Parece increíble, pero yo también alguna vez me quejé por el exceso de tiempo. Sin embargo, ya hace muchos años que lucho con uñas y dientes por aprovecharlo, y por hacerlo de la manera más consciente posible. En mis 20 y 30 años “aprovechar” el tiempo era hacer lo más que pudiera en 24 horas. Cada período de la vida tiene sus particularidades y no me arrepiento de lo que hice o no pude hacer entonces.
A los 50 aprovechar el tiempo es usarlo eficazmente, pero también -siempre que se pueda- con disfrute. Y la verdad es que, casi siempre se puede sumar disfrute, incluso a las tareas rutinarias. Lavar platos no es de mis disciplinas favoritas, pero ahora cuando me toca hacerlo aprovecho a pensar en detalles del libro que estoy leyendo y, de eso, deriva el disfrute. Claro que es mucho más fácil disfrutar con un café y una torta de chocolate, pero hay que tomar lo que la vida te alcanza de la mejor manera que podés.
Henri Bergson, filósofo francés del siglo XIX, desarrolló una teoría del tiempo subjetivo que se aleja de la noción científica y objetiva del tiempo. Para él existe el “tiempo mecánico”, el que medimos con relojes y calendarios, que se representa como una sucesión de momentos idénticos que se pueden contar y comparar. Bergson consideraba que este tipo de tiempo es una construcción artificial que no refleja la verdadera experiencia humana del paso del tiempo.
En cambio, lo que llama “la duración” es la esencia del tiempo vivido y experimentado subjetivamente y es la forma en que experimentamos el tiempo internamente, lo que se relaciona con nuestra conciencia de lo que hacemos, decimos y experimentamos. Es por eso que cuando estamos aburridos el tiempo parece alargarse, algo que ahora no me pasa nunca. Y cuando estamos entretenidos, pasa rápidamente. “La duración es una mezcla de pasado y presente, donde nuestras experiencias pasadas se integran continuamente en nuestra experiencia actual”, explicaba el filósofo
Todo lo anterior fue una larga introducción para confesarte que esta mitad de año se me pasó volando, pero que incluso en ese vuelo supersónico disfruté muchas cosas. Hoy te comparto mis series preferidas de lo que va de 2024 y me quedo atenta a tus recomendaciones. Soy Carina Novarese, y te agradezco que elijas invertir tu tiempo subjetivo en leer Pícnic!
Lo mejor de la mitad del año
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Shogun. La serie que se puede ver en Disney + rompió todo este año, porque logra plasmar duramente el choque de culturas que se dio cuando el hombre occidental llegó a Japón. Basada en la novela de James Clavell, narra la historia de John Blackthorne, un marino inglés que naufraga en el Japón feudal. Tremendas actuaciones, casting, locaciones y dos visiones del mundo que, incluso ahora, siguen siendo muy diferentes.
El Turista. La temporada 2 de esta serie mantiene la intensidad y las interrogantes de la primera, en la que un hombre (Jaime Dornan) se despierta en un hospital en medio del desierto australiano, sin recordar nada. Pero la falta de memoria no lo libra de quiénes lo persiguen, aunque no sepa ni por qué. Ahora se puede ver en Netflix y es buen plan de thriller divertido.
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Fallout. Amazon Video metió alguna serie buena este año y a mí me gustó una de ciencia ficción y del futuro. Fallout es una serie basada en una popular franquicia de videojuegos, ambientada en un mundo post-apocalíptico devastado por una guerra nuclear. Pero el ser humano sobrevivió bajo la tierra y en la tierra, y sigue siendo tan dañino como siempre. A diferencia de otras producciones apocalípticas, esta tiene inocencia y risas, también. Me gustó Ella Purnell en la piel de una joven sobreviviente que sale de su protección subterránea para enfrentarse al mundo real.
Un caballero en Moscú. Basado en el hermoso libro de Amor Towles, Ewan McGregor interpreta al conde Alexander Rostov, condenado a vivir bajo arresto domiciliario en un fastuosos hotel de Moscú, que sobrevive a la revolución comunista porque le sirve a la revolución. Es una adaptación bellamente realizada que combina drama, humor y reflexión, y en la que un noble sensible descubre el poder del amor, el coraje y la comunidad. Se puede ver en las plataformas online de servicios de TV paga (Paramount).
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One Day. Una romántica que me gustó por sus actores jóvenes y actuaciones frescas, aunque ya conocía la historia porque hay libro y película previa, es One Day (Netflix), la historia de una pareja improbable que durante mucho tiempo son amigos, que van y vienen por los caminos de las relaciones hasta que se dan cuenta que el amor vale la pena. No todo es color de rosas, y no digo más.
