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Tabaré Vázquez: el "dream team", Barrán, los tres Marios y la biblioteca que donó al Frente Amplio

Presidentes e intelectuales: las mentes que dejaron huella en los líderes uruguayos

11 de diciembre 2023 - 11:14hs

Cuando en 2004 Edison Lanza y Ernesto Tulbovitz publicaron su libro Tabaré Vázquez: Misterios de un liderazgo que cambió la historia (Sudamericana) y se dio a conocer allí que Vázquez tenía un "dream team" o GAP (Grupo de Análisis Prospectivo), varios periodistas no podían creer cómo no se habían enterado.

Así lo recuerda en entrevista con El Observador Ariel Bergamino, coordinador de aquel grupo, asesor de Vázquez y quien le preparaba los discursos.

El grupo funcionó aproximadamente desde 2002 hasta fines de 2005 cuando Vázquez ya era presidente.

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Era un grupo que se dedicaba a analizar la coyuntura, pero mirando hacia delante.

"De ahí salía incluso lo que Tabaré a veces expresaba", dice Bergamino, dos veces embajador en Cuba, vicecanciller y hasta octubre de este año presidente de la Comisión de Asuntos y Relaciones Internacionales (Carifa) del Frente Amplio.

Leonardo Carreño Archivo, 2015. Tabaré Vázquez con Rodolfo Nin Novoa y Ariel Bergamino

Los integrantes se encontraban cada 15 días y trataban diferentes temáticas para las que hacían invitaciones especiales.

Según el libro de Lanza y Tulbovitz, el GAP "se reunía habitualmente los martes en la sede de FESUR ubicada en la Plaza Cagancha" y "lo integraron Gonzalo Fernández, Esteban Valenti, Ariel Bergamino, Héctor Lescano, Jorge Vázquez, Eduardo de León, José Pedro Barrán, Agustín Canzani, María Elena Laurnaga, Eduardo Bonomi, Ernesto Agazzi, Patricio Rodhé, Jorge Mesa, Carmen Terra, Álvaro Nin, Ruben Villaverde y Juan Carlos Dean".

Bergamino confirma estos nombres y añade el de Héctor Florit. Entre los invitados por temas específicos estuvieron Fernando Pereira, Marcelo Abdala, Daisy Tourné, Ricardo Ehrlich, Alfonso Lema, Américo Plá Rodríguez, Aníbal Cagnoni, Gonzalo Gaggero.

Incluso, en alguna ocasión consultaron al ministro de Economía de Sanguinetti, Ricardo Zerbino, al canciller de Luis Alberto Lacalle, Héctor Gros Espiell, y al obispo Luis Del Castillo.

Había una condición en esos encuentros: "En esa habitación, se podía decir cualquier cosa. Fuera de esa instancia, nada".

Bergamino, que por entonces se encargaba de los temas municipales en el Partido Socialista, fue asesor de Vázquez desde 1989. Cuando fue candidato a la Intendencia de Montevideo, hasta 2009, a través de su gobierno municipal (1990-1995), las elecciones nacionales que perdió y su presidencia (2005-2010).

Si bien el grupo como tal dejó de funcionar a fines de 2005, Bergamino se encargó, hasta ir de embajador a Cuba en 2009, de intercambiar con los otros integrantes. "En otras palabras: cambió su modalidad de funcionamiento, pero el ámbito se mantuvo durante casi todo el primer gobierno del Frente Amplio", explica el exasesor.

Cortesía de Ariel Bergamino El intendente de Montevideo, Tabaré Vázquez, y Ariel Bergamino en 1991

El antes y el después de las reuniones: José Pedro Barrán

Bergamino asegura que en las reuniones del GAP había un antes y un después: cuando hablaba el historiador y doctor Honoris Causa de la Universidad de la República, José Pedro Barrán (1934-2009).

El historiador era un referente intelectual de Vázquez al que respetaba y apreciaba, y, sobre todo, era "de un palo totalmente diferente" en términos de formación.

En ocasiones, Barrán y Vázquez se juntaban y protagonizaban discusiones "muy exigentes" donde "se daban como adentro de un gorro", recuerda, divertido, Bergamino.

Similares eran las "tertulias" que mantenía con el ingeniero y escritor Juan Grompone. Grompone le decía que "el futuro está en la ciencia y la tecnología, en las TICs", a lo que Vázquez contestaba: "El futuro está en la biología".

El dos veces presidente también tenía "conversaciones interesantísimas" con "políticos cultos" como el fundador del Frente Amplio, Líber Seregni (1916-2004), o el exvicepresidente y ministro suyo de Economía, Danilo Astori (1940-2023).

