10 de mayo 2025
Dólar
Compra 40,50 Venta 43,00
10 de mayo 2025 - 5:00hs

¿Por qué sacaste tus ahorros? Era 2001 y María Eugenia Estoup estaba a punto de tener su casa propia. La pregunta que sonaba del otro lado del teléfono venía del mismo lugar en el que trabajaba: por qué, apenas antes de la corrida bancaria más grande del Uruguay, había esta empleada de la banca pública contribuido al retiro masivo de dinero como lo habían hecho otros miles de ahorristas.

Ese es el recuerdo que tiene de una época que marcó la historia de los bancos en Uruguay y que ella miraba de cerca.

Estoup había entrado por concurso al Banco Hipotecario en 1994, pasó a trabajar en la Agencia Nacional de Vivienda (ANV) 14 años después con su creación y desde este lunes preside al que supo tener su época dorada como el sindicato más poderoso del país pero que ha perdido su brillo ante el ojo público.

Más noticias

No estaba todavía en los años de los “pesos pesados” de AEBU, como cuando Juan José Ramos se convirtió en uno de los principales negociadores para la salida de la crisis bancaria. Aunque siempre había sido afiliada, su militancia más cercana empezó con la creación de la ANV, cuando había que armar la agencia de cero y, por tanto, también los acuerdos con los empleados.

En 2011 empezó formalmente a trabajar en AEBU, estuvo cinco años a cargo de la representativa de la ANV, y de ahí pasó a presidir el Consejo del Sector Financiero Oficial, en 2023, cuando se jubiló su antecesor.

El retiro de los dirigentes históricos del sindicato y la renovación que se viene dando desde hace unos años fueron los que dieron paso a que, por primera vez en 83 años, una mujer estuviera en la presidencia de AEBU.

Estoup, de 54 años, pertenece a la lista 98, conformada por dirigentes moderados del gremio. Ese sector es predominante, tanto en el Consejo Central —órgano de conducción política— como en el Consejo del Sector Financiero Privado. Sin embargo, en el consejo de banca pública hay otra realidad. La conducción ha variado en los últimos años tras resultados eleccionarios con mayorías mínimas de votos. En las últimas elecciones de abril de este año, la lista 98 obtuvo seis consejeros en el sector de banca oficial y se quedó con la presidencia. El segundo lugar lo ocupó la Coordinación para el Cambio (lista 319575810999) y obtuvo cuatro puestos. Esa agrupación —antiguamente conocida como RUC por la cantidad de números— nuclea a cuatro listas emparentadas con la izquierda radical y es la mayor oponente que tiene la lista 98.

Además de batallar hacia adentro, su gestión tendrá que batallar hacia afuera para recuperar la fuerza y el brillo que el gremio bancario alguna vez tuvo.

Lo que estará en juego

María Eugenia Estoup, presidente de AEBU.

Estoup no llegó a terminar la carrera de arquitectura —dejó en 2018 y le quedan cuatro materias para recibirse— pero la experiencia del viaje de casi un año por buena parte del mundo en condiciones austeras y conviviendo con muchos compañeros le enseñó, cuenta ella, la habilidad para conciliar entre diferentes posturas. Eso, y la experiencia de aprender a hacerse espacios para compatibilizar su vida de madre de tres hijos con la de la mujer que empezaba a hacerse de un lugar en el mundo sindical, le dieron las herramientas que pondrá en práctica en un espacio que, hasta ahora, había sido ocupado por hombres.

Las reivindicaciones que pondrá sobre la mesa en su liderazgo al frente de AEBU serán las mismas con las que logró los apoyos necesarios para llegar hasta donde está: el fortalecimiento del sistema de cuidados, en la inclusión, en el acoso, en el género, y la defensa de los salarios y el empleo de calidad. “También tenemos propuesto hacer crecer el sindicato, porque han aparecido nuevas formas de intermediación financiera en el sistema y hay que ver también hasta dónde llegamos con la afiliación, a qué tipo de actividad financiera podemos afiliar a nuestro sindicato y además de crecer dentro de las empresas que ya tenemos”.

El cambio del perfil en los trabajadores vinculados a AEBU —se jubilan bancarios, se suman otros en los escalafones más bajos de la pirámide salarial— también ha generado un problema: cómo sostener las jubilaciones del futuro. Estoup responde:

—Es importante que se busquen nuevas fuentes de financiamiento. El sistema tiene que repensarse. En el caso de la Caja Bancaria, el modelo es que las empresas aportan por los activos financieros. Si yo cambio un trabajador por una máquina, aporto por esa máquina. Y bueno, eso es lo que va a tener que pasar, porque evidentemente va a haber menos trabajo de calidad, como para que haya aportes grandes, y evidentemente no se va a poder sostener solamente con las cápitas, que era lo que decíamos. Los activos no van a poder bancar, tenemos una demografía donde tenemos muchos pasivos. Hay que incluir la discusión en el diálogo social.

Menos bancarios, más rubros afines

El perfil del bancario, de ese trabajador empoderado, con buen pasar, enaltecido estatus social y bien remunerado viene perdiendo pie dentro del sindicato que todavía lleva ese nombre como identidad: en parte, con el ingreso de los trabajadores de la Agencia Nacional de Vivienda primero —que venían del Banco Hipotecario— y en parte con el agregado de las administradoras de crédito, los transportadores de caudales, las financieras. También, porque los cargos —y los sueldos— se han ido “achatando”.

“Durante estos últimos cinco años, obviamente que el movimiento sindical ha estado bombardeado, además de que se acallaron mucho las voces, también se lo castigó bastante y fue bastante difícil para el movimiento sindical en general. Pero sí es cierto también que las coyunturas han sido diferentes”, justifica Estoup en Entrevista con El Observador. La explicación que encuentra a esa falta de fervor o poderío visible para el ciudadano de a pie es que ha cambiado el modo de participación de sus afiliados.

“Los compañeros hoy votan determinadas autoridades y confían de alguna manera en que son los delegados sindicales los que van a ir adelante con las reivindicaciones. Y a veces la participación se vuelve un poco complicada, pero cuando hemos necesitado a la gente realmente, la vieron en la asamblea de la reforma de la Caja Bancaria: hemos tenido más de 3.600 personas”, reivindica.

Más allá de eso, hacia afuera eso de que es “el sindicato más poderoso del país” ya no se visualiza, se ve un sindicato más debilitado. ¿A qué creés que se debe?

—Yo creo que el sindicato no está debilitado, en el sentido de que ha conseguido cosas durante todo este tiempo. Nosotros entendemos que el sindicato bancario sigue siendo el sindicato poderoso, que quizá no tuvo que hacer demostración de eso. Tuvimos que firmar convenios colectivos y tuvimos negociaciones muy duras. Siendo un sindicato poderoso, vos podés lograr cosas sin necesidad de tener que hacer movilizaciones fuertes. Sentándote en una mesa de negociación con seriedad y con responsabilidad.

Temas:

Uruguay AEBU

Seguí leyendo

Te Puede Interesar

Más noticias de Argentina

Más noticias de España

Más noticias de Estados Unidos