Duro choque entre periodistas y el gobierno de Milei en la CIDH por la libertad de expresión en Argentina
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos realizó en Miami una audiencia sobre libertad de expresión en Argentina. Periodistas, ONGs y colectivos de prensa denunciaron agresiones sistemáticas. El gobierno de Milei quedó a la defensiva y recordó los ataques del kirchnerismo a la prensa. La CIDH prometió visitar el país.
El debate por el trato que Javier Milei les da a los medios y periodistas argentinos se mudó a Estados Unidos. El choque se escenificó en el agreste campus de la la Universidad de Miami, ubicado en el barrio de Coral Gables, en el sur de la ciudad. Dentro de un amplio salón de la universidad se realizan desde el lunes pasado las audiencias de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
La Comisión forma parte de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Es su brazo defensor de los derechos humanos. Si bien tiene base en Washington, esta vez la CIDH concretó una suerte de presentación itinerante en Miami, la capital informal de América Latina en Estados Unidos.
La audiencia duró dos horas. El debate sobre el trato a los periodistas fue áspero pero muy civilizado. Cada una de las partes tuvo tiempo para desarrollar su posición y responderse mutuamente. Al final no hubo un pronunciamiento contundente por parte de las autoridades de la CIDH. En realidad no se esperaba que lo hubiera. Pero el encuentro en Miami puso al gobierno de Milei a la defensiva y dejó un sutil mensaje de advertencia por parte de la Comisión.
"Recibimos información, amplia, con testimonios y experiencia sobre cómo se ejerce un derecho fundamental en democracia", analizó ante El Observador USA el presidente de la CIDH, el mexicano José Luis Caballero Ochoa. Tras escuchar a los periodistas y representantes de las asociaciones civiles, el funcionario opinó ante este medio que "en algún punto lamento las posiciones del Estado argentino, porque tiene que haber una bienvenida más franca a la defensa de la libertad de expresión".
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El presidente de la CIDH además confirmó que la Comisión está interesada en concretar una visita a la Argentina para constatar de primera mano la calidad de la convivencia entre el gobierno y los medios en el país.
"La visita admite que hay una preocupación por el estatus de la libertad de expresión y el acceso a la información en la Argentina", celebró el prosecretario de La Nación, Claudio Jacquelin,a su vez vicepresidente del Foro de Periodismo Argentino (Fopea).
Llamado de atención a Milei y debate sobre la pauta publicitaria
La audiencia temática sobre la libertad de expresión en la Argentina de Milei se completó a pedido de Fopea y el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), junto a una coalición integrada por Poder Ciudadano, Amnistía Internacional, los sindicatos de periodistas SiPreBA, FATPREN y la Asociación de Reporteros Gráficos de Argentina (ARGRA), entre otras.
El argumento central del planteo es existe un “alarmante y veloz deterioro de la libertad de expresión en el país". En concreto, los colectivos de prensa apuntaron contra el gobierno de Milei y contra el histriónico presidente en particular.
Hugo Wortman Jofré, del Consejo de Poder Ciudadano, desdeñó la hipótesis de que las críticas de Milei en sus redes sociales se hacen como si fuera una persona más y no el presidente argentino. "No hay distinción respecto a desde qué cuenta lo hace, es el presidente y para el que sufre el ataque se produce el mismo efecto intimidatorio", señaló durante el encuentro, que duró dos horas.
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La CIDH aceptó tratar el caso sobre la libertad de expresión en la Argentina y esa decisión ya encierra un llamado de atención internacional para el gobierno de Javier Milei. Un gobierno que de todas formas desprecia la lógica del multilateralismo que expresan la CIDH, la OEA y las Naciones Unidas.
Pese a ese rechazo, el subsecretario de Derechos Humanos de Milei, Alberto Julio Baños, viajó especialmente a la reunión de Miami. En su estrategia defensiva, Baños negó la existencia de un plan destinado a la “persecución de periodistas”.
El funcionario además hizo una objeción de procedimiento. "Se supone que es una audiencia temática, pero acá se describen casos puntuales que no responden a la consigna", opinó ante El Observador USA. El abogado Baños agregó que "denuncian supuestos ataques a la prensa del presidente Milei, pero eso no existe. No hay tal cercenamiento a la libertad de expresión. Y muchas de esas quejas responden al corte de la pauta publicitaria".
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El subsecretario de Derechos Humanos de Milei, Alberto Julio Baños, viajó especialmente a la reunión de la CIDH en Miami.
Baños fue más allá durante su exposición. "Milei cortó la pauta a periodistas que se habían malacostumbrado. En muchos casos lo que piden es que el gobierno vuelva a sobornarlos a costa de los demás", afirmó.
Las razones de la CIDH para tomar el caso argentino
¿Por qué la CIDH acepta determinadas audiencias y no otras? En concreto, ¿por qué le dio entidad a las denuncias de agresiones a los medios en Argentina? "En la comisión hacemos un balance geográfico y elegimos temas que vamos identificando en el moniroteo de manera constante, recogiendo preocupaciones e identificando tendencias", explicó a este medio la secretaria ejecutiva de la CIDH, Tania Reneaum.
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La funcionaria no disimiló sus escepticismo sobre el tenso vínculo que el gobierno de Mieli mantiene con los medios. Lo explicitó durante la audiencia. “Preocupa que si bien no hay una restricción normativa, pareciera que en la vía de los hechos hay restricciones y afectaciones. Si una mesa plural dice que hay una tendencia hay que mirar hacia allí con el afán de corregir” recomendó.