Pero respecto a la influencia de Barrán, "un tipo de una enorme cultura" y "de una capacidad de reflexión fenomenal", Bergamino señala:

"Nos ayudó a aprender el tema de la nación como ese todo que nos une. Eso a la izquierda a veces le cuesta un poquito entenderlo, porque a nosotros nos parece, o nos parecía, que la nación es un concepto reaccionario, que la patria es un concepto de derechas. Si tú revisas incluso los discursos de Tabaré, ese sentido de nación siempre estaba".

Academia Nacional de Letras El historiador José Pedro Barrán

En el libro que el propio Vázquez le insistió que escribiera, "porque si no va a venir cualquier otro y va a decir cualquier pelotudez", El camino de Tabaré (Planeta, 2020), hay un ejemplo de un "valioso aporte" de Barrán en un discurso específico.

En diciembre de 1990, el por entonces presidente de Estados Unidos, George H. W. Bush, visitó Montevideo y, por protocolo, la intendencia debía entregarle la llave de la ciudad.

Esto generó discusiones internas en el Frente. Algunos sectores dudaban sobre la conveniencia de cumplir con la obligación y otros incluso proponían que la fuerza política debía manifestar su rechazo a Bush.

Vázquez entonces debió dar un discurso "cuidadosamente preparado" donde "se refirió a la Constitución estadounidense de 1787, a la Declaración de Derechos de 1791, a los principios republicanos de George Washington, a la democracia agraria impulsada por Thomas Jefferson, a la igualdad de razas postulada por Abraham Lincoln, a la política del buen vecino de Franklin D. Roosevelt y, por supuesto, al legado artiguista, a las Instrucciones del Año 1813, a la declaratoria de nuestra independencia según la cual se declaran «írritos, nulos y sin ningún valor para siempre los vínculos de dependencia con cualquier potencia extranjera»", cuenta el libro.

"En nombre de esos principios y en nombre de los vecinos de Montevideo, que creen en ellos, hago entrega a usted, señor presidente, de estas llaves para el pueblo norteamericano (...)", dijo Vázquez.

En aquella instancia hizo mención a "los vecinos de Montevideo", allí Bergamino encuentra otra influencia de Barrán.

"La constante apelación de Tabaré a los montevideanos como intendente municipal y a los frenteamplistas como dirigente de la coalición" se vincula a "una dinámica de «conductor/conducido» inspirada en el enunciado artiguista «mi autoridad emana de vosotros»". "Tal relación puede parecer exagerada, pero tuve el privilegio de ser testigo de varias charlas entre José Pedro Barrán y Tabaré sobre esta temática", dice en El camino de Tabaré.

Leonardo Carreño Rendición de cuentas de Tabaré Vázquez en Antel Arena el 1º de marzo de 2019

Los tres Marios: Benedetti, Cayota, Delgado Aparaín

Bergamino opina que "la relación de Tabaré con los intelectuales era una relación entre pares" donde el presidente no se sentía ni incómodo, ni con la necesidad de exhibirse.

Además de Bergamino, otra persona que estuvo tres décadas con Vázquez fue su secretario político, Eduardo Bandeira.

En diálogo con El Observador, Bandeira indica la importancia que le daba Vázquez a "asesorarse, para estar informado, en todos los ámbitos" porque "un presidente no tiene por qué saber de todo".

Bandeira destaca tres intelectuales cercanos al expresidente, los tres de nombre Mario: Benedetti, Cayota y Delgado Aparaín.

Mario Benedetti (1920-2009) estuvo entre los fundadores del Frente Amplio, coalición a la que se integró como representante del movimiento 26 de Marzo.

Fundación Mario Benedetti Tabaré Vázquez y Mario Benedetti

El primer presidente frenteamplista era lector de Benedetti, uno de los nombres principales de la Generación del 45 o Generación Crítica, pero también tuvo un vínculo personal con él. Lo fue a visitar al exterior y mantuvieron contacto en varias instancias, principalmente durante su período como intendente, indica Bandeira. Vázquez lo "nombraba siempre mucho".

Mario Cayota (1936-2023) estuvo en la fundación del Frente Amplio y fue presidente del Partido Demócrata Cristiano (PDC) cuando se gestó el Encuentro Progresista.

Cayota era doctor en Filosofía e historiador, "uno de los que sabía más de la historia de José Gervasio Artigas", dice Bandeira.

Fue elegido dos veces por Vázquez como embajador ante el Vaticano (2006-2011 y 2018-2020). En la segunda ocasión, integraba el Grupo de Trabajo por Verdad y Justicia (GTVJ) y al viajar a la Santa Sede, se le encomendó la investigación por información en los Archivos Vaticanos en torno a los desaparecidos.

Bandeira destaca que fue "un guía muy importante cuando el Dr. Vázquez tuvo audiencia con el papa".

