Mide 1,86 m y tiene 26 años

Fútbol > LOS DE ABAJO

Washington Ortega: las vueltas al Palacio Legislativo, el camión de mudanzas y el bolsito de las ilusiones

Libre de Canadian en 2017, Washington Ortega llegó a una prueba a Albion entre 50 aspirantes sin poder hacer gimnasio por falta de dinero, corriendo alrededor del Palacio y trabajando en un camión de mudanzas:
Tiempo de lectura: -'
10 de octubre de 2021 a las 05:04

El contrato del alquiler en Marcelino Sosa e Isidoro De María se vencía en marzo de 2018. A Washington Ortega , libre de Canadian a fines de 2017, le quedaban dos meses para encontrar equipo o desistir y volverse a Tranqueras. Se entrenaba dando vueltas al Palacio Legislativo en sesiones de 4 kilómetros y no  tenía plata para al gimnasio. Pero a través de una amiga logró que el entonces equipier de Albion, el Chino Ruben Betelu Dávila, le consiguiera una prueba en el equipo. Armó el bolsito y se presentó. Habían 50 jugadores a prueba, entre ellos varios goleros. Pero quedó. Y desde hace dos temporadas, el hombre es el mejor golero de la Segunda División Profesional. 

Dar una prueba para Ortega, un 1,86 m de 26 años, era a esa altura una cuestión de vida. Los obstáculos lo hicieron más fuerte, las situaciones límites le forjaron un carácter competitivo y las oportunidades siempre se le presentaron como una tabla de salvación en altamar. Había que aferrarse a ellas con uñas y dientes para que el sueño del niño que quiso ser futbolista con la constancia de su padre, Jorge, no naufragaran. 

Jorge nació y se crio en el barrio Borro y a los 14 años empezó a trabajar en la construcción. Su madre se revolvía como empleada doméstica en Montevideo. Vivía en una pensión y un día le desvalijaron todo lo que tenía. Los dos se volvieron a Tranqueras donde nació Washington.  

"De niño no había un regalo que me gustara más que la pelota", dijo a Referí. Jugaba como delantero, pero en Tranqueras había pocos niños y siempre faltaba golero. Entró una vez al arco, dos, tres y fue quedando. Su padre no quería: "Mirá que es un puesto ingrato y hay mucha competencia, solo ataja uno", le decía. Pero no hubo caso. La pasión por los guantes es un viaje sin retorno. Y eso fue a los 9 años. 

Hizo el baby fútbol en Escuelita de Trapo, tuvo un fugaz pasaje en Nueva Estrella de Montevideo, jugó en la sub 15 de Deportivo Plaza de Tranqueras, estuvo en las selecciones juveniles de su ciudad, pasó por la sub 15 de Huracán de Rivera y con 14 años ascendió a la primera de Oriental de Rivera a donde lo llevó Julio Ferreira. "Con 14 años contra gente grande, en el interior que se juega a morir, 'tás loco", recuerda el golero. 

Con la bandera de Tranqueras

De sus años de formación también recuerda al Grillo de la escuelita Tabaré Do Prado, a Washington Plata y por supuesto, a su padre, quien lo dirigió en Tranqueras y siempre lo incentivó para que llegara a ser un futbolista profesional. 

Un representante lo vio atajar con la selección del pueblo, en Salto. Y lo llevó a River Plate. Ortega, con 14 años, armó el bolso y se instaló en la casa de un tío, cerca del Borro. "Éramos 60 y quedamos tres. Pero andaba sin plata, el representante desapareció y un día lo llamé a mi padre para volverme. Enseguida enganché con Tacuarembó FC y al tiempo, un amigo, Maico Carneiro, se vino a probar a Danubio quedó y le pedí que me dieran la oportunidad de ir a probarme". 

Carlos Arias le dio esa chance, lo convenció y Ortega pasó a la Quinta del franjeado donde compartió plantel con Federico Ricca, Borys Barone, Jorge Graví e Ignacio González, entre otros.

"Cuando nos dirigió Luis González, nos tenían tres, cuatro meses sin poder ir a ver a las familias. Más de una vez llamé a mi padre llorando diciéndole que me iba, que me quería volver y dejar todo. Pero él siempre lograba tranquilizarme", recordó. 

La partida de Sergio Rochet a Europa hizo que Leonardo Ramos lo subiera al primer equipo para ser el tercer golero de la temporada 2013-2014 en la que Danubio se coronó campeón en finales ante Wanderers. Estaban Salvador Ichazo y Franco Torgnascioli. 

"Fue un momento muy lindo en mi carrera. Aprendí mucho de los grandes escuchándolos, sobre todo de cómo se llega a ganar un campeonato. Leo me hizo concentrar en el Cottage para las finales, tenía eso de hacer sentir a todos importantes en el plantel. Y de entrenador de goleros lo tuve al Pipa (Ruben) Rodríguez", contó. 

Pero a los 18 años a Ortega le ganó la ansiedad y pidió para salir a préstamo para tener sus primeros minutos en Primera. 

