Las elecciones departamentales de 2025 cerraron con un escenario de relativa continuidad, pero con movimientos relevantes que reordenan el tablero de cara al nuevo ciclo político. El Partido Nacional retuvo la mayoría de las intendencias —13 de 19—, aunque no logró mantener el histórico resultado de 2020, cuando había alcanzado 15 gobiernos departamentales. El Frente Amplio, en tanto, recuperó presencia y gobernará en cuatro departamentos, mientras que el Partido Colorado conservará su bastión tradicional de Rivera. La gran novedad fue el debut de la Coalición Republicana, que se impuso en Salto, una plaza clave para la izquierda.
Cambios y permanencias
Si se compara con los comicios de 2020, el mapa muestra un retroceso del Partido Nacional, que perdió Río Negro y Lavalleja a manos del Frente Amplio, aunque le arrebató Salto a través del lema de la Coalición Republicana. A cambio, logró mantener sus dominios en departamentos históricamente blancos como Tacuarembó, Durazno, San José, Florida, Colonia y Treinta y Tres. También conservó Maldonado, Cerro Largo, Flores, Soriano, Canelones, Artigas y Rocha.
Por su parte, el Frente Amplio pasó de tres a cuatro intendencias, al recuperar Río Negro y conquistar por primera vez Lavalleja. A esto se suman Montevideo y Canelones, bastiones tradicionales donde gobierna sin interrupciones desde 1990.
En el caso de Salto, la contienda fue reñida y terminó con victoria de la Coalición Republicana, un lema que unió a blancos, colorados, cabildantes e independientes en un intento de frenar al Frente Amplio en sus territorios más competitivos. La fórmula opositora logró su cometido y se quedó con el único departamento donde esa herramienta tuvo éxito electoral.
La Coalición Republicana entra al mapa
Aunque ya existían antecedentes de acuerdos similares, esta fue la primera vez que se utilizó el lema Coalición Republicana en las elecciones departamentales. Su estrategia se desplegó solo en tres departamentos —Montevideo, Canelones y Salto—, donde el Frente Amplio históricamente ha sido fuerte. De los tres, solo en Salto logró imponerse, en parte gracias al efecto arrastre de la unificación de candidaturas y al peso del candidato Carlos Albisu, que finalmente logró cortar la racha frenteamplista.
Según explicó el politólogo Antonio Cardarello a El Observador, este tipo de alianzas pueden "mejorar la competitividad en territorios adversos", aunque no garantizan el triunfo. En Montevideo y Canelones, la coalición fue claramente superada por el Frente Amplio, que incluso consolidó su ventaja respecto a 2020.
El Frente Amplio: una recuperación modesta pero estratégica
El resultado de 2025 muestra un Frente Amplio más competitivo que en 2020, año en el que había sufrido una caída importante al pasar de seis a solo tres intendencias. Ahora suma un departamento más, con dos recuperaciones clave: Río Negro, que había perdido en 2020, y Lavalleja.
Además, en términos poblacionales, el Frente Amplio mantiene el control de los dos departamentos más habitados: Montevideo y Canelones. Según explicó el politólogo Eduardo Bottinelli a Búsqueda, “aunque en número de departamentos el Frente gobierna menos que el Partido Nacional, en términos de población gobernada la relación es más pareja”.
El Partido Nacional sigue dominando el interior
El Partido Nacional mantiene una hegemonía clara en el interior, donde ganó en 13 departamentos. Muchos de ellos presentan una continuidad casi ininterrumpida desde hace décadas, como San José, Colonia, Tacuarembó o Treinta y Tres. En esos casos, la alternancia política es prácticamente inexistente.
Esa falta de alternancia ha sido señalada como una característica estructural de las elecciones subnacionales uruguayas. “Cada vez hay menos departamentos donde hay alternancia”, sostuvo Cardarello en conversación con El Observador. A esto se suma la tendencia a la reelección de intendentes o de sus sucesores directos, como ocurrió en Maldonado con Miguel Abella, el candidato de Enrique Antía o en San José con Ana Bentaberri.
El Partido Colorado: estancado en Rivera
El Partido Colorado mantiene Rivera como único bastión, sin posibilidad de expansión en otros departamentos. Aunque algunos dirigentes colorados valoran “cualquier crecimiento” como positivo, el desempeño fuera de Rivera volvió a ser marginal. Incluso en departamentos donde históricamente tuvo peso, como Salto o Canelones, no logró construir candidaturas competitivas propias por fuera del lema de la Coalición Republicana.
Un ciclo que cierra y otro que comienza
Con los resultados ya consolidados, se configura un nuevo equilibrio entre oficialismo y oposición a nivel departamental. La performance del Frente Amplio, aunque lejos de su pico histórico en 2005 (cuando gobernó ocho departamentos), le permite afrontar el próximo ciclo con mejores expectativas. En tanto, el Partido Nacional deberá evaluar una pérdida relativa de poder territorial, aunque conserva una mayoría cómoda. La Coalición Republicana, en tanto, abre interrogantes sobre la eficacia de la estrategia del lema, o si tendrá impacto en el futuro de los partidos tradicionales uruguayos en las urnas de 2029.
