MARTIN BERNETTI / AFP

Una señal esperanzadora de Boric en Chile

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28 de enero de 2022 a las 21:59

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El gabinete más moderado de lo imaginable del presidente electo de Chile, Gabriel Boric, anunciado el viernes 21, es revelador de un minucioso manejo de  los equilibrios políticos internos en pos de la gobernabilidad. Y lo más importante, la positiva señal a los mercados de que la estabilidad económica es crucial, por lo menos, al inicio de su administración.

El discurso de las corrientes políticas ganadoras generó preocupación en los agentes económicos, cuestionador de reglas básicas del libre intercambio. 

Boric ganó en segunda vuelta con la alianza Apruebo Dignidad, el Partido Comunista y otros grupos, expresiones de izquierda ortodoxa o radical. Pero, con el apoyo decisivo de partidos de izquierda moderada de la ex Concertación, conductores del reconocido “milagro chileno”. 

Justamente, referentes del modelo de desarrollo de la Concertación, tan denostado por Boric y su gente, se integran al elenco del próximo gobierno y en puestos claves. Tan claves como el Ministerio de Hacienda, que estará bajo el mando de Mario Marcel, un economista e ingeniero, exmilitante del moderado Partido Socialista, y que estuvo al frente del Banco Central en las gestiones de Michelle Bachelet y del presidente saliente, Sebastián Piñera. Es un personaje ineludible de la regla fiscal y del régimen previsional chileno, además de un escudero de la gestión técnica de la capitalización individual. 

Con el nombre del ministro de Hacienda, el presidente electo podría estar transmitiendo también la idea de que acepta la autonomía del Banco Central y una economía abierta al mundo, dos marcas indisolubles de la Concertación. 

La conformación del gabinete, que facilita el sostén parlamentario, refleja mejor el apoyo de la izquierda moderada en el balotaje, aunque figuras de ideas comunistas estarán también presentes, nada menos que en la cartera de Trabajo y Seguridad Social.  

Pero todavía se necesitan más certezas. Hay demasiadas dudas sobre el funcionamiento de un gabinete tan diverso y con ideas antagónicas. 

¿Cómo piensa cumplir con la intervención en la economía o políticas de redistribución de la riqueza, de más derechos sociales, de un aumento sustancial del tamaño del Estado, con un Marcel comprometido con el resultado fiscal?

El alivio de los mercados de hoy puede transformarse mañana en una dificultad, en un gabinete de 24 miembros, de distintas sensibilidades políticas, de mundos muy diferentes y de tensión entre comunistas y socialistas.

La carta magna que surgirá de una Convención Constitucional, que está dominada por grupos políticos y sociales afines a los partidos que impulsaron la candidatura de Boric, será también una influyente parada del gobierno. 

Los constituyentes están discutiendo una nueva constitución, que deberá ser aprobada en un referéndum, que avanza en cambios radicales en educación, salud, gestión de los recursos naturales, el papel del Estado, muy en sintonía con propuestas de la izquierda ortodoxa.

En ese sentido, algunos analistas creen que Boric anunció un gabinete de “transición” y que el verdadero gobierno surgirá después de la nueva constitución.

Sin desmerecer la buena señal que dio el presidente electo, que asume el próximo 11 de marzo, todavía es insuficiente como para descartar el camino hacia el abismo.

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