El 86% de los usuarios sigue sin cambiar la contraseña de administrador de su rúter, según la más reciente encuesta de seguridad realizada por Broadband Genie, una plataforma en el Reino Unido que compara precios y servicios de internet, telefonía y televisión, y además ofrece asesoramiento y encuestas sobre tecnología y seguridad en línea.
Este dato, recogido tras una encuesta a 3.045 internautas en 2024, fue calificado de "alarmante" por la compañía ya que no modificar esta contraseña predeterminada expone a los usuarios a riesgos de seguridad.
Dejar la clave por defecto facilita que ciberdelincuentes accedan a las redes domésticas y, con ello, a todos los dispositivos conectados, como computadoras, teléfonos y cámaras de seguridad.
A pesar de que las encuestas anteriores, realizadas en 2018 y 2022, ya advertían sobre este problema, los usuarios no han mejorado sus prácticas de seguridad. De hecho, la cifra de quienes no cambian la contraseña de administrador ha aumentado ligeramente en los últimos años.
Este comportamiento refleja un desconocimiento generalizado sobre los peligros que implica no realizar estos ajustes básicos en los rúters, señala la compañía.
El estudio también arrojó que la mayoría de los usuarios no ajusta otras configuraciones clave de su rúter. Muchos siguen utilizando las configuraciones de fábrica, no actualizan el firmware —el software que controla el dispositivo— y no cambian el nombre de la red, lo cual facilita que hackers identifiquen qué tipo de router utilizan y exploten sus vulnerabilidades. Además, pocas personas se toman el tiempo de verificar qué dispositivos están conectados a su red, lo que les deja vulnerables a intrusos que pueden robarles ancho de banda o acceder a información personal.
Oliver Devane, investigador de seguridad en McAfee, dijo que el problema radica en que muchos usuarios no son conscientes de los riesgos que conlleva no proteger adecuadamente sus rúters. "Los rúters son la puerta de entrada a todos los dispositivos conectados en el hogar", explica Devane. "Si no se protegen, los ciberdelincuentes pueden aprovecharse de fallos en el firmware o las contraseñas predeterminadas para acceder a la red y robar información sensible".
A pesar de esta falta de conciencia, mejorar la seguridad de una red doméstica es relativamente sencillo. Cambiar las contraseñas de administrador y de Wi-Fi, actualizar el firmware del router y verificar quién está conectado a la red son medidas básicas pero efectivas para protegerse de posibles ataques. Cambiar el nombre de la red también puede ser útil, ya que dificulta que los hackers identifiquen el tipo de router y sus posibles debilidades.
Sin embargo, uno de los hallazgos más preocupantes de la encuesta es que muchos usuarios no saben por qué deberían hacer estos cambios. El 75% de los encuestados admitió no tener claro por qué es importante modificar las configuraciones de fábrica de su rúter, lo que sugiere que existe una gran falta de educación en temas de seguridad informática. Esto se refleja en el hecho de que, aunque la mayoría de los usuarios saben cómo cambiar los ajustes del rúter, simplemente no ven la necesidad de hacerlo.