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Arroceros expectantes ante una negociación crucial para su futuro

El precio que acuerden productores e industria, más factores clave como precio internacional, demanda y reservas de agua en represas, dirán cuánto se sembrará

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26 de junio de 2020 a las 14:20

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Los productores arroceros esperan con gran expectativa la próxima semana, cuando sucederá una de las fijaciones de precios más importantes de los últimos tiempos. Luego de varios años de adversidades, está el anhelo de obtener un buen precio por la cosecha pasada, pero las negociaciones con la industria no han sido simples en los últimos meses. Este lunes se presentará a los productores un precio provisorio, o tal vez  un precio más “en borrador”, para esperar sobre setiembre con una mayor proporción de la zafra exportada llegar al tradicional precio provisorio. Y ese precio será muy importante, porque el sector arrastra una pesada deuda y muchos dudan en volver a sembrar.

El de arroz es el grano más favorecido por la pandemia. Se podría decir que es el único sector del agro que ante la catástrofe tuvo un repunte de la demanda. Mientras casi todos los precios caían, el arroz no solo se sostenía, sino que la demanda se hizo más intensa.

Es el grano que asegura la alimentación de las multitudes más vulnerables, no es perecedero, ni siquiera tiene que molerse como el trigo, explicó una fuente cercana a la industria.

Por eso, los países que tienen multitudes vulnerables se han apresurado a aprovisionarse a lo largo de este año, al punto que el stock de arroz de Uruguay en junio es el más bajo para ese mes, al menos desde 2011.

Y eso porque las exportaciones durante abril, mayo y lo que va de junio han sido más del doble que en iguales meses de 2019. Hubo un ritmo muy intenso de ventas para una cosecha muy similar a la del año anterior, con menos área cosechada, pero muy buena productividad.

De ese modo, estaría colocado casi el 50% de la cosecha y aproximadamente un tercio de lo  cosechado ya ha sido embarcado.

Aguas turbulentas

Todo parece ir viento en popa, pero el arroz sigue transitando aguas turbulentas.

Sucede que no hubo acuerdo por el precio de la cosecha de 2019, el precio definitivo de esa cosecha realizada hace 15 meses no está todavía resuelto y será establecido a través de una costosa auditoría, lo que ha causado malestar entre algunos industriales.

El sector industrial no quiere arriesgar a que una baja en el segundo semestre la obligue a que un buen precio recibido provisoriamente termine generando una obligación de restitución de dinero por parte de los productores, una situación que ocasionalmente sucede y genera rispideces.

Al mismo tiempo un precio provisorio  para la cosecha reciente muy bajo también aumentaría un distanciamiento que viene de tiempo atrás.

Sea como sea lo que resulte del precio provisorio de esta zafra, hay un mejor ánimo.

Será un precio mejor al de la cosecha pasada, con un dólar algo más amigable, luego de una cosecha de buen rendimiento. Y aún así es muy probable que no pueda crecer en área de forma significativa y que siga arrastrando los problemas de endeudamiento que atraviesa desde hace varios años.

Aunque falta mucho y en este mes ha llovido bien, en el sector arrocero se da por casi seguro que hay represas en el este que sabían que no podrán llenarse.

“Quedaron absolutamente secas y por más que llueva será difícil que se llenen lo suficiente como para no ser una restricción para la próxima zafra. Sin contar las lluvias de esta semana, necesitan el doble de las lluvias normales durante los próximos tres meses para que se puedan llenar. Es muy poco probable que ocurra” explicó Daniel Gonnet, gerente comercial de Casarone.

Situación global

En el mundo hay abundancia de cereales. El  arroz no es la excepción, pero la pandemia provocó alteraciones en el suministro y un repunte en la demanda. 

Como en el trigo, el stock mundial de arroz previsto en 2021 es récord. 

Pero en este caso, el aumento es más leve y estable y previsible y acompasa el consumo. 

Eso lleva al riesgo de que pasado el pánico pandémico el precio del arroz puede volver a la calma una vez que los grandes exportadores de Asia vuelquen sus excedentes al mercado. El stock previsto a mediados de 2021 pasa de 181 a 185 millones de toneladas. Como proporción del consumo anual, sube de 37,1% a 37,4%. 

Es decir que las presiones de precios que se desataron en el primer semestre de 2020 no  es seguro que persistan en el mediano plazo.

Brasil siembra cada vez menos

Pero hay situaciones interesantes en la región, porque Brasil siembra cada vez menos área y, al mismo tiempo, exporta cada vez más con una moneda muy depreciada particularmente en los meses siguientes a la cosecha. 

Eso puede generar un faltante de arroz interesante en el segundo semestre de este año. Y además los arroceros brasileños tienen una posición corporativa de no aumentar el área para sostener el precio, por lo que el área seguirá bajando el año próximo y será la más baja en 90 años en el país vecino.

En parte el balance entre un mundo abastecido en teoría y una región en la que el país principal está corto de oferta dependerá de la evolución de la pandemia en países como India, y en otros grandes exportadores de Asia,  que requieren del esfuerzo humano directo para poner arroz entre una chacra y un barco.

India es un fuerte exportador de arroz a bajos precios, pero la cuarentena paraliza el comercio y vuelve muy riesgoso el envío de barcos.

Para el año 2021 no se espera una recuperación de área en Brasil, pero sí habrá una oferta mayor en Estados Unidos, donde se está sembrando un área mayor a la del año pasado.

La misma situación tiene Tailandia, que tras una mala producción este año va en camino a recuperar su oferta exportable en los próximos meses. Por otra parte Vietnam, otro país altamente competitivo ha manejado muy bien al SARS CoV 2 y puede mantener fluidas las exportaciones.

Pero esa limitación que tienen Estados Unidos y Tailandia ha generado una muy interesante oportunidad en México, un mercado recién recuperado por Uruguay tras un problema sanitario menor en el que Uruguay no tuvo culpa alguna.

 Un factor que paradojalmente puede ser de sostén por un buen tiempo es la crisis económica y social que sobrevendrá. El arroz es el alimento básico y fundamental que permite a quienes tienen un bajo nivel de ingresos mantener una dieta energéticamente razonable. Es un grano cuyo consumo baja ante una suba de ingresos y viceversa.

En el mediano plazo, para cuando la vacuna del SARS CoV2 esté y los consumidores vuelvan a centrarse en el impacto ambiental de los productos, el arroz uruguayo tendrá más oportunidad de construir un precio diferencial.

La cifra

US$ 9.03 El 2 de octubre de 2019 sucedió el último acuerdo entre productores (Asociación Cultivadores de Arroz) e industria (Casarone, Glencore, Coopar y Saman): US$ 9,03 por bolsa de 50 kilos de arroz cáscara sano, seco y limpio, puesto en boca de recibo, como precio provisorio del arroz de la zafra 2018/19.

El potencial uruguayo

Un reciente trabajo de varios autores uruguayos y de otros países acaba de mostrar que Uruguay por diversas razones es capaz de intensificar reduciendo el impacto ambiental por tonelada producida. El trabajo, que parece consolidar un camino de agregado de valor ambiental al arroz uruguayo puede encontrarse en el sitio nature.com.

Juan Samuelle

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