Inés Guimaraens

ARU: la gremial que mantiene la relación más efectiva con gobiernos

A pesar de que el imaginario popular los tilda como los "ricos" del campo, la Asociación Rural del Uruguay juega un rol crítico

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17 de enero de 2018 a las 05:00

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La gremial que en la jerga popular representa a los dueños de las 4X4 y el poder económico ha significado, históricamente, el puente que tiene el gobierno para lograr una estabilidad en las políticas hacia este sector. Y la crisis actual no es la excepción.

En ese marco, la Asociación Rural del Uruguay (ARU), que ha sido definida como la institución de los ganaderos, se ha caracterizado por un papel cuidadosamente desarrollado en el relacionamiento con los gobiernos de turno, de diálogo concreto a pesar de una mayor o menor dureza en los discursos públicos. Su objetivo es alcanzar una estrategia que permita los mejores resultados de entendimiento y de gestión productiva. Su posición ha sido conocida en diferentes instancias decisivas en las últimas décadas, en diferentes momentos económicos y políticos, pregonando la libertad de mercados.

No puede sorprender por lo tanto que el diálogo del presidente Tabaré Vázquez con las gremiales rurales del pasado lunes se originó en la llamada del mandatario al titular de ARU, Pablo Zerbino, sentado a su derecha durante la reunión en la residencia oficial de la avenida Suárez.

Ante el planteo de Zerbino, la invitación presidencial a la ARU fue extensiva al resto de las seis gremiales que se habían reunido en la mañana del lunes. La propia actitud de Tabaré Aguerre antes de concretar su alejamiento del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), al llamar a Zerbino para decirle "aquí estoy", está en esa línea de relacionamiento. Aguerre manifestó que estaba trabajando, en momentos en que desde el sector gremialista en medio de la movilización arreciaban los comentarios de que el ministro estaba desaparecido.

Aunque la tribuna de la Exposición Ganadera del Prado ha generado algunas rispideces, siempre ha sido de mayores encuentros, fundamentalmente para que los diferentes estamentos del gobierno pudieran conocer mejor los detalles que hacen al negocio ganadero, tan salpicado de hechos de mercado, condiciones económicas o climáticas.

Para el gobierno, la línea de diálogo con la ARU ha significado una mayor estabilidad en la consideración de aspectos políticos y económicos que otras agremiaciones. La gremial de la avenida Uruguay ha sido siempre de valioso aporte además por la vía de documentos de la Dirección de Estudios Agroeconómicos, en cuanto a transmitirle al gobierno de turno su visión sobre la forma en que impactan las distintas políticas.
Así fue que Zerbino se permitió, dentro de una línea de cuestionamientos, reflexionar que el escenario actual ha cambiado y ha declarado incluso que "deshacer las políticas sociales que nos están complicando es difícil", al hacer referencia a los altos costos que tiene el país productivo.

Mediación en una huelga de hambre

A fines de los años de 1990, granjeros manifestaron su descontento con una huelga de hambre. La ARU recibió la preocupación del gobierno por esta situación y le pidió mediar. Por lo tanto, uno de sus más calificados dirigentes, hoy desaparecido, fue encomendado para negociar con quien lideraba la protesta. Un encuentro en horas de la noche de los dos protagonistas en los accesos a Montevideo permitió lograr una solución.
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