arquitectura sensual, tiene curvas, de texturas fuertes, de iluminación filtrada, materiales locales que salen de la tierra y mano de obra local involucrada". En ese contexto, la obra de Dieste emerge y rápidamente tiene repercusión en Uruguay, en Latinoamérica y en Europa.

La obra de Dieste consiguió destacar rápidamente a nivel internacional

"En los libros, que de algún modo son la historia oficial de la arquitectura del siglo XX, ya está la iglesia de Atlántida incorporada como una obra de referencia a nivel mundial", señala el arquitecto, y sostiene que, de algún modo, desde la historiografía queda empaquetada dentro de las visiones cuestionadoras del movimiento moderno internacional.

Caraballo también destaca el peso de la obra a nivel internacional y sostiene que en el año 60, recién concluida, sale publicada en las principales revistas de arquitectura del mundo. "Se muestra como un ejemplo de la nueva arquitectura moderna de América Latina, una arquitectura moderna que siguiendo las pautas de la modernidad utiliza también los recursos de la tradición. Demostró que la arquitectura moderna también se podía hacer desde la periferia, en este caso América Latina", comenta.

Dieste no era arquitecto, sin embargo la Iglesia de Cristo Obrero fue su escuela. “El decía que le gustaba la arquitectura pero era ingeniero, veía las cosas en números y geometría. Hay un resultado estético, pero es por la presencia, como él dice en algunas partes, de esa divinidad que da el uso de los números y la geometría bien hecha. Diría que si lo quieren llamar arquitecto podría ser un arquitecto del mundo griego, que piensan en estructuras y geometría, más no en un resultado de ornamento", sostiene Caraballo.

Danza, por su parte, señala que esta iglesia es probablemente su exponente más alto desde el punto de vista de calidad arquitectónica. "Trabaja con una piel de ladrillo que se va arqueando a partir de tensores y arcos perfectos para lograr que la tensión del techo se transmita a la pared, y de la pared al suelo. Esto que puede ser un sistema constructivo y nada más, no necesariamente tendría porqué dar esta calidad arquitectónica que dan los proyectos que él trabaja. Se conjuga con un talento y una sensibilidad singular sobre el espacio, sobre la obra".

"Él era de formación ingeniero pero enseguida manifestó un interés muy grande por toda su estructura pero sobre todo por la innovación, siempre fue una persona que tuvo mucha capacidad creativa. Muy creativo al solucionar problemas. Dentro de ese proceso de intentar solucionar problemas con la técnica que dominaba, además siendo una persona muy comprometida socialmente y culturalmente, trató de generar sistemas de construcción económicos" - Marcelo Danza

Dentro de la arquitectura moderna, los críticos establecieron dos grandes lineamientos: los racionalistas y los orgánicos. Esteban Dieste señala que la obra de su padre no se inscribe en ninguna de ellas. "No se encuadra en ninguna de las dos, y es arquitectura moderna. Tiene esa originalidad, y creo que esa originalidad nace justamente de esa postura de plantearse los problemas y resolverlos".

"Todo el proceso de elaboración, diseño y creación, es un proceso hecho en el Uruguay, desde el Uruguay, con cabeza uruguaya, sin nada de aporte de otros. Como decía mi padre, los que hicieron las iglesias góticas no se proponían hacer arte gótico porque ni siquiera conocían el término. Esto es lo mismo: plantearse frente a los problemas con humildad y con dedicación, usando las armas que uno posee para resolver" - Esteban Dieste. 

"En el mundo de la arquitectura, Dieste siempre fue un poco lo que ahora se hace público. Patrimonio de la Humanidad era en el sentido de que es una referencia a nivel mundial", dice el decano de la facultad, y plantea una reflexión en el campo de la cultura, la tecnología y la arquitectura: ¿Cómo una persona de esta dimensión global no generó escuela? "¿Por qué no hay arquitectos o ingenieros que hoy construyan a lo Dieste? No para copiar la obra, sino con una continuidad de la línea de trabajo, investigación y pensamiento que Dieste desarrolló".

