Esta semana el Poder Ejecutivo defendió el cambio tributario realizado en 2020, por el que se redujo el descuento de IVA en las compras con tarjeta de débito, de cuatro a dos puntos porcentuales.
Por primera vez el gobierno utilizó números públicamente para argumentar a favor de esa decisión. El lunes el presidente Luis Lacalle Pou afirmó que la tarjeta de débito era usado principalmente por clases “medias altas” y “altas”.
“¿Sabes cuánto lo utiliza el quintil más bajo? Un 3,81%, o un 4%. Si estamos hablando de justicia, de los que menos tienen, te puedo asegurar que ese 2% (descuento adicional), el que lo utilizaba era la gente que más tenía”, afirmó en una entrevista con Subrayado.
El argumento del presidente se basó en un documento elaborado por la Asesoría Tributaria del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), que menciona datos de la última encuesta financiera de hogares. Esa encuesta data de 2017, aunque ni el presidente ni el documento lo menciona.
En parte del documento se afirma que si bien la puesta en marcha de la ley de Inclusión Financiera “fomentó la penetración” de los instrumentos de pago electrónicos a toda la población, “no ha logrado su generalización en los quintiles de menores ingresos”.
El ex coordinador del programa de Inclusión Financiera del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), Martín Vallcorba, afirmó que hoy “no existe información actualizada” que “permita analizar cómo es la utilización de los medios electrónicos discriminado según nivel de ingresos”.
“El último dato que está disponible es una encuesta de 2017. Las cifras que manejó el presidente no están actualizadas, y responden a una realidad que es totalmente diferente a la que tenemos hoy”, afirmó en declaraciones a TV Ciudad.
Vallcorba recordó que en 2017 fue cuando se empezó a implementar de manera progresiva el pago electrónico de salarios. Esto de manera obligatoria. Ese mecanismo aseguró que cualquier trabajador o jubilado pudiera acceder a un medio de pago electrónico de manera gratuita asociado con una cuenta bancaria o instrumento de dinero electrónico.
“Entonces es razonable que poca gente de ingresos bajos accediera a un medio de pago electrónico en aquel momento (por 2017)”, dijo.
El economista explicó que la información actualizada que hoy se tiene es respecto a la cantidad de tarjetas y a cuánto se usan, pero no sobre usos por nivel de ingresos. Son los datos que publica el Banco Central (BCU) en el informe del Sistema de Pagos Minorista dos veces al año.
A modo de ejemplo, Vallcorba apuntó que entre 2017 y el segundo semestre de 2022 se emitieron “más de 3 millones” de instrumentos de dinero electrónico (tickets de alimentación o tarjetas prepagas). En tanto, la cantidad de operaciones con débito se multiplicó por cuatro.
“Ha habido una utilización muy intensiva y uno esperaría que razonablemente ese mayor uso que tenemos hoy respecto a 2017 haya abarcado a todos los segmentos de la población”, dijo.
Las cifras publicadas por el Banco Central (BCU) muestran que la cantidad de operaciones con tarjeta de débito era de algo más de 4 millones a principio de 2014. En el primer semestre de 2017 treparon a 44,9 millones de operaciones, y a 151,4 millones en el segundo semestre de 2022. En instrumentos de dinero electrónico hubo 8,3 millones de operaciones en el primer semestre de 2017, y 34,4 millones en la primera mitad de 2022.
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