EFE El Papa Francisco recibe en audiencia privada al presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, (2iz), Alvaro Vázquez (1 izq) y su esposa María Auxiliadora Delgado, en el Vaticano, hoy 2 de diciembre de 2016

Además, en la recta final de su cáncer el dos veces presidente confió en Cayota para que escribiera un libro que dejara por escrito todo lo que se hizo en sus gobiernos.

Un pasado que se configura en futuro. Pensamiento y acción del presidente Tabaré Vázquez(Aguilar)fue publicado en febrero de 2022. Allí Cayota destaca el "humanismo" como el "principal animador de la filosofía orientadora del accionar" de Vázquez.

"Se trata de una filosofía basada en la persona y en su dimensión comunitaria. Sus principios fundantes se traducen en realizaciones concretas a favor de las personas, de todas, con particular atención a los indigentes", escribió Cayota.

Iglesia Católica de Montevideo Mario Cayota, embajador ante el Vaticano, con el papa Francisco

Del escritor Mario Delgado Aparaín, Vázquez "leía muchísima cosa" y además "tenía un vínculo muy lindo" con él, señala su hijo Álvaro Vázquez.

Fue director de la división Cultura en la Intendencia de Montevideo. Delgado Aparaín integraba la Vertiente Artiguista y aunque Vázquez no lo conocía antes de que le propusieran su nombre, terminó volviéndose un amigo y un intelectual de referencia.

"Yo lo estimulé mucho para que encarara un libro sobre el combate al cáncer, un tema que a él le dolía mucho", dice Delgado Aparaín a El Observador. El libro se terminó llamando Crónica de un mal amigo y fue publicado por Aguilar en 2011. El amigo escritor de Vázquez lo ayudó a estructurar el libro y lo aconsejó sobre cómo encarar una crónica.

Cuando el expresidente terminó de escribir Crónica de un mal amigo buscó también la opinión de otra persona de su confianza: el periodista Gabriel Pereyra.

—Lleváselo a Gabriel que quiero que lo lea y me dé su opinión —le pidió Vázquez a su secretario político.

Bandeira dice que a Vázquez le interesaba el punto de vista "de alguien que no fuera afín a él políticamente, que le decía la verdad de las cosas, pero con argumentación".

Según Delgado Aparaín, al primer presidente de la izquierda no solo "le gustaba mucho leer", sino que también "le gustaba mucho escribir".

Cedida a El Observador Tabaré Vázquez y Mario Delgado Aparaín

Incluso, recuerda una anécdota de cuando Vázquez ya era presidente.

Por entonces, Delgado Aparaín había declinado la oferta de formar parte del equipo de Cultura de la Presidencia. En cambio, María Julia Múñoz, que también había estado en la intendencia en el período 1990-1995, formó parte del primer gabinete frenteamplista como ministra de Salud.

Muñoz le pidió al escritor, y excompañero de la comuna, si podía sumarse a su taller literario. Al principio, los otros talleristas se quejaron:"¡Ya va a traer a una ministra acá!".

Sin embargo, ella, "que escribía muy bien", se terminó adaptando al grupo como una más. "Incluso hicimos un libro de cuentos con los participantes del taller", dice el escritor.

Pero la historia no quedó por ahí. Vázquez, al tanto de la buena experiencia de Muñoz, no quiso quedarse afuera:

—¿Y yo, Marito, puedo ir al taller?

—¡Pero ni se te ocurra! ¡Se me van todos!

"Feeling especial" con Carlos Paez Vilaró

Más allá de los escritores, Tabaré Vázquez fue también amigo del artista Carlos Paez Vilaró (1923-2014), a quien el expresidente José Mujica llamó, con motivo de su muerte, "un intelectual atípico".

También en rueda de prensa, cuando Paez Vilaró murió en febrero de 2014, Vázquez dijo que sentía "mucho dolor porque era un queridísimo amigo" con el que tenía "un feeling muy especial".

"Varias veces pudimos conversar y estar juntos, acá y en Buenos Aires. Era un amigo de los amigos y tenía códigos, y era un hombre de una gran humanidad".

En el programa El Legado, emitido en noviembre de 2020, poco antes de morir Vázquez volvió a hablar sobre esta amistad:

"Sentí siempre una gran admiración (por él). Quizás porque los dos tuvimos orígenes muy humildes, quizá porque le gustó tocar el tambor, que a mí también me gusta. Tuvimos un primer encuentro y fue como establecer ya una relación de amistad".

El Legado TV Tabaré Vázquez en El Legado con el barco de papel que le hizo Carlos Paez Vilaró una tarde que se juntaron a merendar en Casapueblo

Lo que no se dice en diez minutos...

El historiador Gerardo Caetano recuerda que cuando Vázquez comenzó en la intendencia había un grupo que él incluso llegó a integrar junto a su colega Barrán.

Sin embargo, Caetano señala que el dos veces presidente siempre fue ejecutivo y que no le gustaban las reuniones largas. Bandeira coincide. "Él decía: 'lo que no se puede decir en diez minutos no se dice ni en media hora ni en una hora'", recuerda su secretario político.

