11 de marzo 2025 - 15:34hs

El gobierno de Donald Trump busca avanzar con los recortes en el gasto público y se espera que tome nuevas medidas para achicar la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA). El recorte de casi un 20% de la planta de trabajadores de la NOAA y la perspectiva de cierre de tres edificios federales, críticos para los pronósticos meteorológicos globales y las alertas de peligro de la agencia, provocó una fuerte reacción entre un gran número de grupos científicos y empresariales, que advierten sobre el daño a la economía y la seguridad pública que estas decisiones pueden provocar.

La Administración Trump está considerando no renovar los contratos de alquiler de dos centros de operaciones de la NOAA -uno para la predicción meteorológica y climática en Maryland y otro de operaciones de radar en Oklahoma-, según revelaron dos fuentes a The Washington Post, que hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizadas a hablar públicamente.

Además, otra instalación de operaciones por satélite de la NOAA en Maryland apareció en una lista que armó la Administración General de Servicios (GSA), en la que ubicó cientos de propiedades consideradas "no esenciales para las operaciones gubernamentales", en el marco de su búsqueda por oportunidades para vender edificios que posee el Estado. La lista desapareció posteriormente del sitio web de la GSA.

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Estos posibles cierres se sumarían a los importantes recortes en la plantilla de trabajadores de la NOAA. La semana pasada, el gobierno pidió a los gerentes de la agencia estatal que lleven adelante un recorte adicional de 1.000 trabajadores. Según fuentes internas consultadas por The New York Times, estos se suman a los 1.300 trabajadores que renunciaron o fueron despedidos en las últimas semanas y representa casi un 20% de los alrededor de 13.000 trabajadores de la agencia.

Las medidas forman parte de la iniciativa promovida por el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), liderado por el magnate Elon Musk, para recortar significativamente el gasto público.

NOAA, de la que depende el Servicio Nacional de Meteorología, un referente de pronósticos para EEUU, el mar Caribe y los océanos Pacífico y Atlántico, tiene un presupuesto de unos 6.800 millones de dólares anuales y ha sido criticada por Trump y su entorno por ser una de las principales agencias que alerta sobre el cambio climático y sus consecuencias.

Las advertencias de los expertos y empresarios

Según expertos, estos recortes podrían afectar la capacidad de la agencia de hacer pronósticos de temporales, tormentas y huracanes. Actividades como el lanzamiento de globos sonda para analizar las capas altas de la atmósfera ya han sido suspendidas debido a la falta de personal.

Administración Nacional Oceánica y Atmosférica - Bloomberg.avif
Administración Nacional Oceánica y Atmosférica.

Administración Nacional Oceánica y Atmosférica.

La perspectiva de perder o reubicar la tecnología y el personal de estas oficinas ha suscitado preguntas sobre lo que harían los meteorólogos, científicos del clima y empresas privadas de todo el mundo si se interrumpiera el acceso a sus datos y observaciones.

Representantes de los sectores de seguros, agricultura y pesca instaron al secretario de Comercio, Howard Lutnick, a que proteja a la NOAA, en cartas privadas y llamamientos públicos.

La Reinsurance Association of America, cuyos miembros proporcionan un respaldo fundamental a las compañías de seguros estadounidenses, escribió en una carta, difundida por The Washington Post, que los dólares de los contribuyentes gastados en la NOAA son "inversiones esenciales y rentables".

La asociación instó a la Administración a permitir que la NOAA siga recopilando y compartiendo datos sobre grandes tormentas, incluidos los datos sobre viento y granizo, así como las crecientes listas de "catástrofes de miles de millones de dólares" que azotan Estados Unidos cada año.

El presidente de la asociación, Frank Nutter, afirmó: "Quizá ninguna otra entidad federal facilite mayor actividad económica y comercial que la NOAA y sus fuentes de datos".

En ese sentido, las instalaciones que se pretende cerrar actúan como centros neurálgicos esenciales para la difusión de alertas de tornados y otros riesgos meteorológicos, alimentando con observaciones meteorológicas los modelos de previsión utilizados en todo el mundo. También mantienen una red nacional de sistemas de radar Doppler y gestionan una flota de satélites de la NOAA que recogen todo tipo de datos cruciales de las ciencias de la tierra.

Por su parte, organizaciones como el Centro Europeo de Predicción Meteorológica a Medio Plazo y la Unión Geofísica Americana también alertaron sobre el peligro de los recortes en NOAA y pidieron al Congreso que intervenga.

"Cualquier laguna en la vigilancia actual del sistema terrestre no sólo tendrá repercusiones en el presente, sino que generará problemas para muchas generaciones venideras", declaró por correo electrónico Florence Rabier, directora general del Centro Europeo de Predicción Meteorológica a Medio Plazo. La agencia, una colaboración entre 35 países, está "pidiendo una fuerte colaboración científica con EEUU para beneficio mutuo", dijo Rabier.

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