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24 de julio 2025 - 5:00hs

En las últimas elecciones departamentales, Cerro Largo se mantuvo fiel a su historia y el electorado le renovó la confianza al Partido Nacional. La disputa por la intendencia arachana fue entre el exintendente, José Yurramendi, y el exalcalde de Río Branco, Christian Morel.

Si bien la elección parecía estar inclinada para Yurramendi –respaldado por el exintendente y dirigente arachán Sergio Botana–, en las últimas semanas antes del 11 mayo, Morel logró imponerse con un discurso que apuntaba a la desorganización y “derroche” que llevó adelante Yurramendi al frente de la comuna.

Lo cierto es que, en sus discursos de campaña, Morel aseguraba que la intendencia tenía una deuda de alrededor $600 millones (US$15 millones). Sin embargo, al asumir el mando, ese monto pasó a ser de $1.500 millones (US$ 37,5 millones).

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“Sabíamos que la situación era complicada, pero es cierto que cuando entramos nos dimos cuenta de que es mucho peor. En ese contexto adverso que esperábamos, igualmente teníamos margen para llevar adelante, en el arranque de la gestión, algunas de las promesas de campaña”, declaró Morel en diálogo con El Observador.

Según describió el intendente, actualmente la comuna se encuentra “literalmente parada”, porque no poseen recursos para hacer obras, tareas de limpieza o mover maquinaria.

Morel indicó que no tienen dinero para seguir ayudando a las organizaciones sociales o deportivas con las que históricamente se colaboró. “Recién esta semana pudimos darle a personas en situación de pobreza un plato de comida, en el marco del programa Un plato caliente. Fue porque el frigorífico PUL y otras organizaciones privadas nos dieron los alimentos”, añadió.

De acuerdo con documentos que elaboró la nueva gestión, no hay ningún banco que le permita a la intendencia tener una línea de crédito -porque no pagaron lo que se adeudaba-, lo que imposibilita el acceso a dinero por fuera del recaudado de los aportes de los contribuyentes.

A lo anterior se suma que Ancap decidió suspender la cuenta a nombre de la Intendencia de Cerro Largo y actualmente la dependencia de obras no tiene acceso a portland. “No estamos haciendo ningún tipo de refacción, pero tampoco arreglamos calles que deberían ser reparadas porque no tenemos con qué”, describió Morel.

A nivel de funcionarios, “la intendencia se encuentra superpoblada”, según un informe que describe la situación en algunas oficinas de la comuna. Todas los departamentos tienen un promedio de siete funcionarios, lo que implica que en varios casos se detectó que había personas que no iban a trabajar, sino que marcaban su ingreso y su egreso pero no ejercían funciones.

“Esto es una complicación, porque más allá de que es escandaloso y en los hechos son ñoquis, a esa gente hay que pagarle el sueldo hasta que se tome una decisión. En algunos casos serán reubicados y en otros se procederá al cese”, añadió Morel.

Con respecto a los salarios, el intendente explicó que se están abonando con “la caja” que tiene la comuna producto del ingreso de dinero de los contribuyentes.

Otra de las complicaciones está relacionada con los vehículos y la maquinaria. Muchos de los autos están en talleres a los que aún no se les ha pagado, por lo que los mecánicos no han devuelto los vehículos.

A su vez, la maquinaria se encuentra en mal estado pero no hay suficiente dinero para poder repararla. “Es imposible hacer trabajos con retroexcavadoras”, ejemplificó.

La suspensión de la cuenta de Ancap impacta en que tampoco hay posibilidad de poner combustible, por lo que se está utilizando dinero en efectivo. De hecho, en muchos casos algunos funcionarios sacan de su bolsillo para comprar nafta o gasoil.

Funcionarios sin identificar y museo “part-time”

Una de las decisiones que tomó el intendente es no abonar el salario a 30 funcionarios que se desempeñan en Montevideo, porque “nadie sabe quiénes son y qué hacen”. De acuerdo con la información que tiene la comuna actualmente, ha sido imposible ponerse en contacto con ellos.

