Camilo dos Santos

Uruguay, el Tratado Transpacífico y el Tratado de Cooperación en materia de Patentes: es ahora

Vivimos tiempos donde las decisiones de hoy nos afectarán no años sino décadas

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28 de septiembre de 2022 a las 05:03

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Por Carlos Mazal*

Excelente resumen del estado de situación en la nota publicada en este mismo medio por los periodistas A. Oyhenard, M. Natalevich y S. Soravilla el 24 de setiembre sobre la adhesión de Uruguay al llamado CPTPP. Vivimos tiempos donde las decisiones de hoy nos afectarán no años sino décadas. Son momentos de decisiones informadas y también de cruzar el umbral perverso de la duda permanente y la inmovilidad que caracteriza a países que, aparentemente, no enfrentan la adversidad que los obliga a tomar acciones transformativas. Hoy Uruguay la enfrenta. Un contexto global y regional convulsionado. Una pandemia bien manejada, pero sin fecha de vencimiento. Un vecindario complejo. Es ahora cuando hay que actuar. Esperar no es una opción.

Ya el rumbo está marcado. Lo hizo el presidente y cumplió con su compromiso público y su palabra. Ahora hay que navegarlo. Y apoyarlo. Uruguay decidió, por consenso político, abrirse al mundo y utilizar la única opción que tiene de competir y mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos a través de comercio de bienes y servicios, las inversiones, la cooperación, el ser parte del proceso de mundialización y cumplir con la vocación universal de nuestro país al comenzar las negociaciones de un acuerdo estrictamente comercial con China y adherir al CPTPP. Ambos son compatibles, complementarios y se refuerzan mutuamente. Es más, mejoran el apalancamiento, abren posibilidades con otros países y dan la posibilidad de diversificar socios y productos.

Está la tranquilidad de que fuimos transparentes y no negociamos contra nadie. Somos el 1% del Producto Bruto Interno del Mercosur. Somos un país bienvenido en el CPTPP, según mis propios contactos con varios de sus negociadores originales. Uruguay no es un país hegemónico ni nacionalista. Es moderado y moderador por vocación, no representa una amenaza para ningún sector de ningún país. Somos las 13a democracia plena, lo cual no es un intangible sino un activo que nos apoya y nos da la bienvenida en todas las mesas. Solo queremos competir. No buscamos ayuda ni favores. Inclusive, hemos invitado a nuestros vecinos a que se nos unan. ¿Qué más se puede hacer para dar seguridad y ejercer nuestra soberanía y el derecho al desarrollo? Nuestra gente necesita empleo y estabilidad. Buenos empleos y a largo plazo. La inversión extranjera es también un mecanismo aceptado globalmente como distribuidor del ingreso. Mas comercio, más oportunidades, más innovación, más inserción productiva, más inclusión, más democracia. Y seguiremos en el Mercosur.

Hay sombras que, inadvertidamente estoy seguro, menoscaban la decisión del Presidente creando dudas y trabas imaginarias. No hay que cambiar la Constitución ni las empresas estatales son un impedimento para nuestra adhesión al CPTPP. La OMC ya lo laudo y, un breve análisis de los 11 Estados Miembros nos dice que todos tienen empresas estatales. En el caso de Singapur, el 80% de la tierra y 90% de la vivienda esta en manos del estado. El 60% del PBI de Brunéi es generado por el estado. México tiene 299 empresas públicas. Los ajustes, si los hubiera, serian mínimos y administrativos, como los 11 lo hicieron y están haciendo.

Asimismo, no hay que esperar más para enviar el ya famoso borrador de Carta de adhesión con su rúbrica. El Transpacífico no hay que negociarlo. Ya está negociado. Estudios hay. Lo que no hay es tiempo.

