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Antonella Ferradans: se quedó sin trabajo y firmó el primer contrato profesional en el fútbol femenino

La jugadora de Nacional y de la selección, que en 2021 terminará el liceo, contó su historia en el fútbol y cómo surgió la posibilidad de profesionalizarse después que la despidieran de un trabajo
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01 de febrero de 2021 a las 10:27

Durante su etapa de baby fútbol, Antonella siempre jugó en equipos de varones. Por eso dudó cuando la invitaron a probarse en el femenino de Nacional, aunque no tuvo dudas cuando el técnico le preguntó de qué jugaba: “De carrilera”, tiró con el desenfado de los 14 años.

Fue desde el lateral donde construyó su carrera futbolística que ha tenido idas y vueltas. Se fue a Progreso, regresó a Nacional y se coronó campeona uruguaya del Torneo Rexona 2020 de fútbol femenino de Primera División de la AUF. Fue la primera futbolista en acordar un contrato profesional en Uruguay, defiende a la selección desde los 16 años, y se ilusiona con un pase al exterior.

En los recreos de la escuela de Ciudad de la Costa, donde vivió siempre, jugaba el fútbol con sus compañeros, hasta que una señora que la cuidaba mientras su mamá se iba a trabajar, la inscribió en el baby del San José de Carrasco. Tres años después, se fue al Four Season, también de la zona. Al llegar al tope de edad para jugar en la categoría, le dijeron que no podía seguir compitiendo con varones y surgió la oportunidad de ir al femenino de Nacional.

“Claudio, que es un amigo de la familia, venía todos los días a mi casa y él es loco de Nacional. Me empezó a regalar camisetas, me llevó al shopping a ver a los jugadores, y me fui haciendo hincha. Un día me dijo que estaban inscribiendo en Nacional. Al principio me daba miedo jugar con nenas porque nunca había jugado y pensaba que no me iba a adaptar, pero me convenció, fui a dos pruebas de aspirantes y quedé” contó a Referí.

Ahí fue cuando sorprendió al entrenador con una respuesta. “Siempre me cuenta el técnico que le dio gracia que yo dijera ‘de carrilera’, pero es que en el Four Season me ponían ahí y ellos decían que jugaba de carrilera; yo era chica, fui y dije eso. No pegué una igual, y en el entretiempo le pedí que me cambiara para jugar de lateral. Ahí la rompí y quedé”. También ese día una golera la bautizó “Rubia”, apodo que le hace honor al color de su cabello, pero que permanece hasta hoy. “Hay chiquilinas que no saben ni como me llamo, me conocen por Rubia”, admitió.

El primer año en Nacional fueron campeonas uruguayas de Sub 16 y consiguieron la histórica goleada de 35-0 frente a Huracán del Paso de la Arena. Antonella marcó cuatro goles. Con 16 años jugó la Copa Libertadores con las mayores y después de tres temporadas se fue del tricolor, en medio de una polémica que se generó con el entrenador Ignacio Chitnisky en 2017.

"Me fui por decisión propia, no me sentía cómoda. Se fue el técnico y a mi me sacaron de Primera y me pusieron en Sub 18. Entonces yo tenía cruces con el técnico de entonces y no la pasé bien ese año. Aunque no fui mucho a Nacional porque intercalaba entrenamientos con la selección, decidí irme a Progreso porque me ofrecieron una remuneración que me servía", recordó Antonella. Junto a ellas también fueron varias compañeras al equipo de la Teja, adonde también fue a dirigir Chitnisky.

"El primer año que arrancó en la B, no fuimos tanto porque estábamos en la selección. Ni siquiera pude levantar alguna de las copas; ellas hicieron un viaje a Argentina y yo no, porque ese año viajé a Francia y a China con la selección", señaló. Tiempo después, volvió a los tricolores. "Cuando me llamaron de Nacional yo trabaja en una empresa de computación con el técnico de Progreso. Él se había ido a Estados Unidos y me dijo que cuando volviera tenía planeado llevarme a otro equipo con él. Cuando me llamaron le mandé un mensaje y le dije que me iba de Progreso. Entonces me despidió de mi trabajo. Yo estaba viviendo con mi pareja y necesitaba la plata. Hablé con Javi (Noble) que es el coordinador del femenino de Nacional, le conté mi situación y a partir de ahí se me hizo el contrato profesional. Después se lo hicieron a Esperanza y a Josefina", relató.

En mayo de 2020, Antonella, Josefina Villanueva y Esperanza Pizarro fueron las primeras mujeres en firmar contrato como futbolistas profesionales. "Firmamos las tres juntas porque nos íbamos al Sudamericano". Este año renovaron, pero aún la diferencia con el fútbol masculino sigue siendo enorme, dijo Antonella. "Es claro que uno siempre quiere tener más, pero la vida de nosotras no es tan fácil, tenemos que dejar el liceo por los horarios, en cambio los varones ganam $100.000 por mes y abandonan el liceo".

A ella le falta sexto para terminar la secundaria y piensa cursarlo en 2021: "Me voy a anotar en el liceo porque el año pasado lo dejé por Nacional y porque coincidían los horarios con los entrenamientos. Ahora voy a hacer nocturno para poder ir a los dos lugares" y hacerle caso a su mamá que le repite: "Terminá el liceo, Antonella".

También es probable que el año próximo siga su carrera en el exterior. "Tuve propuestas de Suiza, España y River de Argentina, pero decidí quedarme en Nacional por ahora".

Antonella tiene una hermana melliza que se llama Agustina. Son idénticas físicamente, pero están en las antípodas con respecto al fútbol. “Es igualita a mi. Me estaba contando que vino un muchacho a pedirle un autógrafo en un gorro y ella le decía que no era Antonella y el muchacho le decía, ‘si, sos la que juega en la selección’. Mi hermana se enoja y yo le digo, Agustina tenés que empezar a saludar sino me dejás re pegada. Ella trabaja en el shopping y a mi también me confunden”, contó.

Cuando eran chicas, “ponía a mi hermana en el portón de casa y la hacía atajar porque quería que jugara al fútbol, pero nunca agarró la mano. No le gusta. En ese sentido somos totalmente distintas, yo me juntaba con varones y ella tenía amigas; ella hacía patín y yo jugaba al fútbol”, señaló la jugadora de Nacional y de la celeste.

"En la selección empecé con 16 años y viajé a Santa Fe por primera vez. Fuimos en un micro de varias delegaciones, era fútbol 7. Salimos campeonas, nos trajimos todas las medallas habidas y por haber. A los 18 debuté en la mayor en un partido con Argentina" señaló. Actualmente "nos estamos preparando para el cuadrangular final del Sudamericano Sub 20 que se suspendió el año pasado en Argentina por el coronavirus cuando habíamos clasificado a semifinales. No se sabe cuando se va a jugar, pero si bien el cuadrangular no clasifica a nada, va a servir para cerrar el ciclo. La mayoría nos pasamos de edad". Además de Uruguay, clasificaron Brasil, Colombia y Venezuela.

Así, como quien juega en el lateral, el fútbol la llevó y la trajo. La dejó sin trabajo y firmó un contrato profesional. Mientras tanto, sigue disfrutando de jugarlo. Como cuando era una niña en el recreo de la escuela.

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