“El Poder Ejecutivo es consciente de que en el arroz hay un negocio”

El directivo de la gremial que nuclea a los productores de arroz entiende que, en lo financiero, “la gran garantía debe ser la prenda del grano”

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18 de mayo de 2020 a las 11:30

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¿Cómo se vinculó al sector arrocero y a producir en el norte del país?

Esta es mi zafra 25 en el arroz, con 49 años. En los primeros 14 estuve vinculado como técnico-empleado  a una empresa grande, que desarrolló el arroz en sistemas ganaderos del norte y esa fue mi llegada a esta zona, siendo nacido en Montevideo y criado en Soriano, con vinculación a la agricultura, pero a la tradicional, a la de secano. Esta es la 11a zafra en la que somos productores independientes, como un clásico productor que arrienda tierra y agua, en Artigas, en Tomás Gomensoro.

 

¿Qué balance realiza sobre esta campaña de 2019/2020 que está concluyendo?

En esas 11 zafras desde 2010 la gente que está vinculada al sector sabe que hubo seis o siete muy complicadas. Desde el día uno hemos sido una empresa arrocera y de servicios, fundamentalmente en todo lo que tiene que ver con maquinaria. Eso nos ayudó a transitar estos años tan duros. Estamos en 850 hectáreas y llegamos a esta zafra, en la primavera, con poco fundamento desde el punto de vista del negocio para decidir la siembra. El arrocero es el tambero de la ganadería, con recursos humanos muy particulares, lleva años armar un cuadro, se necesita hacer una inversión en maquinaria muy fuerte y disponer de un know how muy particular, que se va aceitando con el paso de los años. El arrocero que sale es muy complicado que vuelva, a diferencia de lo que pasa con la soja, para ser contrastante, donde puedo decir con más facilidad “llamo al contratista y siembro” o “no llamo y no siembro”, con base en la perspectiva del negocio. El arrocero va estirando esa salida, esperando que pase algo y antes de la siembra de esta zafra ese algo no estaba y ahora aparentemente está, de la forma en la que siempre le llegan las alegrías al arroz: cuando hay episodios drásticos en el mundo. La vez anterior fue en 2007/2008 por un problema climático en India –uno de los principales productores del mundo– y ahora estamos con algo similar, donde el mundo frente a esta pandemia –de coronavirus– valora de sobremanera los alimentos básicos, los lugares de exportación cierran sus fronteras y eso repercute de manera positiva en el arroz uruguayo que en un 95% es de exportación. En líneas generales termina una zafra muy buena en cuanto a rendimiento, en el eje de 8.500 a 8.600 kilos por hectárea como media país, es una de las tres mejores zafras, lo que permite recuperar volúmenes finales para la exportación, siendo que habíamos tenido una siembra de 132,5 mil hectáreas, de las más bajas de los últimos 20 años, luego de haber llegado a 200 mil.

Juan Samuelle

 

El arroz tiene un horizonte saludable como negocio, se puede suponer que haya un par de zafras con un negocio razonable

 

¿Y qué perspectivas traza?

El arroz tiene un horizonte saludable como negocio, se puede suponer que haya un par de zafras con un negocio razonable, porque aumentan los valores de exportación y los costos de producción que han sido la trampa mortal en Uruguay en los últimos 10 años han bajado, fundamentalmente por la adecuación del valor del dólar y lo que eso arrastra.

 

La ACA emitió un comunicado insistiendo por la libre importación de combustibles.

El arroz tiene un horizonte levemente positivo, con una realidad muy parecida a la del año pasado. El mercado está subiendo, entre 15% y 20%, con variables que hacen ver un costo de siembra para la próxima zafra posiblemente de US$ 150 a US$ 200 menos por hectárea, un combo que hace que veamos que hay un negocio. La ACA desde enero de 2017 trabaja en la línea de la liberación de la importación de combustible. En aquel momento la paridad de importación mostraba que estábamos lejos, a finales de 2019 nos arrimamos por la realidad del mercado y la situación del dólar y ahora sacamos este comunicado para decir que nos volvimos a separar porque tenemos un  gasoil no a US$ 1,70 por litro, está en US$ 0,96, pero por reflejo del dólar, cuando en Yaguarón, al otro lado de Río Branco, en Brasil, está en US$ 0,50 en un mercado como el de Río Grande del Sur que en los últimos cinco años pasó a ser un exportador del tamaño de Uruguay o mayor, y si miramos a otro competidor como Paraguay, que hace 10 años no existía y hoy tiene un volumen de exportación como el nuestro o mayor, tiene un gasoil a US$ 0,70. Mostrar esto no es decir que nunca vemos el costado positivo, reconocemos que bajamos desde US$ 1,70, pero nuestros competidores siguen estando mucho mejor. Queremos como ACA buscar cambios estructurales en estos temas como el combustible, de manera de lograr a nivel país mejoras en costos para todos los actores económicos.

 

En un sector con altos costos, del orden de US$ 1.600 por hectárea, con 75% de los productores arrendatarios de tierra y agua, al financiar la gran garantía debe ser  la prenda del  grano, y tenemos que lograr que tenga más importancia, que los bancos lo tomen con mayor peso

 

Tras esos seis o siete ejercicios con números en rojo, con el sector perdiendo área de cultivo y también productores, ¿podrá revertirse eso en 2020/2021?

En los papeles, parece que para la zafra que viene habrá un negocio en el arroz, en un Uruguay agropecuario donde no hay muchos, porque en la soja no lo hay y en la ganadería hay, pero no el del año pasado. El tema es cómo hacemos. Uruguay lleva seis o siete años de recambio de maquinaria casi nulo, el cultivo de arroz es muy demandante y venimos con las chapas atadas con alambre. Para dar un salto de 20% o 30% uno de los problemas es que se viene medio descangallado en fierros. Otro problema, no menor, es el acceso al dinero para financiar un cultivo que muestra que hay un negocio. Se necesitan líneas de financiamiento que faciliten ese crecimiento y le permitan al productor complicado por el endeudamiento reestructurar eso de modo que el nivel del agua le quede abajo del pescuezo, darle aire para que pueda trabajar cuatro o cinco años. En un sector con altos costos, del orden de US$ 1.600 por hectárea, con 75% de los productores arrendatarios de tierra y agua, al financiar pocos disponen de garantías reales, la gran garantía debe ser  la prenda del  grano, y tenemos que lograr que tenga más importancia, que los bancos lo tomen con mayor peso. El Poder Ejecutivo es consciente de que en el arroz hay un negocio y que no todo es malo en el coronavirus, que hay un sector que cosechó bien y en el que el precio del producto sube. Necesitamos sentarnos a hablar para ver de qué modo podemos apalancar eso.

El perfil

Datos: Nació en Montevideo, el 25 de setiembre de 1970. Está casado con Verónica Orsi y tienen cuatro hijos.
Profesión: Ingeniero agrónomo.
Actividades: Productor –básicamente arrocero–, prestador de servicios de maquinaria y administrador de empresas agropecuarias. Es directivo de ACA desde hace cinco años.
Pasatiempos: Andar a caballo.

Juan Samuelle

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