En mayores jugó en Canadian, Sud América y Albion

Se fue al ascenso, a Canadian, y en sus primeros cuarto partidos se sintió nervioso. Pero en el quinto, contra Central Español, le atajó un penal a Ignacio Rivero, hoy en Cruz Azul, y ganó una confianza que le permitió atajar en 26 de los 29 partidos de la temporada. La especialidad de atajar penales importantes es una de sus grandes características. El año pasado le tiraron cuatro y contuvo dos. 

"Los primeros seis meses fueron tan buenos que me fue a buscar Wanderers para ser el suplente en la Copa Libertadores 2015. Pero al final se decidieron por Carlos Techera". 

Terminada la temporada pasó a Sud América donde estuvo dos temporadas en Primera División (2015-2017). Primero con Jorge Vivaldo y luego con Julio Avelino Comesaña, a quien recuerda como un gran entrenador con el que mejoró mucho su juego de pies. 

En el buzón le tocó ser suplente y solo jugó un partido en el que se lesionó Javier Irazún. "Cuando trajeron al venezolana Alain Baroja pedí para ir a préstamo. Al principio no quisieron y me tuvieron un mes trotando alrededor de la cancha. Después accedieron y me fui a préstamo a Canadian". 

Terminada la temporada 2017 quedó libre. Sin contrato y a dos meses de encontrar club o volverse a Tranqueras. 

"Muchas veces dije 'no va más, me vuelvo'. En Tranqueras o se trabaja en la forestación o en campaña, en alguna chacra. Si me volvía era para ayudar a mi madre en el almacencito que logró poner con mucho esfuerzo. Mi padre es taxista allá". 

Por las dudas, empezó a trabajar junto a un vecino en un camión donde hacían mudanzas, tarea con la que repartió su tiempo en su primera temporada en Albion. 

Leonardo Blanco, presidente de la sociedad anónima que dirige Albion, recordó en diálogo con Referí su llegada al club y su aporte en estos cuatro años: "Llegó a prueba porque nuestro golero era Santiago Amorín que había logrado el ascenso en 2017 e iba ser el titular para 2018. Vino calladito, sabía que iba a ser suplente, hizo todo el camino. En el segundo año jugó algunos partidos por lesión de Amorín y en 2020 le dije que iba ser el titular. Cuando terminó el proceso de Santiago empezó el de Washington. Es todo su mérito: alcanzar un rendimiento y sostenerlo. Ya lleva cuatro temporadas, logró un sentido de pertenencia con el proyecto y es una persona súper positiva. En el banco o adentro siempre tuvo la misma actitud, humildad y sacrificio con el objetivo de salir adelante. Y esa es la manera de valorizar el proyecto". 

El día que se ganó el contrato jugándose la carrera

En su primer año en el pionero del fútbol uruguayo, el equipo se salvó de volver a la C en la última fecha. Ortega debutó en la penúltima en un 0-0 con Deportivo Maldonado. Entró para atajar los 4 minutos finales por expulsión de Amorín. 

Vive en la zona de Portones

En la semana previa al juego contra Villa Española, de la última fecha, se lesionó el ligamento externo de la rodilla. "Me decían que estaba roto y quedé automáticamente descartado. Pero me fui a una clínica particular donde me dijeron que tenía un esguince y que con un estribo iba a poder jugar".

El equipo concentraba en el Hilton y como tantas veces, Ortega armó el bolsito dejándole el bolsillo de siempre a la ilusión. "El día de partido, a las 7 de la mañana veo pasar a Gabriel Corral en el desayuno y lo voy a buscar. Lo agarro en el ascensor y le digo que quiero jugar. 'Vos estás loco, te vas a romper y no vas a poder jugar nunca más me dijo'. Pero yo le dije que podía jugar, que tenía un esguince y que me probara. Accedió. Juntó al cuerpo médico y me probaron. Tengo dos técnicas para levantarme cada vez que me tiro a atajar una pelota. Probé la primera y me retorcí del dolor. Pero mentí y les dije que era el estribo que no me dejaba levantarme. Después probé la técnica con giro y resultó". 

¿Resultado? Le ganaron 1-0 al Villa, fue elegido la mejor figura del partido, Miramar Misiones perdió con Tacuarembó y fue el que descendió y el club le ofreció un contrato por dos temporadas.  

En 2019, Amorín se lesionó y Ortega atajó en siete partidos, a buen nivel, pero recuperado el arquero titular volvió al banco. Para el 2020 lo hicieron dueño del arco y se convirtió en el mejor golero de la divisional con actuaciones sobresalientes como ante Juventud donde le atajó un penal a Damián González, ante Racing (se lo contuvo a Líber Quiñones) o a Tacuarembó. Pero en realidad, durante toda la temporada sostuvo un nivel parejo y determinante para la suerte del pionero que se sostuvo en la categoría ganándole un playoff a Colón, vicecampeón de la Primera División Amateur.  

Esta temporada, con un plantel más fuerte, Albion -fundado el 1º de junio de 1891- está segundo y en zona de ascenso a lo que puede ser su primer ascenso en la historia a Primera División en el fútbol uruguayo: "Estamos muy ilusionados y quiero dejar mi nombre en la historia del club", expresó el golero. El mejor de Segunda, pero con nivel de Primera. 

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...