La noticia fue confirmada este domingo por su fundación en un comunicado.
La actriz y cantante francesa Brigitte Bardot, referente indiscutido del cine europeo en las décadas de 1950 y 1960, falleció este domingo a los 91 años. La noticia fue confirmada por su fundación a través de un comunicado oficial.
Retirada de la vida pública desde hace décadas, Bardot residía entre sus dos mansiones en Saint-Tropez, en la Costa Azul. Su vida fue una sucesión de éxitos cinematográficos, militancia por los derechos de los animales y múltiples controversias políticas y personales.
Bardot alcanzó el estrellato en 1956 con la película “Y Dios creó a la mujer”, dirigida por Roger Vadim, su primer esposo. En el filme interpretó a Juliette Hardy, una joven huérfana que escandaliza a la sociedad conservadora de Saint-Tropez con su sensualidad. El eslogan publicitario de la cinta, “Dios creó a la mujer… pero el diablo inventó a BB”, marcó su carrera.
La escena donde baila descalza sobre una mesa, al ritmo de un mambo, consolidó su imagen como símbolo sexual internacional. A partir de allí, su presencia se volvió omnipresente en la cultura francesa de la segunda mitad del siglo XX.
Bardot fue considerada un emblema de la liberación femenina, admirada por intelectuales como Simone de Beauvoir, Marguerite Duras y Jean-Luc Godard. Con una carrera breve pero intensa, protagonizó cerca de 50 películas y cultivó un estilo único que influenció la moda, con el uso de vaqueros remangados y bailarinas.
Simone de Beauvoir le dedicó el ensayo “Brigitte Bardot y el síndrome Lolita”, publicado en 1959, donde afirmó que Bardot caminaba “lascivamente y un santo vendería su alma al diablo por verla bailar”.
La propia actriz eligió seis películas como las más representativas de su carrera:
“Et Dieu… créa la femme” (1956): Su debut como protagonista la catapultó al estrellato.
“En cas de malheur” (1958): Enfrenta a Jean Gabin, interpretando a una joven delincuente que seduce a su abogado.
“La Vérité” (1960): Bajo dirección de Henri-Georges Clouzot, interpreta a una mujer juzgada por el asesinato de su amante.
“Le Mépris” (1963): Obra de culto dirigida por Jean-Luc Godard, retrata el desmoronamiento de una pareja.
“Viva Maria” (1965): Junto a Jeanne Moreau, lidera una revolución en una república ficticia de América Latina.
“L’Ours et la poupée” (1970): Comedia romántica que fue uno de sus últimos trabajos antes de retirarse.
En 1967, Bardot le pidió a Serge Gainsbourg una canción de amor. Él compuso en una noche el tema “Je t’aime… moi non plus”, que grabaron juntos. La canción, considerada obscena por el Vaticano, fue archivada hasta 1986 por pedido del esposo de Bardot, Gunter Sachs.
La versión más conocida fue interpretada luego por Gainsbourg con Jane Birkin. Pese a ello, Bardot grabó más temas con él, como “Bonnie & Clyde” y “Comic Strip”, reunidos en el álbum BB.
En 1973 Bardot abandonó el cine para volcarse plenamente a la defensa de los animales. La imagen de la actriz abrazando una cría de foca en Terranova en 1977 recorrió el mundo y visibilizó la crueldad de la caza de estos animales.
Su fundación se convirtió en una referencia en la lucha animalista. En sus últimos años, se concentró en causas como la prohibición del consumo de carne de caballo en Francia y el uso de sedantes previos al sacrificio en mataderos.
En 2025, en su última entrevista televisiva concedida a BFMTV después de 11 años, Bardot reclamó la prohibición de la caza de montería en el país.
Durante las últimas décadas, Bardot protagonizó varias polémicas por sus declaraciones y posiciones políticas. Fue condenada en cinco ocasiones por incitación al odio, a raíz de comentarios homófobos, xenófobos y racistas.
Apoyó públicamente a Marine Le Pen, a quien llegó a calificar como “la Juana de Arco del siglo XXI”. Durante la pandemia de covid-19 se negó a vacunarse, argumentando alergia a productos químicos.
También criticó el movimiento “Me Too”, señalando que varias actrices “calientan a los productores para conseguir un papel” y tildando algunas denuncias de “hipócritas”.
Su vida privada estuvo marcada por relaciones conflictivas y rupturas familiares. Estuvo casada cuatro veces, y su segundo esposo, Jacques Charrier, la denunció por descripciones negativas en su autobiografía de 1996.
Su hijo único, Nicolas, fue descrito por Bardot en ese mismo libro como un “tumor” no deseado durante el embarazo. El vínculo entre ambos permaneció tenso durante décadas.
A lo largo de su vida, atravesó varios intentos de suicidio y abortos voluntarios, uno de los cuales casi le cuesta la vida.
Brigitte Bardot deja un legado contradictorio pero influyente, marcado por la fama, la libertad personal y la controversia. Para Marie-Dominique Lelièvre, una de sus biógrafas, su vida puede resumirse en una sola frase: “Bardot siempre ha sido y será una niña”.
Convertida en ícono de una época, su figura sigue inspirando en el cine, la moda y la cultura francesa. Su muerte cierra un capítulo en la historia del siglo XX, donde el cine, la política y la lucha por los derechos animales se cruzaron en una misma vida.