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Wilinton Techera y una aventura que da miedo: Guatemala

El ex Peñarol y Rampla se asombra de la gente que lleva armas en el cinto como en el far west
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08 de octubre de 2018 a las 05:00

Estuvo 33 días en el CTI. Perdió 12 kilos y él, que normalmente es flaco, casi que no se reconocía. Todo ocurrió por un choque en pleno partido de Rampla ante Deportivo Maldonado. Un compañero –y amigo– suyo, Nicolás Rocha, le pegó sin querer un rodillazo en el abdomen y le lesionó parte del bazo y del páncreas. 

Wilinton Techera lo recuerda para Referí. “Fue a fines de 2016 en el Campus por la Segunda División. Choqué con Nicolás y terminé en el CTI. Tuve que hacer reposo absoluto y tenía complicado el páncreas. Tanto, que los médicos no sabían cómo podía reaccionar mi cuerpo. Después me enteré que pude haber perdido la vida. Me dijeron que el hecho de ser deportista me ayudó mucho”, dice.

Hoy está con su esposa Alicia en la ciudad de Malacatán en Guatemala defendiendo a Deportivo Malacateco. No es su primera incursión por allí, ya que antes defendió a Mictlán. También lo hizo –y fue campeón– con Olimpia de Honduras, antes de ganar el Uruguayo 2009-2010 con Peñarol.

“Estamos cerca de la frontera con México, a 10 minutos de Chiapas. Hay que tener cuidado y no meterse con la persona inadecuada porque la seguridad por acá es complicada. Es peligroso y no hay advertencia previa. Además, el tema del narcotráfico por esta zona se ve mucho”, explica. 

Acaba de participar de 10 días de paro del gremio de futbolistas de ese país porque pretendían que se votara el nuevo estatuto –algo similar a lo que ocurre en Uruguay–, debido a que los clubes hacían contratos de 10 meses y no de 12. Ahora, luego del paro, se acordó pagarles todo el año. Esa sí es una ventaja que existe en el fútbol uruguayo.

“Dentro del fútbol, el jugador acá en Guatemala no está protegido. Hay amenazas de hinchas y dirigentes a veces para que rescindas el contrato. Por suerte, a mí nunca me pasó”, explica.

Y vuelve a tocar el tema de la seguridad en la calle.

“Es muy común ver a particulares con armas en la cintura con una recámara de municiones. Lo tienen permitido. Eso me llamó mucho la atención”, subraya.

Es que el tema social que se vive en ciertos lugares de Guatemala es un poco complicado y muchos optan por la defensa propia para no llevarse ninguna sorpresa. 

Cuando sale con el mate, llama mucho la atención. “¿Qué es? ¿Qué lleva? Mis compañeros me piden para probar. Y a alguno que ya conocía de mi pasaje anterior por este país, le traje mate, termo y bombilla”. 

Él debió llevarse un mate más chico para economizar la yerba ya que es imposible conseguirla allá. Se llevó cinco kilos desde Uruguay y cuando fue su esposa le llevó otros cinco. Con eso va tirando.

Una de las cosas complicadas con el club es la alimentación. Es muy distinta a la uruguaya.

“Por más que yo me cuido toda la semana en casa, cuando vamos a concentrar, hay veces que el día anterior al partido a los jugadores nos dan una milanesa frita de pescado a la mañana y de noche otra pero de pollo. Uno se cuida de los fritos, pero acá para ellos es muy común. También utilizan mucho el picante”, cuenta Techera.

Otra cosa que es complicada es jugar de visitante. Al igual que en Uruguay, en Guatemala no hay demasiados aeropuertos, por lo que los clubes hacen viajes de hasta 10 horas en ómnibus para tener que enfrentar a otro y muchas veces en caminos empinados, con precipicios, por lo que se va muy lento. 

“Hay mucha zona montañosa y esos viajes para jugar de visita muchas veces se hacen eternos”, añade.

Su modo de transporte es la moto taxi. “Es un triciclo con el conductor adelante. Es bastante seguro y voy a todos lados en él. A entrenar, al supermercado, o si salgo con mi esposa”.

Una de las cosas que más lo impactaron sin dudas, fue en su pasaje anterior por Guatemala.

Así lo cuenta: “Aquí es muy común que en los cumpleaños, se tiren cohetes en las calles. Un día salía para entrenar y escuché ese sonido. Pensé que le festejaban el cumpleaños a alguien, pero al ir caminando, me di cuenta que no. Resulta que hubo una discusión entre dos vecinos por un cable que se cortó y entre insulto e insulto, uno entró a su casa, agarró un arma de fuego y le pegó seis balazos al otro. Yo pasé y vi el cuerpo tirado en la vereda. No lo podía creer”. 

Para Techera, esto si bien no se ve muy seguido, algunas veces “por cualquier conflicto, se van a las armas. Se respeta menos la vida que en Uruguay”. 

En materia económica, si bien se gana un poco mejor que en el fútbol uruguayo, lo más importante tanto para él como para Alicia, su esposa, es que se gana en estilo de vida.

“Todo es mucho más barato. El costo de vida es mucho menor y por mes, gastás la mitad que en Uruguay”, dice.

Y pone algunos ejemplos: “No solo los alimentos, la ropa, el transporte. Los zapatos de fútbol, cuestan la mitad”.

Otro tema que nota claramente es que –al menos lo que él pudo percibir– a la mujer no se la respeta tanto como en Uruguay.

“Socialmente, a veces se la destrata bastante por estos lares”.

Extraña mucho pasear por la rambla de Montevideo, pero sobre todo, la comida.

“No existe el corte de asado en las carnicerías y la calidad de la carne no es buena”, explica. Pero enseguida se acuerda que también añora “el dulce de leche y el de membrillo. Acá, no existen”.

Techera ya se acostumbró al calor, al clima húmedo y tropical. Todas las tardes –sin falta– llueve. 

En poco más de un año, pasó del CTI y de que su vida peligrara, a defender a Rampla y luego viajar a Guatemala. Su carrera sigue y tiene la esperanza de seguir creciendo en todos los aspectos. 

La moto taxi

Así son los taxis de la ciudad guatemalteca de Malacatán a los que se sube todos los días Wilinton Techera para ir a entrenar o a hacer mandados. 

En Deportivo Malacateco

El futbolista uruguayo es titular con la casaca roja de su nuevo club, Deportivo Malacateco de Guatemala. 

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