En ese grupo, cuenta Caetano, "vos sentías que a los diez minutos estaba por irse".

El historiador considera que Vázquez no tenía una formación cultural como la de, por ejemplo, Julio María Sanguinetti. Hasta el punto de que"decía que Sanguinetti lo ninguneaba y que lo miraba de arriba".

El último debate entre candidatos a la presidencia, en 1994, con Tabaré Vázquez y Julio María Sanguinetti

Para Caetano, Vázquez tenía la "inteligencia del barrio", "la cultura de un barrio popular y pesado" como La Teja.

"Pero vos veías claramente que incluso cuando hablaba de política... a él le gustaba ejercitar la política, pero no reflexionar mucho. Quienes hablaban cotidianamente con él decían que el gran problema era que tenía 'un hormiguero en el culo'", dice el historiador.

Caetano señala además que a Vázquez le preparaban los discursos.

Sobre su vínculo con los intelectuales, el historiador dice que "Tabaré tenía mucho más vínculo con figuras populares, del carnaval, del fútbol, que de la cultura".

Caetano dice que hubo personas que se le acercaron, como el abogado, ensayista y crítico literario, Wilfredo Penco, director de Cultura en la intendencia (1990-1992) o los intelectuales nombrados anteriormente. Pero para el historiador eran acercamientos muchas veces "vinculados con la amistad". Por ejemplo, cita el caso de Guillermo Dighiero, "un científico de porte extraordinario" que concretó la llegada del Institut Pasteur a Uruguay y que Vázquez hizo embajador en Francia.

Caetano apunta a "otra dimensión que tiene mucho que ver con la cultura" de la que Vázquez incorporó elementos: la masonería.

A propósito, en el libro de Danza y Tulbovitz se cita una ponencia dada en Caracas, Venezuela, en 1997. Durante un seminario donde se trató el problema de la deuda externa de los países del tercer mundo, Vázquez aludió a los tres valores de la masonería: "La libertad, la igualdad y la fraternidad".

Cortesía de Ariel Bergamino Parte del equipo del gobierno municipal 1990/95 durante la intendencia de Tabaré Vázquez

¿Qué leía Tabaré?

El pasado miércoles 6 de diciembre, a tres años de la muerte de Vázquez, su familia donó 3 mil libros de su biblioteca personal al Frente Amplio; algo que el propio expresidente había pedido.

Los libros irán para los diferentes Comités de Base y Departamentales de todo el país.

El presidente de la fuerza política, Fernando Pereira, destaca este gesto y recuerda que la "intuición" de Vázquez de que "estudiar te permitía gobernar mejor, tomar mejores decisiones, es una intuición que la fue transmitiendo a quienes eran sus compañeros y sus amigos".

Archivo, 2015. El por entonces presidente de la República, Tabaré Vázquez, y el presidente del PIT-CNT, Fernando Pereira, presidente del PIT-CNT

En diálogo con El Observador, nombra algunos autores entre los libros donados: Gabriel García Márquez, Simón Bolívar, Mario Benedetti, Eduardo Galeano, Juan Carlos Onetti, Gerardo Caetano.

"Una parte que poco se destaca de Tabaré es la cantidad de horas que dedicaba al conocimiento de su profesión, la cantidad de horas que que dedicaba a la filosofía y a la filosofía política", asegura.

Delgado Aparaín, leído también por Vázquez, dice que el expresidente "sobre todo leía biografías de científicos".

También recuerda hablar con él de "qué bueno sería tener una biblioteca con literatura escrita por médicos", con nombres como Archibald Joseph Cronin, Pío Baroja, Somerset Maugham y Albert Schweitzer.

Por su parte, su hijo Álvaro Vázquez dice que su padre "buscaba textos de autores uruguayos que le pudieran inspirar" para "mechar" en sus discursos.

Leía pensadores uruguayos como Carlos Vaz Ferreira o el socialista Emilio Frugoni y pensadores de izquierda como Karl Marx.

Facebook de Fernando Pereira Fernando Pereira y Álvaro Vázquez en donación de libros de Tabaré Vázquez

Cuenta que hasta el día de hoy, a la casa de su padre llega una revista de política internacional desde Francia, país con el que mantuvo vínculos después de que viajó a especializarse en el Instituto Gustave Roussy de Paris en 1976 gracias a una beca del gobierno francés.

Puntualmente, una de las principales referencias de su padre era el expresidente François Mitterrand(1981-1995). Vázquez destacaba siempre la seriedad con la que se tratan los temas en la política francesa. "Él decía eso: La seriedad".

forma parte de la serie Presidentes e intelectuales: las mentes que dejaron huella en los mayores líderes uruguayos. Todos los contenidos, acá.

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