La Cumbre Iberoamericana de Madrid se celebrará los días 4 y 5 de noviembre de 2026, según anunció este jueves el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares.
El Ministerio de Exteriores informó la fecha de celebración de la cumbre en un comunicado, en el que indicó que Albares le transmitió esa información a sus homólogos iberoamericanos, con los que se reunió en la sede de Naciones Unidas en nueva York para avanzar en los preparativos de la cita.
El ministro detalló que la Conferencia Iberoamericana incluirá más de 25 reuniones ministeriales, foros y encuentros en distintas ciudades de España, aunque la sede principal será Madrid.
En la cumbre de noviembre de 2026 se aprobará el Plan Cuatrienal de Cooperación Iberoamericana 2026-2030.
"España propondrá la creación de un Fondo iberoamericano de respuesta a desastres, avanzar en la homologación de títulos universitarios y el acercamiento a otros países y regiones como India o el Caribe anglófono", explicó el comunicado.
Cuando anunció a Madrid como sede, Albares dijo que la ciudad será en esos días "no solamente la capital de España, sino también la capital de Iberoamérica, porque todos los madrileños y todos los españoles sentimos a todos los pueblos de América Latina como hermanos".
La región de Madrid superó a finales del año pasado el millón de habitantes de origen latinoamericano, lo que significa que uno de cada siete de sus residentes (7 millones) son de esa región, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Madrid 2026 buscará recomponer la cumbre tras el fracaso en Cuenca
España asumió en noviembre de 2024, al terminar la última Cumbre, celebrada en Cuenca (Ecuador), el reto de recomponer estos encuentros iberoamericanos de máximo nivel, que tienen ahora carácter bienal.
La cita ecuatoriana estuvo marcada por registrar el número más alto de ausencias de la historia de este foro y la imposibilidad de alcanzar un consenso para adoptar una declaración final, debido a las posturas antagónicas de Argentina y Cuba, que protagonizaron un enconado intercambio de acusaciones durante la sesión plenaria.
El rey de España, Felipe VI, fue el encargado de recibir el testigo para organizar en 2026 la XXX Cumbre Iberoamericana, después de que la cita de Cuenca concluyese sin una declaración aprobada por los diecinueve países participantes de un total de veintidós que integran la comunidad iberoamericana.
Por primera vez en la historia de las cumbres, que se organizan desde 1991, en Cuenca hubo tres sillas vacías, correspondientes a México, Nicaragua y Venezuela, los tres países que rompieron relaciones en 2024 con Ecuador, cuyo presidente, Daniel Noboa, fue el único presidente de América Latina en la cita, en otro hecho sin precedentes.
Además del monarca español, los únicos jefes de Estado o de Gobierno que llegaron a ese encuentro en la ciudad andina fueron el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, y el jefe de Gobierno de Andorra, Xavier Espot.
Los demás países optaron por enviar a representantes de segundo nivel o de incluso menor rango, lo que desperfiló una cumbre que buscaba tratar la innovación, inclusión y sostenibilidad como ejes centrales de una discusión que proponía como soluciones fomentar el empleo y una mayor integración en materia de educación.