El nuevo presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, prometió este martes primero de enero en su primer discurso tras jurar el cargo que liberará al país "de las amarras ideológicas", con un pleno respeto "a las religiones y a las tradiciones judeo-cristianas".
"Convoco a cada uno de los congresistas a ayudar en la tarea de liberar definitivamente al país del yugo de la corrupción, de la violencia, de la sumisión ideológica", declaró el nuevo jefe de Estado brasileño ante el pleno del Congreso Nacional, en un discurso que duró diez minuto, pero en el que mencionó varios temas y repitió que Dios estaba "por encima de todo".
Según Bolsonaro, su gobierno representará una "oportunidad única de rescatar al país de las amarras ideológicas" y para "combatir la ideología de género" y otros efectos que, en su opinión, imprimieron en la sociedad y la política las anteriores administraciones de los progresistas Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff.
Además, y pese al tono de su discurso en su campaña electoral -en la que tuvo comentarios homofóbicos-, Bolsonaro reafirmó su "compromiso por construir una sociedad sin discriminación y división", aunque subrayó desde qué punto ideológico parten sus ideas: "Vamos a unir al pueblo, a darle valor a las familias, a respetar las religiones y las tradiciones judeo-cristianas", aseguró.
En otro momento, el flamante mandatario de Brasil subrayó que impulsará el desarrollo de "buenas escuelas" para preparar a las nuevas generaciones para "el mercado laboral y no para la militancia política". Igualmente, Bolsonaro prometió que durante su mandato atenderá a los brasileños que "desean conquistar por mérito buenos empleos y sustentar sus familias" y "exigen" salud, infraestructuras y "respeto de los derechos fundamentales".
El nuevo jefe de Estado ultraderechista también destinó un mensaje de apoyo a los funcionarios dedicados a la seguridad, en el que subrayó la importancia que tendrá el combate a la delincuencia en su gobierno: solicitó al Congreso Nacional el "apoyo político a los policías que hacen su trabajo. "Merecen y deben ser respetados", dijo.
"Ellos se lo merecen y deben ser respetados", añadió.
Más adelante se refirió a la necesidad de que Brasil abra las puertas a los mercados internacionales, que la economía de su país ingrese en un "círculo virtuoso", mejorando su "competitivdad y eficacia", y señaló que el sector agropecuario "seguirá desempeñando un papel decisivo".
En base a EFE y El Observador
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