“Emoción de ser oriental”

Eladio Dieste nació el 1 de diciembre de 1917 en Artigas. Allí asistió a la escuela pública y al primer liceo del departamento. Hijo de dos profesores, su padre, también Eladio, era docente de Historia y su madre de origen francés enseñaba su idioma natal en secundaria. Tuvo la posibilidad de hacer una carrera universitaria: cuando terminó el liceo viajó a Montevideo, donde vivió en la casa de Antonio Grompone y empezó sus estudios en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República. “Su formación fue toda en Uruguay, mi padre no tuvo ningún master ni ninguna formación que no fuera la que proporcionaba el país a cualquiera de sus habitantes en aquel momento”, explica su hijo.

Mientras caminaba por la Rambla de Montevideo conoció a Elisabeth Friedheim, con quien se casó y tuvo once hijos, una mujer que también fue parte de los logros del ingeniero. “Hace un rato dije que me saltaba el corazón y creo que todavía me sigue saltando. Es una emoción muy grande, emoción de ser oriental como decía mi abuelo Eladio porque creo que esto es un logro de todo el Uruguay, de su cultura, de su población”.

Los vidrios de colores, ubicados de forma en que la luz se dirija hacia el altar, fueron reparados en 2005

También hay un sentimiento de tranquilidad en Esteban, que responde a "comprobar que eso que muchas veces considerábamos natural en la familia...", y no termina la oración, pero explica que en su caso, como arquitecto y por trabajar durante años en la empresa de su padre, a veces le sorprendía que a otros le asombraran las cosas que construían. "Como él nos las explicaba, nos parecían sencillas y era normal que se pudieran hacer esas estructuras tan audaces y tan esbeltas. En realidad son sencillas, los principios en que están basados son los que él llamaba de 'la materia en equilibrio', los principios básicos de la física", comenta. 

Aquel niño hoy tiene como misión que los sitios que diseñó Eladio Dieste se mantengan tal como él los imaginó, algo que no siempre sucedió, ya que los sitios fueron modificados en ocasiones. Sostiene que, de algún modo, la obra fue incomprendida durante un tiempo. "Apenas terminada estuvo un tiempo medio abandonada. Por suerte creo que eso en el futuro va a cambiar, sobre todo con este suceso. Prefiero no recordar para atrás y mirar para adelante". 

Construcción de la obra y utilización de moldes, como parte del sistema constructivo desarrollado por Dieste

Durante una conferencia a diez años de la inauguración de la iglesia, Eladio Dieste se refirió a este punto. "Recuerdo que hace cinco años, un domingo de mañana, fui a ver la obra. Probablemente por estar ya con el ánimo deprimido, el abandono en que estaba la Iglesia –había en ese momento una vaca paseando tranquilamente por la nave principal, dejando además señales bien claras de su paso– me produjo una gran tristeza y las dudas se adueñaron un momento de mi ánimo. Pero de pronto el atrio se llenó de voces frescas de niños que espantaron a la vaca y corrieron a esperar al sacerdote que iba a enseñarles catecismo. Allí estaba la Iglesia, 'una santa, católica y apostólica', allí estaba el pueblo. La tristeza dejó paso a una serena confortación. Sí; tuvo sentido aquel esfuerzo". 

En la misma conferencia, y tal como recuerda su hijo, Dieste sostuvo que la iglesia la construyó para los creyentes, no para las revistas internacionales: "No hice ese esfuerzo para que vayan los turistas a visitarla, ni para que se publique en revistas extranjeras; lo hice como creyente, construyendo un templo para otros fieles como yo". "Papá tenía las cosas muy claras", comenta Esteban, aunque reconoce que el ingeniero estaría feliz por el reconocimiento de la Unesco. 

Entre periodistas y cámaras de televisión, algunos vecinos y curiosos se acercan a sacarse fotos con el nuevo Patrimonio de la Humanidad, que está allí desde hace 60 años. Cristina y Jorge viven hace unos años en Atlántida y luego de conocer la noticia decidieron salir a buscar la Iglesia para visitarla: "A veces, hasta que no te abren los ojos, no te das cuenta", dicen.

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