Nacional arrancó el Clausura como terminó el Apertura y el Intermedio. Con movimiento de piezas entre los titulares, con triunfos y con respuestas de un plantel que por profundidad de recursos, riqueza individual y estado motivacional es por lejos el mejor del fútbol uruguayo.
El tricolor le ganó a Torque por un 3-2 que no reflejó la diferencia que hubo entre uno y otro equipo, entre una y otra propuesta.
Cuatro días de largar el semestre con empate ante Sol de América como visitante, por Copa Sudamericana, Alexander Medina apeló para el debut en el Clausura a Santiago Romero como titular en lugar de Jorge Fucile, lesionado, a Gabriel Neves y Christian Oliva en el medio saliendo Luis Aguiar (Romero pasó del medio al lateral) y con Carlos De Pena en ataque por izquierda en lugar de Tabaré Viudez.
Naturalmente, Nacional fue un equipo más intenso, explosivo y con vocación de protagonista con respecto al de la visita a tierras paraguayas.
Torque entró a cerrar filas dejando un solo punta arriba, Pablo Olivera.
Y el tricolor fue a la carga con sus dos zagueros internándose aleternadamente en campo enemigo para lograr desmarques y espacios.
Arrancó con mucha chispa por la banda derecha con la conexión Romero-Zunino.
Neves sorprendió jugando como 5 y hundiéndose entre los zagueros para dar el primer pase y organizar la salida.
Eso adelantó unos metros en el campo a Oliva quien esta vez no estuvo tan fino en el pase. No es lo mismo organizar y jugar con el campo hacia adelante con espacio para lateralizar que hacerlo durante varios tramos del partido de espaldas al arco rival, asfixiado por la presión y la superpoblación de piernas dispuestas a achicar el espacio.
Pero iban apenas 4 minutos cuando el equipo ejecutó a la perfección el plan esbozado por el Cacique.
Neves conectó en forma vertical con Oliva y este descargó a la derecha con Zunino quien metió un centro notable al segundo palo. Pasó de largo el golero Cristopher Fiermarín y De Pena conectó en el segundo palo con el arco vacío. Atorado por la pelota definió por encima del travesaño.
Líneas de pase verticales, sentido de profundidad de las acciones y velocidad para terminar las jugadas.
Todo eso mostraba Nacional en los primeros 15' cuando Torque pasó de defensa a ataque y sorprendió a una defensa que mostró signos de debilidad cada vez que fue exigida.
No contuvo Zunino el desborde del lateral Andrew Teuten, no reaccionó a tiempo Romero que fue anticipado por Leonardo Pais y no bloquearon los zagueros el potente remate de Gonzalo Sena que dejó sin asunto a Esteban Conde.
En una ráfaga electrizante, Torque desplegó sobre el Parque Central su capacidad para pasar rápido y masivamente al ataque y pegó primero golpeando las intenciones y el buen juego propuesto por Nacional.
Pero si había algo que no podía inquietar a hinchas, jugadores ni cuerpo técnico era esa desventaja.
Porque el 10 de junio, en la final del Intermedio, Torque estuvo 30 minutos arriba de Nacional en el Centenario por 2 a 0 pero al final el que festejó fue el tricolor cuando Luis Aguiar se puso el equipo al hombro e igualó el partido para que lo definiera después, en tiempo agregado, Gonzalo Bergessio.
Es cierto que el gol trastocó el plan original y que el benjamín de la división defendió bien hacia el final del primer tiempo, más allá de un mal rechazo del zaguero Molina tras un cabezazo de Rodrigo Erramuspe en el que la pelota dio en el travesaño.
Erramuspe se soltó al área como centrodelantero y cabeceó un centro de Rafa García mandado desde posición de número 8. Una muestra gráfica de la intensa profundidad con la que Nacional jugó el partido.
Todo pudo cambiar en el comienzo del complemento cuando Papelito Fernández se escapó solo en un inesperado contraataque. Pero su remate fue contenido por el golero en gran reacción.
Entonces Medina movió el banco. Porque sabe que su banco tiene –al menos para el ámbito doméstico– todas las respuestas.
Y a Aguiar le calzó justo el ingreso. Tiro libre al borde del área. Entró como un estudiante al que le tocó de primera pregunta en un examen oral el tema que más le gustó estudiar.
La colgó al segundo palo. Golazo.
Antes, el Chory Castro le había puesto más sal a la banda izquierda mejorando el flojo partido de De Pena.
Y después otra vez Aguiar fue clave al tomar un rebote del borde del área y sacar un misil que rebotó en el vertical derecho. Barcia capitalizó el rebote para dar vuelta las acciones.
Increíblemente, el partido se puso otra vez cuesta arriba (2-2) tras un penal evidente de Rafa García sobre un Gastón Vitancourt que entró atrevido y encarador (Brun lo facturó). Entonces el tricolor tiró la camiseta para llevarse el partido a como diera lugar.
Así como Castro y Aguiar pusieron el oficio y la pausa necesarias, Brian Ocampo le aportó frescura. Encaró y generó faltas por derecha con picardía y velocidad. De una de esas surgió el tiro libre que Castro mandó al corazón del área chica y que Pais –que había quedado solo contra cuatro– se metió en contra.
Nacional sigue igual por casa. Gana con un plantel que siempre responde.
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