“No les tenemos ni la cara, por lo que decidimos que este mes no se les pagaría. Si después vienen, asumiremos el error y les daremos el dinero. Pero ahora no porque no sabemos nada de ellos”, consideró Morel.

Por otro lado, describió que al asumir se dieron situaciones increíbles, como que se había decidido acortar el horario de atención al público del museo departamental.

“Por alguna razón que nadie sabe, los trabajadores iban a abrir el museo de 12:00 a 14:00. Un museo de dos horas, que no es que tenga gran flujo de gente, pero hay escuelas y otras instituciones que lo visitan”, sostuvo el blanco.

Morel indicó que la solución para la compleja situación financiera, en primera instancia, es recortar cargos de confianza y bajar salarios. También se reubicarán funcionarios y se buscará que el Banco República apruebe un crédito para “poner en marcha” la intendencia.

La Oficina Nacional de Servicio Civil informó en la última Rendición de Cuentas que, al 31 de diciembre del año pasado, la intendencia tenía 1.623 funcionarios, de los cuales 1.246 son contratos permanentes o de función pública.

El distanciamiento con Botana

Aunque se inició políticamente dentro del botanismo, el intendente y el senador se distanciaron tras las internas del año pasado y están enfrentados. Morel ha dicho que para ir segundo en la lista a diputados le pidieron que bajara su candidatura a la intendencia, algo que Botana niega.

Lo cierto es que ambas fuerzas compitieron y la banca se resolvió voto a voto. Botana recibió 11.876 mientras que Morel obtuvo 11.685. La poca distancia fue interpretada como un primer round y evidenció que el entonces alcalde de Río Branco iba a competir con chances contra la reelección de José Yurramendi.

Para el balotaje, el oficialismo acusó a Morel de no hacer suficiente campaña por Álvaro Delgado para asegurarse votos frenteamplistas de cara a las municipales. "Se terminó el compañerismo. Voy a cobrarles todas las cuentas, ya no voy a callar. El viernes y el sábado anteriores a las elecciones tuve que mantenerme en silencio, pero ahora se acabó", respondió entonces el ahora intendente.

Aunque bajaron en el verano, las tensiones volvieron a subir –y se profundizaron– a medida que se acercaron las elecciones de mayo de este año. A su vez, tras percibir que el viento podía cambiar, los nacionalistas pusieron los ojos sobre el departamento, lo que trajo más problemas.

En marzo, la lista de Aire Fresco –la 404– anunció su apoyo al exalcalde, lo que motivó duras críticas de Botana. El exintendente y referente departamental llegó a decir en radios locales que los “nuevos líderes” de Morel–en referencia a Delgado y Martín Lema– “nunca” defendieron a Cerro Largo y solo “piensan en Punta del Este”.

“Políticamente, pasarse para el bando de los que ni siquiera nos entienden, los nuevos líderes que parece que tiene ahora, ¿entienden a Cerro Largo, defienden nuestra forma de ser y la conocen?”, expresó.

Morel terminó ganando por una diferencia menos ajustada de la prevista (3.178 votos) con una campaña marcada por las promesas de cambios, algo que comenzó a ejecutar y que siguió generando diferencias con sus antecesores.

Al anunciar su gabinete –y una reducción de cargos de confianza– el intendente sorprendió al nombrar a la excandidata frenteamplista Lizeth Ruiz en el área de turismo.

El nombramiento fue rechazado por la izquierda, que aseguró que era a “título personal”, pero también por el botanismo que cuestionó que se estuviera “persiguiendo y corriendo” funcionarios con más de diez años de trabajo e ingresando en cargos de confianza a dirigentes del FA. De hecho, este martes Botana rechazó que cesaran a una “excelente funcionaria” con una “operación cerebral dentro de un cuadro gravísimo”. “La política no puede hacer tanto daño a una madre. Estaba certificada. Ahora está internada”, expresó.

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