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Abella: “Hay una devoción popular a Artigas que demagógicamente nadie quiere perder”

Facundo Ponce de León entrevista al candidato a la presidencia por Asamblea Popular
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09 de octubre de 2019 a las 22:05

 

La izquierda a la izquierda del Frente Amplio, la Unidad Popular, busca su lugar en el Parlamento para poder dar "pequeñas batallas" que defiendan otro modelo de país. El candidato a la Presidencia por ese partido es Gonzalo Abella, quien fue entrevistado por Facundo Ponce de León para el octavo episodio de De Cerca. A continuación, un resumen de la charla.

¿Cómo fue que, viniendo de una familia de tradición blanquicolorada, tú empezarás a abrazar las ideas de izquierda?

En realidad, de mis dos tíos argentinos litoraleños. Uno de ellos, el entrerriano, era comunista. Y me dio literatura marxista. Yo era un ratón de biblioteca en la adolescencia, devoraba libros. Leí un montón de cosas, como por ejemplo, cuando Marx hablaba de la lucha de clases en Francia, de la guerra civil en Francia.

¿Y cómo vivías?

Ahí está el tercero en discordia. La familia de otro tío tenía campos en disputa y yo llegué a la estancia a los ocho o nueve años. Fijate vos: hijo de un trabajador de Ancap, tres varones durmiendo en un cuarto bastante chiquito en un apartamento que alquilábamos, a la dimensión impresionante del campo, de una estancia en U con el aljibe en el medio y el jazminero, con el galpón de desensillar, donde los paisanos me hacían historias sobrenaturales y muchas leyendas vinculadas a Aparicio Saravia y a Martín Aquino.

Imaginate ahí decirles: "¿Saben que para Marx todo eso que ustedes hacen no es cierto".

No era marxista a los ocho años, no fui tan precoz. De todos modos, en mi cabeza nunca encontré contradicción. No hay una relación rígida entre la infraestructura material y el mundo espiritual. Sí me complicaba a veces la rigidez conceptual de algunos jóvenes de mi edad que entraban al marxismo, que eran mucho más esquemáticos.

¿Cómo se tomaron tus padres tan tradicionalistas que fueras de izquierda?

El primer choque fue como a los 13 años, cuando le dije a mi madre: "No creo más en Dios". No estaba muy seguro, pero ya que había que cuestionar como adolescente, empecemos por lo más alto. Mi madre me miró y me dijo: "Mejor, porque sos muy vehemente y te harías cura, ya vas a volver a la fe". Era muy difícil enojar a mi madre. Después sí, cuando ya de estudiante empecé a meterme, empezaba el pachecato, era un momento muy duro, había mucha violencia policial, todos sabíamos que venía una dictadura.

Ahí viene el peligro y te tenés que ir del país.

Sí, pero no fue enseguida. Me tomé muy en serio al Partido Comunista, y le debo mucha enseñanza. Mi cabeza era un depósito de libros en sobredosis y el marxismo de aquel Partido Comunista me ordenó las estanterías de alguna manera. No me las dogmatizó porque no lo permití, porque veía que había contradicciones entre lo que decía el Partido Comunista y la literatura marxista que ya había leído. A mí no me iban a llevar a que esa era la única versión marxista que podía haber. En ese momento leía a Ho Chí Minh, a los vietnamitas comunistas, y decían cosas bastante distintas a las que decía el viejo (Rodney) Arismendi.

¿Qué te queda hoy de esas ideas de Mao, guevaristas, del comunismo, de ese marxismo?

Una de las grandes preguntas que se hace la izquierda es por qué cayó la Unión Soviética. ¿Por qué China derivó a un país con economía de mercado?

Fracasó el socialismo.

¿Qué fracaso del socialismo? Evidentemente fracasó el diseño del modelo de los años 50, de los años 60. Pero, ¿es posible hoy un mundo capitalista? Pienso que nos va a llevar a la muerte del plantea y que es imprescindible una construcción socialista del planeta.

¿Y cuál es la mejora en el diseño que plantea desde Unidad Popular?

Ahí tenemos un problema, porque la Unidad Popular coincide en un programa para esta etapa, pero podemos tener distintas visiones de qué socialismo construir después. ¿Qué es lo que nos une? En primer lugar, un programa de bases artiguista: reforma agraria, recuperación de la tierra, de la soberanía de la patria y una ética.

Manini Ríos me dijo lo mismo.

Qué interesante.

Todos son artiguistas.

