Los jóvenes uruguayos Agustín Álvarez y Uriel Crampton se conocieron mientras cursaban la carrera de Ingeniería en Informática en la Universidad de Montevideo. Juntos se propusieron emprender en un proyecto relacionado con la electrónica para jóvenes que, tras el contacto con docentes de instituciones públicas y privadas, derivó en una solución educativa que permite realizar experimentos de física en cualquier aula.
“En ese intercambio con docentes, nos dimos cuenta de que había un debe en las prácticas de laboratorio. Según los números que recabamos, se tienen que hacer 12 prácticas en el año y se están haciendo tres. Esto se debe a precios elevados del equipamiento, poca disponibilidad de laboratorios para grandes números de alumnos y brechas con las nuevas tecnologías”, explicó Crampton a Café y Negocios.
A partir de la identificación de este problema, los uruguayos crearon a principios de 2025 Hylabs y diseñaron un kit integral de software y hardware desde cero para transformar aulas comunes en laboratorios científicos.
La solución consta de un laboratorio de física portátil con los elementos necesarios para poder hacer las prácticas —diseñados para bachillerato y los primeros años de universidad—, que se conecta con una plataforma digital interactiva en la que se pueden hacer gráficos, informes y que tiene un enfoque pedagógico.
“El laboratorio y su electrónica fueron diseñados por nosotros, mandamos a China a hacer todo lo que tiene que ver con los circuitos; los traemos a Uruguay y hacemos algunos ensamblados. El software es diseñado por nosotros”, dijeron los cofundadores.
Además del componente portátil, que integra sensores y herramientas de medición, Hylabs incluye materiales educativos diseñados para estudiantes y docentes, con guías y recursos didácticos que permiten realizar experimentos en cualquier espacio, ya sea el salón de clases tradicional o el hogar. Al no requerir internet ni inversiones en infraestructura, la solución resulta especialmente interesante para instituciones con espacios limitados, pocos laboratorios y zonas rurales.
El modelo de negocios es la venta directa de licencias anuales a centros educativos, tanto públicos como privados, con costos que van desde US$ 3 a US$ 5 por mes por alumno.
A partir del lanzamiento de la solución, los uruguayos empezaron a recibir un fuerte interés de instituciones de educación Secundaria y Terciaria, tanto de Uruguay como de Argentina y Colombia. Además, recibieron el apoyo de Uruguay XXI, la Fundación Ricaldoni y el apoyo financiero de la ANII.
En el último año, más de 170 estudiantes y 18 docentes participaron en pruebas piloto en 10 instituciones. Actualmente, la startup tiene 150 licencias vendidas y proyecta alcanzar las 650 en un año.
Además, los uruguayos cerraron un preacuerdo exclusivo de distribución para Colombia, lo que marcó el inicio de su expansión internacional, que tiene como foco México, Chile y Argentina en los próximos años, y en la que entienden que el rol de los distribuidores será clave.
“De acá a tres años buscamos estar facturando más de US$ 1 millón por año en licencias”, adelantó Crampton.
A nivel de producto, los emprendedores buscan lanzar a futuro otra solución enfocada en el sector de química.
Actualmente, tanto Crampton como Álvarez están radicados en Estados Unidos. Crampton se encuentra allí temporalmente, tras completar un curso intensivo de internacionalización de empresas en Georgia State University. Álvarez, en cambio, está instalado de manera permanente en San Francisco, donde se mudó con el objetivo de trabajar en el ecosistema tecnológico de Silicon Valley.