Agro > EL NUEVO INAVI
La batería de medidas para salir al rescate de la cultura de beber vino con moderación
Promover una reconversión vitícola, estimular el desarrollo de nuevos productos, apoyar catas y concursos locales, respaldar la flexibilización de la tolerancia cero de alcohol en sangre y rescatar la cultura de beber vino de modo moderado, realizar un manejo austero de los recursos y visitar viñedos y bodegas para tomar nota de las necesidades son algunas de las líneas de acción que instrumentará el nuevo comando del Instituto Nacional de Vitivinicultura (Inavi), destacó a El Observador su presidente, Ricardo Cabrera Trobo.
Considerando la vendimia de 2020, con base en el Programa de Registro de Viñedos la superficie en producción se ubicó en 6.144 hectáreas, con el 65,9% en Canelones. El área viene disminuyendo y uno de los objetivos es evaluar los motivos para encarar las medidas que correspondan. Se sabe, por ejemplo, que hay un tema generacional y productores que han salido para dedicarse a otros emprendimientos, “pero no porque el producto final no interese”, aclaró.
Esa situación alcanza a los viticultores, con la participación hoy de 925 de los 1.271 del inventario, y a las bodegas, con 221 registradas, de las cuales en la actual vendimia vinificaron 159.
A nivel bodeguero, se entiende que existe un proceso de reconversión empresarial, con casos en los que se dio lugar a crecimientos y otros en los que se terminó por tomar la decisión de dejar de producir.
Salir a la cancha
“Tenemos la intención de hacer una recorrida por viñedos y bodegas, para conocer qué necesidades hay y, desde los distintos departamentos del Inavi, por ejemplo desde la comisión enotécnica, actuar del modo más eficiente. Queremos desmitificar que hubo medidas del Inavi por las cuales algunos quedaron por el camino y aprovechar una de las fortalezas de la institución, la presencia en su dirección de las gremiales de productores e industriales y de representantes del gobierno”, explicó Cabrera Trobo.
Respecto a lo que reportó la vendimia, 94 millones de kilos de uva que permitirán vinificar 69 millones de litros, es lo adecuado considerando las demandas desde el mercado interno y externo. Pero, admitió, “si las ventas crecen, que es lo que se quiere, habrá que producir más, para lo cual será clave un plan de reconversión en los viñedos”.
Eso no sucede de modo coordinado y masivo desde 1998 y es impostergable “porque el tipo de aptitud productiva de las distintas variedades viene en declive, tras alcanzar el nivel máximo de rendimiento, sin perjuicio de que esa menor cantidad de kilos pueda estar incidiendo en la calidad”. El foco, dijo, debe estar en lo que los mercados demandan, para seleccionar el tipo de viña óptimo. También mencionó que las nuevas plantaciones ambientarán una baja de los costos productivos.
Tolerancia y nuevos productos
A propósito de medidas tendientes a incrementar el consumo, el Inavi se alineó detrás de apoyar la flexibilización que el gobierno promueve para la tolerancia cero de alcohol en sangre en los conductores de vehículos, hasta 0,3 gramos. Cabrera Trobo remarcó que “el sector promueve un consumo moderado, rescatar la cultura de beber una copa con vino en el almuerzo o en la cena, de modo inteligente y responsable”.
También existe la intención de apuntalar la producción de nuevos vinos, con menor graduación alcohólica, más frescos, más frutales, para seducir a nuevos segmentos, que complementen la oferta de vinos tradicionales en tintos, blancos, rosados y espumosos.
“Hay una enología moderna, que está para sumar, por ejemplo para atender de mejor modo a los jóvenes de 25 a 35 años”, dijo. Añadió que hay buen interés por vinos de mesa más dulces, más abocados, sea por azúcar, mosto concentrado o stevia, pero también por vino de mesa en tetra, seco, concentrado, sin agregados de azúcar, mostros o stevia.
El consumo interno, 22 litros per cápita al año, es de los mejores registros en la región, no obstante se entiende que hay espacio para estimular el crecimiento. Y que el consumidor esté avanzando en conocimientos sobre vinos, algo notorio, “es muy positivo”.
En el caso del vino importando, los volúmenes están bajando, en una opción que Cabrera Trobo entiende tiene un costado atractivo y es que hay propuestas de muy buena calidad, con valores interesantes por sus costos de elaboración y el tipo de cambio en los orígenes, como en Argentina y Chile, “algo que en el fondo sirve: esa buena calidad nos exige”, indicó.
Tras mencionar como ejemplo de un muy buen aporte un concurso de vinos que se hace para personas menores de 30 años, porque brinda pautas valiosas, reflexionó que promover catas y concursos es otra de las gestiones que se priorizarán. “Debemos volver a las raíces, generar el conocimiento del vino en catas regionales, apoyar el concurso nacional, a la Asociación de Enólogos no solo en su concurso, al concurso Tannat al Mundo y apoyar cursos, conferencias y seminarios. También vamos a estimular que haya capacitaciones para los funcionarios del Inavi, en diversos aspectos”, remarcó.
Volviendo al interés en respaldar nuevos productos, se insistirá en los jugos de uva: “Hay que buscar la tecnología que permita obtener jugos estables, con más sabor a fruta, sin aditivos, que puedan estar constantes en el mercado”.
Respecto al mercado externo, mencionó que se abastece con vino a granel, que es una válvula que conviene tenerla vigente, pero siempre defendiendo la relevancia de exportar vino con valor agregado, cosa que se viene realizando de buen modo con base en los vinos tradicionales.
El sector promueve un consumo moderado, rescatar la cultura de beber una copa con vino en el almuerzo o en la cena, de modo inteligente y responsable
En otro orden, el presidente del Inavi destacó el valor que tiene que Uruguay siga defendiendo su presencia en espacios internacionales que regulan la actividad. Mencionó al Comité Técnico del Reglamento Vitivinícola del Mercosur, al Grupo Mundial de Comercio del Vino, a la Unión Europea y a la Organización Internacional de la Viña y el Vino. “Tenemos que seguir participando, algo que hemos hecho y muy bien”.
Turismo enológico
El turismo enológico, se entiende, es otro pilar. Se está procesando un protocolo para que, cuando sea autorizado, se reactive “un buen canal comercial para las bodegas y muy interesante por lo que aporta para difundir el vino y su cultura, una actividad preciosa que permite la trazabilidad de la bodega familiar y del proceso desde el viñedo hasta cómo se sirve y degusta un vino”.
“Algo tradicional en el ser nacional”
El vino, remarcó Ricardo Cabrera Trobo, “es un alimento que data de 4.000 años AC, ha sido y es un vehículo cultural de la humanidad, que enaltece valores como la familia, la amistad, la salud, la calidad de vida. Estar alrededor de una copa con vino es algo tradicional en el ser nacional”.
Mencionó, a modo de ejemplo del buen proceder del uruguayo, que “en la cuarentena voluntaria por la pandemia de covid-19 se procedió con responsabilidad, la gente se quedó en casa como se le pidió, la enfermedad se ha podido controlar y esa conducta es la que estamos seguros tendrá la gente para, bebiendo vino de modo responsable, luchar contra el alcoholismo”.
“El uruguayo es un gran promovedor del consumo moderado”, subrayó el presidente del Inavi.
Con austeridad
