El nuevo informe de pobreza e indigencia del INDEC confirmó una mejora en los indicadores sociales: en el primer semestre de 2025 la pobreza fue del 31,6% (9,5 millones de personas), mientras que la indigencia cayó al 6,9% (2,1 millones de personas).
El dato es llamativo: se trata del nivel más bajo desde 2019 y marca un quiebre respecto a la administración anterior, cuando la pobreza nunca logró perforar el piso del 35% y llegó a superar el 40% en varios relevamientos. En términos de hogares, el 24,1% no logra cubrir el costo de la canasta básica total.
El contraste con 2024 también es claro: en el primer semestre del año pasado había sido de 52,9%, y en el segundo semestre, la pobreza alcanzaba al 38,7% de las personas, lo que significa una caída de más de siete puntos porcentuales en apenas seis meses.
El informe también revela fuertes disparidades según la edad. La pobreza golpea con más crudeza a niños, niñas y adolescentes: el 46,1% de los menores de 17 años es pobre, y dentro de ellos, la indigencia alcanza al 10,2%. En contraste, entre los adultos mayores de 65 años la pobreza se reduce al 10,8%, con un número de indigencia mucho más bajo: 1,6%.
Asimismo, las diferencias se hacen visibles al observar la incidencia por regiones. El Noreste (NEA) continúa siendo la zona más golpeada, con un 39% de su población en situación de pobreza, seguido por Cuyo (33,8%). En el otro extremo, la Patagonia muestra el menor registro del país con un 27%, mientras que el Gran Buenos Aires (31,5%), el Noroeste (31,2%) y la región Pampeana (30,5%) se ubican cerca del promedio nacional (31,6%).