El gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá, admitió que a la institución le preocupan las criptomonedas y ha alertado de que si su emisión no tiene asegurado un respaldo, como sí lo tienen las monedas en curso de los bancos centrales, se puede volver al Oeste del siglo XIX, donde se terminó como "el rosario de la aurora".
En una entrevista en Radio Nacional de España, Escrivá ha explicado que hay innovaciones tecnológicas asociadas al uso de criptomonedas, como es la tokenización o los 'smart contracts', que "son muy positivas".
No obstante, ha dicho que si una criptomoneda la entendemos como una alternativa al dinero que, por ejemplo, emite el Banco Central Europeo o el dinero bancario que se emite a través de procedimientos mayoristas, donde están los bancos centrales, y el dinero empieza a ser emitido por entidades o instrumentos asimilables que tienen una supervisión más laxa "podemos volver al siglo XIX".
Ha precisado que tiene que haber un respaldo asegurado detrás de las monedas, pues si eso no está asegurado, "podemos volver al siglo XIX, donde no sé si alguno ha visto las películas del Oeste, donde veíamos que los bancos emitían dinero y aquello terminó como el rosario de la aurora".
"¡Ojo a la privatización del dinero otra vez!", ha dicho Escrivá, que ha recordado que los bancos centrales tienen la responsabilidad última de la emisión de dinero "precisamente porque aseguramos el valor y la seguridad que tiene que tener todo el proceso".
Instituto Catalán de Finanzas
En cuanto a que el Instituto Catalán de Finanzas (ICF), entidad financiera pública de la Generalitat, pueda actuar como un banco, Escrivá ha manifestado que se está estudiando y están en conversaciones.
Ha añadido que lo que quiere la Generalitat, por lo que tiene entendido, es que el ICF tenga un estatus bancario "en el sentido de una asimilación de lo que, por ejemplo, es el Instituto de Crédito Oficial".
Escrivá ha explicado que eso precisa de una serie de requisitos y de un proceso que se está evaluando en este momento, por lo que no se puede pronunciar aún al estar ese proceso en marcha y no haber terminado.
FUENTE: El Observador