El principal importador de carne del mundo estuvo cerca de perder también el segundo lugar frente a la Unión Europea, que marcó importaciones por US$ 39,96 millones en el mes, menos de 1% por debajo de China.
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Blasina y Asociados
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En los primeros cinco meses del año los envíos de carne a China desde Uruguay se redujeron 26,6% en toneladas y 37% en dólares.
En el caso de Estados Unidos creció 66% el volumen y 55% el monto en dólares.
Mientras tanto, China nunca importó tanta carne vacuna de Brasil como en 2024. Hasta abril suma 374.620 toneladas, 41% más que el año pasado y 10% por encima del récord de 2022.
“Estamos enfrentando una competencia en el mercado internacional realmente complicada, con Brasil absorbiendo todos los mercados”, afirmó Daniel Belerati, presidente de la Cámara de la Industria Frigorífica (CIF).
“China nos ha desplazado de una forma brutal cuando sigue manejando volúmenes increíbles de importación”, dijo Belerati en Tiempo de Cambio de Radio Rural: “La realidad es que para qué nos van a comprar a nosotros cuando le pueden comprar a Brasil a precios significativamente menores y que tiene volumen como para prescindir de nosotros”.
La aguda caída de la demanda en Uruguay contrasta con los récords que sigue rompiendo China: superó el millón de toneladas en el primer cuatrimestre de 2024 con un aumento interanual de 23%.
Instalado como el comprador de uno de cada tres kilos de carne que se mueven en el mundo, China comenzó a ampliar y diversificar su cartera de proveedores para generar una mayor competencia y consiguió establecer un nivel de precios 20% inferior al de un año atrás.
Habilitó el ingreso de carne de Bolivia, que ya está exportando más de 100 mil toneladas de carne por año. El mes pasado quedó habilitado el ingreso de Colombia. Desde el reingreso de Brasil tras dos casos fortuitos de vaca loca ha habilitado una gran cantidad de frigoríficos y autorizó en marzo a 24 nuevas plantas en Brasil y el gobierno de Lula espera que se aprueben otras 10 o 15, así como están en carpeta 15 frigoríficos de Argentina.
También luego de un período de enfrentamiento político con Australia ha abierto su mercado nuevamente y el mes pasado sumó 5 nuevas plantas frigoríficas habilitadas.
La industria argentina mejoró su acceso a China con la eliminación de las restricciones para exportar ciertos cortes por parte del gobierno de Javier Milei, aunque se mantienen las retenciones del 9%. Con más de 70% de las exportaciones, Argentina es aún más dependiente que Uruguay del mercado chino.
A los precios actuales -13% menos que el año pasado- los frigoríficos argentinos están trabajando a pérdida, afirman operadores del sector.
Brasil y Argentina son los principales proveedores, con el 40% y el 20% respectivamente, mientras que Uruguay pelea el tercer puesto con Australia, ambos países con una cuota de mercado cercana al 10%.
Así como los envíos de Uruguay a China son los más bajos en cinco años, los de Australia están en su nivel más alto desde 2020 y con perspectivas de superar holgadamente las 207 mil toneladas del año pasado.
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¿Oportunidad para el engorde en corrales?
La reciente habilitación de esas cinco plantas suspendidas desde hace cuatro años alimenta esa proyección. Esta autorización coincide con el crecimiento de la demanda en China por carne de animales terminados a grano (grain fed), una especialidad de Australia, y que tiene en este momento muy poca oferta estadounidense.
De esto volvieron hablando los industriales argentinos y uruguayos que asistieron a la SIAL de Shanghai entre el 28 y el 30 de mayo, la mayor feria de la alimentación del mundo.
“China sigue traccionando, pese a los valores que nunca volvieron a los niveles de hace tres o cuatro años, y ahora presenta también nuevas oportunidades para la carne de calidad”, dijo Jorge Grinberg, presidente del Instituto de la Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA).
“Hasta el momento la carne grain fed era ofrecida por Australia y Estados Unidos. Ocurre que esos países aumentaron los precios y los importadores ven a la Argentina como una buena opción para comprar”, afirmó Grinberg, citando precios de US$ 5.500 por tonelada, unos US$ 2.300 más de lo que se está pagando por carne de pasto.
El trader Fausto Brighenti considera que Uruguay tiene que atender este nicho “totalmente demandado por los chinos” que es “el único en el que no tenemos a Brasil de competidor”.