Hoy China y Taiwán se “cocinan en otra olla”. Corea del Sur desistió, por el momento. El Reino Unido encuentra dificultades en negociar fuera de la Unión Europea, aunque solo demora su adhesión y no la impedirá. Brunéi, Malasia y Chile tienen temas “pendientes” si bien son considerados miembros. Costa Rica y Ecuador están en la cola. Mientras nosotros hablamos de fin de año para enviar una carta que ya está redactada, pero todos los días surge un obstáculo.

La pregunta que nadie se hace es que pasaría si mañana Estados Unidos, Japón, Noruega o cualquier país desarrollado quisiera negociar un TLC con Uruguay. Seguramente será de última generación plus. ¿Los invitamos públicamente? ¿Cuál sería la opinión informada del Ministerio de Relaciones Exteriores en este caso? Las empresas estatales, la propiedad intelectual, la falta de consultas, ¿Qué excusa inventamos para, una vez más, no ayudarnos y perder más trenes?

El Tratado de Cooperación en materia de Patentes (PCT): mapa mata Relato.

Vinculado con la adhesión al CPTPP, ahora surgen posiciones adversas por el requerimiento de unirnos, finalmente, al PCT.

Azul: Estados Miembros.

Blanco: No miembros.

No es ningún secreto que la organización y la modernización de las economías contemporáneas pivota hoy sobre dos factores decisivos: la innovación tecnológica y la naturaleza cada vez más interactiva de las economías nacionales. 

El valor de los bienes que producen esas economías se sustenta crecientemente en su parte de inversión inmaterial.  Los intangibles. Consecuentemente, la competencia de nuestros días se distingue por dos rasgos fundamentales:  se desarrolla en mercados cada día más amplios, y se basa en la innovación tecnológica. Cada vez se compite en mercados más amplios-como China y los Estados parte del CPTPP No podemos estar al margen de esta realidad global.

El PCT Actualmente cuenta con 156 Estados miembros, pero Uruguay no está presente. Es un sistema vivo, en permanente evolución y 156 estados miembros no pueden estar equivocados. Uruguay tiene hoy esta oportunidad y no la puede desperdiciar. No es momento de pequeñeces e intereses particulares. Hoy es tiempo de Uruguay.

El PCT también es útil a la economía nacional. El aumento de la tecnología transferida mediante licencias generalmente propicia el incremento de la inversión exterior, lo que a su vez podrá incidir positivamente en la generación de empleo calificado y en el perfeccionamiento técnico de los recursos humanos, algo que no puede ni debe pasar desapercibido por el sector privado ni los trabajadores ni sindicatos. 

El no estar envía una señal que no pasa desapercibida. Inversores, innovadores, académicos, emprendedores, inventores, investigadores y prensa entre otros, esperan en Uruguay y en el mundo que la OMPI, como administrador del PCT, envíe el correo a cerca de 9.000 puntos focales donde se anuncia que Uruguay se adhirió al PCT. Completamente coherente con su política exterior.

Es axiomático que más y mejor acceso a salud traiga aparejado más y mejor acceso a medicamentos. Los casos que hemos visto de países de la región que son miembros del PCT es que, si bien el precio de todos los productos sube con el tiempo, lo importante es, entre otras razones, el aumento del poder adquisitivo que permite el mejorar el acceso a la salud y a los medicamentos, la competencia leal, la calidad del producto y la formación de precios. Y hoy, en países hermanos de la región la información disponible sugiere que el acceso al PCT no ha tenido incidencia en el acceso a medicamentos. El temor es infundado y difundido por intereses espurios. El tiempo lo confirmará como lo hizo en otros países signatarios como, por ejemplo, Chile, Colombia, Perú y Costa Rica. Mapa mata relato.

Por tanto, el momento es ya para mandar la carta.

*Carlos Mazal es miembro del Consejo Directivo de la Academia Nacional de Economía y del Consejo Uruguayo de Relaciones Internacionales. También exdirector para América Latina de la Organización Mundial de la propiedad Intelectual (OMPI).

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