Los diputados macedonios aceptaron este viernes cambiar el nombre de su país por el de "República de Macedonia del Norte", voto histórico obtenido con una mayoría de dos tercios. Ese territorio europeo ha cambiado en innumerables ocasiones, desde la Antigüedad hasta estos días.
La geografía de Macedonia, un país muy chico –del tamaño de Durazno y Tacuarembó sumados y apenas 2 millones de habitantes– ha cambiado muchísimo a lo largo de la historia. En la Antigüedad era un reino, el Reino de Macedonia, pero después fue una provincia romana, luego parte del Imperio bizantino, del Imperio otomano, de Serbia, de Bulgaria, de Yugoslavia –la posterior a la primera guerra mundial y la del Mariscal Tito– e incluso de Grecia.
Macedonia está rodeado por Grecia al sur, Albania al oeste, Kosovo y Serbia al norte, y Bulgaria al este. Pero las principales tensiones las tiene con Atenas. Los enfrentamientos entre ambos países se remontan a la época de Alejandro Magno, rey de Macedonia en el siglo IV a. C., cuando ese gran conquistador se quedó con todo el territorio helénico, y más. El choque más reciente tiene que ver con el nombre del país. Para los griegos, Macedonia es la denominación de una provincia al norte de su territorio que justamente, en la Antigüedad, era parte del Reino de Macedonia. Y no aceptan que un Estado tenga ese mismo nombre.
A raíz del enfrentamiento por la denominación, Grecia –mucho más grande como país y con mayor peso en el contexto de su continente– ha vetado el ingreso de Macedonia tanto en la Unión Europea como en la OTAN. Con el cambio en su nombre oficial, el gobierno griego se mostró dispuesto a levantar ese veto, luego de un acuerdo firmado a mediados del año pasado.
El Parlamento de Macedonia debía aprobar antes del 15 de enero una reforma constitucional para modificar el nombre oficial: pasaría de ser la República de Macedonia a la República de Macedonia del Norte. La discusión iba a comenzar el miércoles pero debió aplazarse a este viernes. Necesitaban dos tercios del Congreso. Por apenas un voto más de los necesarios (81), los diputados macedonios adoptaron las cuatro enmiendas constitucionales necesarias para aprobar el cambio de nombre de su país, que se separó de Yugoslavia en 1991.
En setiembre pasado Macedonia llevó a cabo un referéndum de consulta a la población sobre esta decisión. Aunque los votantes respaldaron el cambio con 90% a favor, fue criticado por la oposición e incluso cuestionada su validez porque más de dos tercios se abstuvieron de votar. Además, grupos nacionalistas se oponen de forma rotunda.
Ahora será el turno de Atenas, ya que el cambio de nombre no entrará en vigor hasta que los diputados griegos ratifiquen el acuerdo alcanzado a mediados del año pasado por los primeros ministros Zoran Zaev y Alexis Tsipras. "De aquí a diez días, (...) cuando los resultados (...) sean notificados y si constatamos que todo está en orden, votaremos" para aprobar el acuerdo, reaccionó Tsipras. Si bien solo necesita una mayoría simple, el primer ministro griego dispone de un pequeño margen de maniobra (153 diputados de 300).
Fuente: El Observador y AFP
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