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Hitler y los nazis: La maldad a juicio. Esta serie documental, que se puede ver en Netflix, es de esas que vale la pena ver aunque te conozcas la historia de memoria. En primer lugar porque hay muchos detalles de esta historia tristemente verdadera que no conocemos. Y en segundo lugar, porque profundiza en los orígenes, causas y consecuencias de lo que fue una de las expresiones de crueldad más vergonzantes de la historia.
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Mr y Mrs Smith. Una de acción, espías, trampas, y algo de amor. Basada muy ligeramente en la película del mismo nombre que inició el romance entre Brad Pitt y Angelina Jolie, esta serie de Amazon Video no parte de un matrimonio que luego descubre que son espías (y competencia), sino de dos espías que deben fingir ser un matrimonio para realizar diversas misiones de las que no nos dan mucho detalles. Ambos actores son buenísimos y juntos, son pura química.
True Detective Night Country. Volvió a MAX esta saga de detectives en su cuarta temporada, con nuevos personajes y nuevos misterios. Esta vez está ambientada en el oscuro y frío paisaje de Alaska, donde dos detectives siguen las confusas pistas de un asesinato y la desaparición de un grupo de científicos, mientras que se enfrentan a sus propias batallas personales. En la noche eterna del norte, con hielo por todos lados, la tensión te deja siempre al borde del salto. Jodie Foster está, como siempre, genial.
Griselda. Sofía Vergara pasó de ser la colombiana que pronuncia mal el inglés y hace reír en Modern Family, a la capa de la droga que aterrorizó Miami en los 80, en esta producción de Netflix que tiene mucho del principal componente de las historias de capos de la droga: violencia extrema. Narra la vida real de Griselda Blanco, quien creó uno de los cárteles de drogas más rentables de la historia.
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El problema de los tres cuerpos. Otra de ciencia ficción, con mucha de física inentendible para el común de los mortales, pero que no impide seguir la trama con ansiedad. Desde 2006 esta saga literaria china se ha convertido en best seller de culto. Netflix aceptó el desafío de convertirla en serie bajo la batuta de los creadores de Juego de Tronos, que tuvieron dos años para limar esta producción en la que se une el pasado con presente y el futuro, y con mundos imaginarios que se ven maravillosamente reales.
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Fuimos los afortunados. Para quien desconfíe de que los milagros existen, la historia real de los Kurc seguro te hará pensar que existen. La serie comienza antes de la invasión alemana de Polonia en 1939 y concluye unos años después de que termine la Segunda Guerra Mundial, con varias historias paralelas que siguen a los integrantes de esta familia que termina desperdigada por el mundo, escapando una y otra vez de los nazis con todas las estrategias imaginables. Cuando comenzó la guerra vivían más de 3.3 millones de judíos en Polonia. Cuando terminó no llegaban a 380.000. Recién se estrenó en Disney+.
Industry. La tercera temporada de esta serie británica, que se puede ver en MAX, es mucho mejor que las anteriores porque se concentra más en las relaciones entre los protagonistas del árido mundo financiero, que en las finanzas en sí mismas. Si te gustó Succesion, esta es una buena opción.
No dejes de ver
Elegí doce series pero tengo otras favoritas que no quiero dejar de compartir contigo, rápidamente.
- La temporada tres de Hacks, es tremendamente divertida, humana e irónica. Cada vez está mejor. Por MAX.
- El Oso sigue mejorando y en esta tercera temporada acierta al centrarse cada vez más en las historias personales, y no solamente en el deslumbrante pero feroz mundo de la cocina (Disney+)
- Ripley es una historia retorcida como lo son los libros de Patricia Highsmith, pero esta versión en serie es una maravilla no solo por la narrativa sino por la cinematografía suprema en la que cada cuadro de filme es casi casi, una obra de arte. Está en Netflix.
- Me divertí a rabiar con Los Caballero s (N etflix), la serie de Guy Ritchie que es mucho mejor que la película del mismo nombre y del mismo director. ¿Quién dijo que los nobles no pueden ser grandes mafiosos de la droga? Es una historia desopilante, enriquecida por la sorna y el acento británico y por el impecable vestuario de todos
Me despido a lo grande, como lo hizo París al cierre de unos Juegos Olímpicos impecables y disfrutables a la distancia, con la versión de Bajo el cielo de París de la cantante francesa Zaho de Sagazan, que acompañó el apagado del pebetero olímpico en un desierto Jardín de las Tullerías, una visión surrealista si las hay porque suele estar repleto de turistas. La canción se hizo popular gracias a la versión de la eterna Edith Piaf, que también te la dejo por acá para que la disfrutes. Hasta dentro de siete días.