A un mes de que se celebre el referéndum que decidirá si el futuro de Gran Bretaña está junto a la Unión Europea (UE) o fuera de ella, el proceso separatista recibió su amenaza más clara hasta el momento.
Jean Claude Junker, presidente de la Comisión Europea, dirigió un lapidario mensaje a aquellos que estén considerando optar por la papeleta del Sí al
Brexit: "Los desertores no serán recibidos con los brazos abiertos". Esta clara afrenta, publicada ayer en el medio francés Le Monde, va destinada a contrarrestar un argumento central de quienes piden la salida, que establece que el Reino Unido podría mantener una relación cordial con la UE, por ejemplo en el campo comercial o en el intercambio de información en asuntos de seguridad.
"Si los británicos dicen No, algo que espero que no ocurra, la vida comunitaria no sería como antes y el Reino Unido tendría que aceptar ser considerado un estado tercero, alguien a quien no alabaríamos".
Los partidarios del Brexit han desdeñado las advertencias de Juncker, y creen que forman parte de una estrategia de último momento para infundir miedo. "Creo que del Proyecto Miedo vamos a pasar al Proyecto Amenaza. Me parece que Juncker está jugando a eso", estimó Nigel Farage, líder del UKIP, partido anti UE. "¿Qué esperaban? Toda su vida ha estado dedicada a construir esas estructuras falsas y antidemocráticas en
Bruselas".
Michael Gove, ministro de
Justicia, y pro Brexit, aseguró hace poco que la salida "despertaría la cólera de ciertas elites, no porque el Reino Unido esté destinado a un futuro sombrío y empobrecido, sino al contrario. Lo que les haría enfurecer sería el éxito del Reino Unido fuera de la UE".
De cara al acto eleccionario, que se celebrará el 23 de junio próximo, los partidarios de seguir en la UE han recuperado una leve ventaja en los sondeos, que según el instituto What UK Think, actualmente se encuentra en torno al 55% contra un 45% a favor de la separación.