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5 de diciembre 2025 - 10:45hs

Hablar de vocación hoy es hablar de incertidumbre, de búsquedas que no siempre son lineales y de decisiones que ya no se toman una vez en la vida. Cada vez más personas descubren que elegir un camino profesional implica explorar intereses, revisar expectativas y animarse a cambiar cuando algo deja de resonar. La vocación dejó de ser un destino impuesto para convertirse en un proceso dinámico, íntimo y profundamente personal.

En este contexto, El Observador y Medicina Personalizada (MP) presentaron el episodio 19 de MP Talks, el ciclo que invita a reflexionar sobre bienestar, salud y desarrollo personal a través de conversaciones con referentes de distintas áreas. Tras el episodio anterior, esta nueva entrega aborda justamente cómo se construye, se cuestiona y se transforma la vocación a lo largo de la vida, a partir de tres miradas que iluminan el tema desde ángulos muy distintos.

Embed - Vocación: dudas, presión y propósito — elegir “qué ser” en un mundo lleno de exigencias | #MPTALKS

En esta edición participaron Laura Toledo, ingeniera en computación; Alan Abadi, licenciado en Psicología; y Pablo Cuevas, extenista profesional y actual coach. Desde trayectorias y experiencias muy distintas, los tres coinciden en un punto clave: la vocación no es un destino fijo, sino una construcción permanente.

La vocación como un camino, no como un punto de llegada

Para Toledo, entender la vocación como una elección definitiva a los 17 años es una presión innecesaria que genera ansiedad en los jóvenes. “La vocación no es un destino, es una construcción”, afirma. Plantea que se trata de un proceso de escucha interna, de autoconocimiento y de permitir la diversidad de intereses personales.

También cuestiona la idea romantizada de la pasión como requisito: “La pasión es importante, pero no todo el mundo tiene una única pasión clara. Y está bien. Somos diversos, tenemos múltiples intereses, y eso también es parte de una vida equilibrada”.

Conocerse para elegir mejor

El psicólogo Abadi se suma a esa mirada. Para él, la pregunta tradicional —“¿qué querés ser?”debería cambiarse por una más profunda: “¿quién sos?”. Sostiene que pedirle a un adolescente que decida su vida sin tener claridad sobre su identidad es fuente de estrés y malas decisiones.

Abadi subraya que conocerse, identificar talentos y entender qué entusiasma es un componente central de la salud mental. “Cuando además de construir una vocación uno logra aportar algo a los demás, aparece un nivel de plenitud muy significativo”, agrega.

La vocación que cambia con la vida

La historia de Cuevas aporta una dimensión distinta, una vocación que se transforma ante los golpes de la vida. Su carrera profesional —marcada por una lesión que lo dejó dos años fuera del circuito— lo obligó a cuestionarse todo.

Durante ese período de incertidumbre, fantaseó con otros caminos, aunque reconoce que no estaba preparado emocionalmente. “No podía salir de mi personaje individualista de jugador de tenis”, recuerda. Entre rehabilitación y trabajo psicológico, logró volver a competir y recuperar foco.

Hoy, ya retirado, vive una vocación distinta, centrada en acompañar. Lo hace como padre, como entrenador y como persona.

Antes todo giraba en torno a mí, a mi descanso, a mi rendimiento. Hoy mi propósito es que quienes están conmigo la pasen bien, que crezcan Antes todo giraba en torno a mí, a mi descanso, a mi rendimiento. Hoy mi propósito es que quienes están conmigo la pasen bien, que crezcan

Tres voces, una misma idea: la vocación se construye

El episodio 19 de MP Talks deja una reflexión transversal que plantea que la vocación no se descubre de una vez y para siempre, sino que se cultiva con experiencias, introspección, vínculos y cambios personales a lo largo de la vida.

Toledo lo piensa como una construcción abierta; Abadi como parte de la salud mental y el autoconocimiento; Cuevas como una evolución que acompaña las etapas y resignifica el propósito.

Una invitación, en definitiva, a bajar la presión, abrir preguntas y entender la vocación como lo que realmente es: un camino que se recorre, no un destino impuesto.

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