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Bitcoines son un botín cada vez más apetecible para delincuentes

Hay casos de secuestros por cifras millonarias en varios países
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21 de febrero de 2018 a las 05:00
Nathaniel Popper
New York Times News Service

Iban tras un botín de monedas virtuales, pero las armas que portaban no eran nada virtuales. El mes pasado, en un centro vacacional ubicado en una playa de Phuket, Tailandia, los asaltantes empujaron a su víctima, un joven ruso, al interior de su apartamento, donde lo mantuvieron cautivo con los ojos vendados hasta que accedió a transferir con su computadora bitcoines por un valor aproximado de US$ 100 mil a un monedero en línea.

Unas semanas antes, el director de una casa de cambio de bitcoines de Ucrania fue víctima de secuestro y la condición de su liberación fue que la empresa pagara un rescate de US$ 1 millón en bitcoines. En la ciudad de Nueva York, un hombre mantuvo cautiva a su víctima hasta que le transfirió más de US$ 1,8 millones en ether, una moneda virtual cuyo valor se clasifica solo por debajo del valor del bitcóin.

Los ricos siempre han temido ser víctimas de robos y extorsiones. Ahora, quienes tienen grandes cantidades de bitcoines y otras monedas similares se han convertido en blanco de delincuentes, en especial a partir de que los precios de estas monedas virtuales se dispararon hasta la estratósfera el año pasado.

Blanco fácil

Es muy sencillo transferir monedas virtuales a una dirección anónima configurada por un delincuente. Si bien los bancos pueden bloquear o revertir transacciones electrónicas efectuadas bajo coerción, no existe un banco de bitcoines que pueda cancelar una transferencia, por lo que un asalto armado de este tipo es muy atractivo debido a las altas probabilidades de concretarlo con éxito. Varios asaltantes han aprovechado este sistema en muchos casos recientes y en lugares muy diversos, desde Rusia, Ucrania y Turquía hasta Canadá, Estados Unidos y el Reino Unido.

"Esta práctica se está haciendo muy común y cada vez afecta a más divisiones de gobiernos locales dedicadas a investigar el crimen organizado y delitos violentos", afirmó Jonathan Levin, el fundador de Chainalysis, una empresa que ha colaborado con varias agencias policiales en la investigación de delitos relacionados con monedas virtuales.

La empresa de Levin se especializa en rastrear transacciones delictivas en la cadena de bloques, el registro computarizado donde se asientan públicamente las transacciones realizadas con bitcoines.
Chainalysis ha ayudado a la policía a intentar rastrear a los delincuentes en varios casos recientes, incluso algunos que no se han dado a conocer al público en general, según comentó Levin.

Sin embargo, a pesar de que es posible rastrear una transacción con bitcoines, el diseño del sistema no exige a los delincuentes asociar su identidad con su dirección bitcóin, como sucede con la mayoría de las cuentas bancarias tradicionales. Esta característica ha obstaculizado las acciones policiales en varios casos.

"Por eso, la ventaja de bitcóin es que es difícil verificar", señaló Chanut Hongsitthichaikul, un investigador de la estación de policía de Chalong, encargada del caso de Phuket. "Le preguntamos a la víctima cómo podía rastrearse porque los usuarios conocen bitcóin mejor que nosotros. Les preguntamos cómo podía verificarse al receptor de la operación. Su respuesta fue que no existe un mecanismo para hacerlo. Es difícil".

La policía tailandesa localizó en Kuala Lumpur la laptop de la víctima, que también se robaron los delincuentes. Ahí perdieron el rastro.Si bien es cierto que algunos delitos cometidos recientemente han escalado en violencia, por desgracia los poseedores de monedas virtuales han sido blanco de actividades criminales desde hace varios años.

Los delincuentes con frecuencia intentan intervenir de manera remota los números celulares de personas conocidas que poseen monedas virtuales para así controlar sus monederos digitales.


Hace algunos años se reportaron casos de delincuentes que hacían llamadas para solicitar el envío de equipos expertos en armas y tácticas especiales (SWAT, por su sigla en inglés) a los hogares de algunos de los primeros partidarios de bitcóin y exigían pagos sustanciales en bitcoines para dejar de aplicar este método de acoso, una práctica que se designó "SWATing" en algunas comunidades en línea.

También se han documentado asaltos en distintas partes del mundo en situaciones en las que algunas personas querían convertir efectivo en moneda virtual, como un caso registrado el año pasado en Palm Beach, Florida, de un delincuente que fue arrestado tras haber huido con US$ 28 mil.

Violencia proporcional a precio


El problema es que, a medida que se ha ido elevando el precio de los bitcoines, el descaro de los delincuentes también ha ido en aumento. Exmo, la casa de cambio de monedas virtuales de Ucrania, sufrió el ataque más audaz denunciado hasta ahora. Un día después de Navidad, unos secuestradores raptaron a su funcionario Pavel Lerner. Lo liberaron unos días más tarde, después de que la empresa pagó un rescate en bitcoines equivalente a alrededor de US$ 1 millón.
Una vocera de Exmo declaró que el pago se efectuó con fondos personales de Lerner, quien no trabajará por algún tiempo, pero planea regresar más adelante a la empresa.

Un mes antes en Estambul, una pandilla armada interceptó el auto de un empresario turco y lo obligó a revelarle las contraseñas de sus monederos de criptomonedas —que contenían bitcoines por un valor aproximado de US$ 3 millones—, pues al parecer tenían información acerca de sus inversiones, según las noticias locales.

Muchos inversionistas que tienen cantidades considerables de monedas virtuales han dicho en privado que dejarán de viajar a Rusia, Turquía y otros países donde creen que podría resultar más fácil concretar ataques debido al crimen organizado.

No obstante, también en otros países se han reportado ataques a mano armada, por ejemplo, una casa de cambio de bitcóin canadiense en Ottawa, el inversionista que tenía ether en la ciudad de Nueva York y un conocido intermediario de monedas virtuales que vive cerca de Oxford, Inglaterra.

En varios casos ha sido posible atrapar a los asaltantes y obligarlos a devolver el dinero gracias a que existían grabaciones en video. Sin embargo, en otros casos, los delincuentes siguen libres.
La mayoría de las personas que tienen grandes inversiones en criptomonedas se muestran renuentes a hablar en público acerca del riesgo de sufrir ataques físicos, pues temen que eso las convierta en blancos.

Con todo y este riesgo, Jameson Lopp, un ingeniero especializado en bitcóin, quien también posee monedas virtuales, opina que la comunidad debería tomar una actitud proactiva frente a esta amenaza, de manera que los delincuentes sepan que todos están tomando medidas para protegerse. El verano pasado, alguien solicitó que un equipo SWAT acudiera al domicilio de Lopp para acosarlo. Después del incidente, Lopp instaló cámaras de circuito cerrado por toda su propiedad y publicó en Twitter fotos del arma automática que tiene en casa.

"Cuando eres rico y tienes bienes como inmuebles, acciones o un equipo deportivo, nadie puede asaltarte y quitarte tu equipo", explicó. Cuando tienes criptoactivos líquidos, te vuelves mucho más atractivo para ese tipo de ataques delictivos", reconoció Lopp.

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