“Cuando se acabe la cuota 481 el reemplazo es China; Brasil tiene producto a grano pero de cebú que no tiene la calidad y el marmoreo del Angus, y Estados Unidos tiene problemas por la guerra de tarifas con Beijing y el poco stock ganadero, mientras que Argentina tiene la mitad de novillos que hace 10 años”, señaló Brighenti como ventajas para Uruguay en el segmento.
El trader considera que a Estados Unidos vale la pena vender pero advierte que “es un reemplazo transitorio; es una oportunidad y no una tendencia”.
Mientras tanto, el mercado chino “está inundado de carne fresca debido a un exceso de oferta impulsado por importaciones baratas, una desaceleración en el sector lácteo que ha resultado en la faena de más vacas y una demanda más débil de lo esperado”, afirman medios orientales.
El precio mayorista promedio de la carne vacuna cayó 18,4% en la última semana de mayo respecto al mismo período del año pasado hasta US$ 8,60 por kilo, según un informe de precios publicado por el Ministerio de Agricultura y Asuntos Rurales de China.
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Un cisne negro y después
A principios de 2020 la pandemia de Covid 19 irrumpió como un cisne negro que alteraría, entre muchas otras cosas, el flujo de comercio mundial.
En medio de esa incertidumbre Estados Unidos superó a China en febrero y luego en junio como principal comprador en Uruguay. Pero el ritmo de demanda de China se aceleró y para fines de ese año se volvieron a alcanzar los US$ 100 millones mensuales, cuatro veces más que Estados Unidos.
El récord fue de US$ 214 millones en octubre de 2021, un monto 87% superior al de las ventas a Estados Unidos en el mismo mes.
Ahora la baja de China parece ser una tendencia y no un accidente. Un cambio en la demanda que coincide con un Estados Unidos apremiado por bajos stocks ganaderos que lo encaminan a la menor producción de carne desde 2018 y por lo que este año importará la mayor cantidad de su historia, casi 1,9 millones de toneladas.
Con 12.633 toneladas, según los datos del Instituto Nacional de Carnes (INAC), las exportaciones de Uruguay a China el mes pasado fueron las más bajas desde febrero de 2020 con una baja interanual de 43,5%.
Fue el quinto mes seguido por debajo de 20 mil toneladas, algo que no ocurría desde 2018. Estados Unidos, por su parte, encadena seis meses por encima de 10 mil toneladas, lo que nunca había sucedido antes.
“Estamos redirigiendo a Estados Unidos en la medida de lo que podemos”, destacó Belerati, “es el único lugar en el mundo donde podemos mantener un nivel de precios razonables”.
Esa tendencia a la baja del mercado chino se ha hecho cada vez más notoria: en mayo de 2023 representaba el 55% del volumen exportado frente a 20% de Estados Unidos y 14% de la Unión Europea, mientras que este año China representó el 32%, EEUU el 32% y Europa el 15%.
También se desinflan los precios que paga China y se ensancha la brecha con el mercado estadounidense. El promedio de la tonelada exportada al país asiático fue en mayo de US$ 3.189, el más bajo desde diciembre de 2020 y 33% inferior al pico de US$ 4.753 en mayo de 2022.
Por su parte EEUU pagó un promedio de US$ 4.122 por tonelada en mayo, el valor más alto de 2024.
Hace un año la brecha de precio entre China y Estados Unidos era de US$ 350 a favor de EEUU y en el último mes fue de casi US$ 950.
La menor incidencia de China y los precios más bajos de la carne que compra ponen un techo más bajo al precio del ganado gordo en Uruguay, un precio que se sostiene firme por la baja oferta que está generando la combinación de sequía en años anteriores y exceso de lluvias en el presente que no permite usar las pasturas sembradas. Pero ese alivio al productor es un problema para el sector industrial, que ve como se va en barco no solamente una cantidad importante de novillos chicos sino cada vez más ganado para faena o vientres.
El presidente de la Cámara de la Industria Frigorífica dijo que este año la exportación en pie “se volvió una película de terror”.
“Al principio salían terneros, después novillos y ahora exportando en pie vaquillonas preñadas se está yendo la máquina; estamos vendiendo las joyas de la corona”, afirmó en Tiempo de Cambio de Radio Rural.
Belerati subrayó que la exportación de vaquillonas preñadas “nos castiga hoy y nos vuelve a castigar en el futuro; un país que deja ir así su riqueza nos preocupa, debería ser analizado por los productores y por las autoridades”.
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