Porque el Ejército uruguayo, que yo sepa, nació con un genocidio indígena. Después se metió en la guerra del Paraguay de una manera sangrienta. Después violó los derechos humanos y oculta hoy secretos gravísimos para dolor de todos .os familiares de desaparecidos. ¿Es artiguista? Bueno, Manini tendrá una opinión, yo tengo otra. Me encantaría debatir con Manini sobre artiguismo. En la guerra contra los tupamaros hubo muertes. ¿Pero hubo de los dos lados secuestrados? ¿Hubo de los dos lados tortura? ¿Hubo de los dos lados el saqueo del Estado? Eso fue el Ejército. Entonces, le diría a un señor que tiene un distintivo artiguista: "Hermano, lo tenés en el uniforme. Gánatelo, Por lo menos condená la guerra del Paraguay, condená la violación de los derechos humanos y condená el genocidio indígena".

¿Por qué Artigas es el líder de todas las fuerzas políticas de todos los espectros?

Porque hay una devoción popular que demagógicamente nadie quiere perderla.

¿Y por qué Unidad Popular no está en esa demagogia de tampoco querer perderla?

Porque somos coherentemente artiguistas. Te doy un ejemplo concreto: reglamento de aduanas de Artigas, de 1815. A todas las telas inglesas que compiten con las telas del Alto Paraná, 50% de impuestos. A todo lo que venga para educación, 0% de impuestos ¿Quién plantea esa política internacional? Cuando blancos, colorados, independientes y Frente Amplio están por la entrega total de la patria a las transnacionales y no hacen ningún tipo de proteccionismo con la Unión Europea ni con nadie, ¿quién es artiguista?

¿En qué momento te das cuenta de que el Frente Amplio no tiene más los ideales de izquierda que vos tenés?

En primer lugar, nunca simpaticé con Seregni. Era una persona muy firme en sus principios, pero muy ambigua en relación a lo que sería la izquierda. En el exilio vi conductas inmorales de algunos dirigentes del Frente Amplio, y después los vi actuar acá como dirigentes.

¿Por ejemplo?

Había una discriminación y un apartheid tremendo hacia los que éramos disidentes. Se hacía preferencia a aquellos que se sometían a la línea oficial y no solo del Partido Comunista, de los demás grupos. Fue tremendo. Y después, cuando estaban refugiados en Cuba, trataban de justificarse cualquier viaje para estar en París todo el tiempo que pudieran. Entonces se inventaban un acto por solidaridad que era mentira para viajar.

El Frente Amplio gestiona el poder desde hace tres gobiernos y eso puede tener sus complicaciones. A veces la postura de la izquierda más minoritaria es “nosotros no nos ensuciamos”, pero tampoco crecen.

Son dos problemas. En primer lugar por qué cuestionamos al Frente y segundo por qué no crecemos. Vamos a empezar por el primero. Cuando volví seguí votando al Frente excepto en el 89, que voté en blanco porque no me gustó la actitud de Seregni y de Korzeniak en relación al voto verde. Cuando Tabaré Vázquez fue al Fondo Monetario y avisó que Astori iba a ser el ministro de Economía, nunca más voté al Frente Amplio. Recordaba muy bien cuando en 2002 hubo que optar entre el pueblo y los bancos, que Astori había ido corriendo a ayudar a los colorados para salvar los bancos.

¿Cómo vivís la vejez?

Nadie te enseña a ser viejo, y tendrías que aprender porque el umbral entre un viejo piola y un viejo de mierda a veces es muy tenue.

¿Y cómo se aprende?

Mirando a los demás. Trato de entender mucho el rock nacional, el rap, el pop, y fundamentalmente el código de las tribus urbanas y cómo relacionarme con ellos, viendo atentamente las señales que dan. En una sociedad conservadora en sus tradiciones, la vejez es importante porque es la experiencia acumulada.

No te postulás ni a diputado ni a senador.

Porque no tiene sentido.

¿Cuál es el objetivo que se plantea Unidad Popular? ¿Sacar un segundo diputado?

El objetivo final de la Unidad Popular es instalar en el corazón de los orientales que otro camino es posible, porque todos los partidos blancos, colorados, independientes, Novick, Frente Amplio –Manini es un caso aparte–, todos ellos plantean que esto es lo que hay. Solo la Unidad Popular se opone a ese modelo.

Pero entonces, ¿qué proponen?

Proponemos una línea que ya probó nuestro diputado, que logró el salvataje del Clínicas.

¿Y eso que consiguió Rubio se votó en cámara?

Se votó. ¿Es lo que queremos nosotros? No, nosotros queremos mucho más.

Esas pequeñas batallas.

Para esas pequeñas batallas es que sirve la bancada de la Unidad Popular. Por ejemplo, la investigación del Fonasa. Por ejemplo, el hecho de que se proponga un plan nacional de vivienda popular pagable por cada familia por el 10% de sus ingresos. no para los más carenciados, este es un plan para los trabajadores y se aprobó en Diputados. Ahora está durmiendo en un cajón del Senado por voluntad política del Frente Amplio, porque parece que no nos quieren dar ese triunfo como si fuera nuestro.

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