La irrupción de las plataformas asiáticas Shein y Temu está generando un sacudón en el mercado de la moda argentino. Con una combinación de precios bajos, marketing agresivo y logística eficiente, estas marcas están captando a un público joven y digital, mientras la industria textil local enfrenta una caída de producción del 40% en dos años y la pérdida de miles de empleos.
Según datos de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria y la Fundación ProTejer, el 67% de la ropa que se vende hoy en Argentina es importada, cifra que escala al 75% en shoppings. Además, el volumen de compras por "courier" aumentó y durante los primeros siete meses acumula U$S 408 millones (+258,2% i.a.). “Es casi el doble de todo 2024 y muy cerca del máximo alcanzado en 2022 (U$S 418 millones en moneda constante). Su volumen aún es bajo pero el cambio en las formas de consumir indica que seguirá ganando protagonismo”, explican desde la Consultora Analytica.
Shein y Temu: cómo influyen en la moda argentina
Gran parte de esa modificación en el consumo se debe a la compra de ropa en el exterior. Tanto, que según datos oficiales de Tiendanube, entre las marcas que participaron tanto en Hot Sale 2024 como 2025, el vertical Moda experimentó una de las caídas más fuerte con el 11%.
"Es un año transformacional para la moda argentina por múltiples razones: la macro, el nuevo consumidor, y el impacto de estas plataformas", señala Franco Radavero, Country Manager de Tiendanube. "Ingresan fuerte en el público joven, con precios ultra bajos, descuentos y una experiencia de compra gamificada que genera ganas de comprar ya. Pero también hay una oportunidad para competir desde la creatividad, la calidad, la atención posventa y una propuesta más alineada con el consumidor local", reflexiona Radavero.
En esa misma línea, la diseñadora Natalia Antolín remarca el valor del diferencial local: "En nuestra marca desarrollamos todos los productos en nuestro taller. Eso nos permite ofrecer algo que no se encuentra en otro lado. Apostamos a la calidad, al diseño propio y al servicio posventa, que es clave frente a estos jugadores".
Crecimiento de Shein y Temu
El crecimiento de Shein y Temu impacta sobre la industria textil local.
El atractivo de Shein y Temu no es casual. Ambas firmas utilizan inteligencia artificial para detectar microtendencias y ajustar su producción en tiempo real. Esto les permite lanzar nuevas prendas en apenas 10 días y mantener un stock bajo, reduciendo costos y sobrantes. Pero ese modelo también tiene consecuencias.
Shein y Temu: preocupaciones externas e internas
Según un informe publicado por Grist y basado en el reporte de sustentabilidad de la empresa, Shein fue en 2023 la compañía más contaminante de toda la industria de la moda, con 16,7 millones de toneladas de dióxido de carbono emitidas. El uso intensivo de avión para enviar paquetes individuales y el uso masivo de poliéster (76% de su producción) agravan su huella ambiental.
"AI permite que la moda rápida se convierta en ultra rápida. Shein y Temu no podrían existir sin esa tecnología", advierte Sage Lenier, directora de Sustainable and Just Future. Aunque la empresa promete reducir emisiones, la escala de su operación crece a un ritmo mayor que sus mejoras ambientales.
Shein
Shein fue en 2023 la compañía más contaminante de toda la industria de la moda.
Desde la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE) reconocen el crecimiento de estas plataformas, pero señalan que los operadores locales tienen ventajas: el 40% de los pedidos se entregan en menos de 24 horas, y los cambios o devoluciones son más simples. "Trabajamos con el gobierno para que se nivelen las condiciones y los locales puedan competir con menores costos laborales e impositivos", afirman desde la CACE.
Algo similar explican desde IDEA, organismo que presentó su encuesta anual a empresarios esta semana. La misma arroja que el principal obstáculo para el crecimiento que observan en el país es la carga impositiva con un 75%. Mientras tanto, la apertura de importaciones solo tuvo 11%, mostrando que hay más preocupación por cuestiones internas que externas.
Rocío Vazquez, diseñadora de moda y comunicadora del sector en redes sociales, coincide con esta mirada: "La diferencia con importaciones previas es que ahora el acceso es más libre. Pero hay que preguntarse a qué costo. La moda argentina es una industria vulnerable, pero con mucho potencial. Tenemos buena confección, marroquinería, cuero, y también un diferencial en el trato personalizado".
Para Radavero, el desafío está en que las marcas locales mejoren su organización, bajen costos innecesarios y sumen tecnología: "Cuando se logra conectar con el cliente, es difícil que una propuesta de valor baja gane".
Mientras la discusión sobre las importaciones sigue abierta, el boom de Shein y Temu ya está modificando hábitos de consumo, esquemas de producción y modelos de negocio. La industria argentina busca no quedarse atrás en un escenario que promete seguir en transformación.