Tania Reneaum y José Luis Caballero ocuparon el centro de del salón. A los costados de los directores de la CIDH se ubicaron los grupos en pugna: los representantes del Estado argentino y los periodistas y delegados de las organizaciones civiles.
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"Una audiencia no es para abrir un caso, sí lo es para el monitoreo constante y para poner en la mira del escrutinio internacional lo que, según la sociedad civil, es el sobrepaso de límites en algunos derechos humanos", le dijo Reneaum a este medio.
El subsecretario de Derechos Humanos le respondió a su turno. "No me parece justo lo que dijo Reneaum. Los periodistas que hacen denuncias no van a recibir ningún tipo de represalia o intimidación por estar presentes en esta audiencia. No somos merecedores de ese comentario", se quejó Baños.
Agregó que "los periodistas pueden ejercer su labor con total libertad y tranquilidad, porque nadie va a perseguirlos".
De Alconada Mon a Jacquelin, Mengolini y Pablo Grillo
El periodista de investigación de La NaciónHugo Alconada Mon se sumó por videollamada al debate. Contó que, tras publicar una nota en el diario argentino sobre un presunto plan de espionaje paraoficial sobre opositores, movimientos sociales y periodistas, recibió diez intentos de hackeo, ataques en correos electrónicos y en la red X, insultos y amenazas desde cuatro números telefónicos distintos.
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“Lo expuesto explica el estado de ánimo y el impacto sobre periodistas, que repercute en un silenciamiento, temor, autocensura, practicad de disciplinamiento y ataques a la integridad moral y la credibilidad”, resumió Jacquelin, vicepresidente de Fopea.
Julia Mengolini, de Futurock, dijo que Milei "publicó en las redes cien mensajes en mi contra en cuatro días y usó el poder penal para perseguirme”. Mengolini señaló un ensañamiento particular contra las mujeres periodistas por parte del gobierno.
El dramático caso del fotógrafo Pablo Grillo fue citado en la audiencia. Grillo fue herido gravemente por el disparo de un gendarme durante una marcha de jubilados. “La granada que abrió su cabeza nos cambió a todos. Un mensaje directo para todos”, aseguró Tomás Cuesta, de la Asociación de Reporteros Gráficos de la Argentina.
El funcionario Baños relativizó la acusación. Sobre las denuncias de agresiones en marchas dijo que fueron “hechos aislados” y no una persecución deliberada. “El uso de la fuerza está regulado y la actividad periodística está protegida”, agregó.
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Comparación con Bukele y Maduro
La presidenta de Fopea, Paula Moreno, presentó datos sobre el crecimiento de la violencia digitaly el hostigamiento a la prensa. “Hay un aumento significativo de ataques a la prensa, que pasaron de 179 casos en 2022 a 256 en 2023. Las cifras superan el récord histórico de 2013”, en referencia a los tiempos de Cristina Kirchner en el poder.
Dijo que Milei encabeza la mayor parte de los ataques con posteos y retuits en redes sociales. Moreno argumentó que el papel del libertario argentino alcanza niveles de agresión que superan a los del venezolano Nicolás Maduro y el salvadoreño Nayib Bukele. La presidenta de Fopea recordó la muletilla del presidente “no odiamos lo suficiente a los periodistas”, suerte de arenga y bandera de la tropa libertaria en las redes.
Baños se atajó. "No hay periodistas detenidos, medios clausurados ni censura previa de ningún tipo. La comparación con Bukele y Maduro es mas que desatinada. Una decena de causas individuales frente a miles de expresiones críticas diarias lo demuestran", opinó.
El antecedente de los ataques del kirchnerismo a la prensa
El subsecretario de Derechos Humanos jugó en su favor la carta de la comparación histórica con los tiempos kirchneristas. "Este gobierno no ha puesto fotos de periodistas en la Plaza de Mayo, no ha incitado a la gente para que escupan, insulten o defequen en esas fotos. Me parece que la legalidad y el respeto por el prójimo y el fortalecimiento de la vida institucional es sinceramente diferente a lo que tuvimos en años recientes", contragolpeó.
"Parece que a Baños no le pasa el tiempo", ironizó después el periodista Jacquelin. El columnista de La Nación le dijo a El Observador USA que "el hecho ocurrido durante el gobierno de Cristina Kirchner fue gravísimo, pero en estos tiempos no hace falta poner fotos en las plazas públicas. Usan las redes que es la nueva plaza pública, donde exponen al escarnio recurrente a periodistas con nombre y apellido. Hay una política sistémica de ataque al periodismo".
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El vice de Fopea además objetó el decreto de Milei que estableció una serie de restricciones a la ley de acceso a la información pública, sancionada en 2016. "La libertad de prensa se ha deterorado de forma acelerada en estos dos años. El gobierno se aferra a un procesalismo extremo y rechaza asumir gravedad de los ataques de las más altas autoridades, incluido el presidente", aseguró.
En su exposición final, el funcionario de Milei buscó restarle peso a las acusaciones. "No hagamos de una audiencia temática intentar poner de rodillas al Estado argentino. A algunos pueden no gustarle políticas del gobierno, eso no significa que deban correr a la CIDH porque no se violan derechos humanos", concluyó Baños.