El voto latino habló claro: cuando se nos toma en serio, cambiamos el rumbo del país
Esta elección fue, en muchos sentidos, el primer referéndum sobre el desempeño de Trump y los republicanos desde su regreso al poder. Los votantes calificaron su gestión y la reprobaron. El cierre de gobierno, el altísimo costo de la vida y los recortes impulsados por su administración (entre otras cosas) tuvieron un alto costo político.
Para quienes todavía tenían dudas, las elecciones del 4 de noviembre dejaron algo muy claro: el voto latino es una de las fuerzas más dinámicas y decisivas en la política estadounidense. Una vez más, quedó demostrado que cuando se hace el trabajo de hablar con los votantes latinos con tiempo, de forma culturalmente competente y sobre los temas que realmente nos importan, los resultados son determinantes.
Los comicios de este noviembre fueron el primer termómetro de cómo los estadounidenses —y en particular los latinos— perciben el rumbo del país bajo la administración de Donald Trump. Y el mensaje fue contundente: los votantes están rechazando su gestión y la de los republicanos en el Congreso, que han destrozado la economía, amenazan el acceso a la salud y siembran miedo en nuestras comunidades con redadas indiscriminadas y políticas crueles.
ICE - Detenido durante una protesta en Illinois - AP
Una persona es detenida durante una protesta frente a un centro de ICE en Illinois
AP
Las elecciones fueron una victoria clara para los demócratas, especialmente entre los latinos. Los votantes, cansados del alto costo de la vida, la falta de acceso al cuidado médico y de oportunidades, decidieron alzar su voz y castigar el extremismo de Trump y su partido.
El voto latino definió el resultado
De acuerdo a encuestas de pie de urna de CNN, la nueva gobernadora de Virginia, Abigail Spanberger, ganó con el 67% del voto latino. En Nueva Jersey, la gobernadora electa Mikie Sherrill, obtuvo el 68% del apoyo latino, ganando en diez condados con alta población hispana, incluso en zonas que Trump había ganado en 2024. En Nueva York, Mamdani, el nuevo alcalde, triunfó con el 52% del voto latino, y en California, un 71% de los votantes latinos respaldó la Proposición 50 que aprueba mapas electorales favorables para los demócratas.
Estos resultados confirman lo que siempre hemos sabido: los votantes latinos responden cuando el partido y los candidatos invierten tiempo y recursos para escucharlos y ofrecer soluciones reales.
Un referéndum sobre Trump y su legado
Esta elección fue, en muchos sentidos, el primer referéndum sobre el desempeño de Trump y los republicanos desde su regreso al poder.Los votantes calificaron su gestión y la reprobaron. El cierre de gobierno, el altísimo costo de la vida y los recortes impulsados por su administración (entre otras cosas) tuvieron un alto costo político.
Trump - 15-10-25 - AFP
AFP
De acuerdo con una encuesta de UnidosUS, el 53% de los votantes latinos señaló el costo de vida y la inflación como su principal preocupación, seguido por el empleo y la economía (36%). Son temas de mesa familiar, y los candidatos que los abordaron con credibilidad fueron los que ganaron.
El reto hacia 2026
Con más de 36 millones de latinos elegibles para votar, nadie puede darse el lujo de ignorarnos. Los demócratas pueden —y deben— ganar el voto latino en 2026, pero no por inercia, sino con trabajo constante, conversación honesta y presencia sostenida.
Debemos empezar ahora. Y en Latino Victory ya empezamos. Hay que hablar con los votantes latinos en los lugares donde viven, trabajan y sueñan. Hay que dejar claro que los demócratas apoyamos a las familias trabajadoras y luchamos por precios más bajos, atención médica asequible, políticas migratorias humanas y comunidades seguras.
Las elecciones de este ciclo fueron una lección sobre cómo fortalecer nuestra democracia: escuchando, respetando y empoderando al electorado más diverso y de más rápido crecimiento del país.
El voto latino habló claro y envió un mensaje rotundo a Donald Trump y a los republicanos MAGA: estamos cansados de sus ataques, de su falta de empatía y de su desconexión con nuestras realidades. Cuando se nos toma en serio, los latinos votamos —y cuando votamos, cambiamos el rumbo del país.