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China: cae la producción de autos de empresas extranjeras y crecen las compañías locales

Una advertencia a la economía globalizada: Beijing empuja a sus fabricantes locales del mercado automotor y desacelera los estímulos a las corporaciones extranjeras como Nissan, General Motors o Volkswagen que entraron al mercado chino
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10 de agosto de 2022 a las 05:01

Durante décadas, los grandes fabricantes de automóviles que querían invertir en China para abaratar costos debían ingresar al mercado local con el sistema de joint ventures con compañías chinas. Esa estrategia permitía a las menos experimentadas empresas locales conocer mejor los procedimientos del sector. Tras dos décadas, las empresas chinas lograron un fuerte desarrollo.

Por caso, en 2000, la empresa alemana Volkswagen poseía más del 50% del mercado chino. Sin embargo, en 2021, las compañías extranjeras vieron cómo su cuota conjunta en el mercado automovilístico chino se reducía en 5,5 puntos porcentuales hasta el 45,6%. En el primer semestre de 2022, la cuota de Volkswagen se redujo al 15,5% del mercado.

Hay dos factores que impulsan la creciente competitividad de los fabricantes de automóviles chinos, según la agencia Bloomberg. En primer lugar, la creciente reserva de talento técnico nacional ha contribuido a la creación de pujantes fabricantes privados como BYD, Great Wall Motor y Geely.

Para tener dimensión del peso de las automotrices chinas, la megacompañiaGeely(Zhejiang Geely Holding Group) compró parte del paquete accionario de Volvo y, a principios de 2021, el presidente de la empresa china tuvo que dar marcha atrás con la idea de adueñarse de la mayoría de las acciones de la compañía sueca.

Desde la casa matriz de Volvo y del propio gobierno sueco se opusieron. El estado sueco tiene una participación indirecta en Volvo a través de los fondos de inversión soberanos AP Fund, AMF y Folksam. No obstante, tanto suecos como chinos llegaron a un acuerdo: estrechar lazos para el desarrollo de nuevas tecnologías.

En otras áreas donde chinos y extranjeros desarrollaron negocios conjuntos -en el rubro automovilístico- se dio otro fenómeno más asociado al marketing y al diseño: las fábricas chinas comenzaron a contratar a los mejores diseñadores extranjeros de la alemana BMW o de la empresa de diseño italiana Pininfarina. Con eso apuntan a ganar consumidores europeos y norteamericanos y no solo fortalecer el potente sector dentro de China.

Autos eléctricos

Otro plano importante en esta política de crecimiento agresivo de las empresas chinas se da en el desarrollo de autos eléctricos. En 2021, a nivel global la venta de autos eléctricos creció un 121% respecto de 2020. Allí la delantera la tuvo China, ya que sus ventas representaron el 172% mientras que en Estados Unidos el aumento fue del 62%. En Alemania ese segmento creció el 83% y en el Reino Unido el 76%.

Un dato significativo a nivel global: el último trimestre del año declinó la fabricación debido a la escasez mundial de chips semiconductores por la pandemia del Covid 19. Buena parte del conflicto desatado por la visita de Nancy Pelosi a Taiwán se debe a que Estados Unidos quiere que las potentes tecnológicas taiwanesas monten plantas de chips en ese país y limiten o corten las ventas a China. Se trata nada más y nada menos que una Guerra Fría en tecnologías claves para las economías más sofisticadas. 

China, en relación a sus competidores del rubro eléctricos, puede construir carrocerías más livianas, clave en este segmento. También tienen acceso a conocimientos de vanguardia en materia de baterías a través de líderes locales como la empresa AmperexTechnology.

En la actualidad, Tesla, la compañía del magnate sudafricano Elon Musk, es el único fabricante extranjero de automóviles que aparece en la lista de los 10 vehículos eléctricos más vendidos de la del sector en China. La empresa de investigación Redburn estima que Volkswagen solo ocupa el 10,8% del mercado de vehículos eléctricos de China en lo que va de 2022, aunque la compañía alemana, lejos de querer retirarse del gigante asiático, tiene previsto lanzar nuevos modelos y está invirtiendo en centros de investigación y venta.

Este aumento de la competitividad tiene repercusiones fuera de China. A medida que los fabricantes chinos se expanden, reinvierten sus ganancias y en perspectiva tienen más chances de ganar porciones de mercado de las tradicionales compañías estadounidenses, europeas, japonesas y coreanas.

Además, logran inversionistas extranjeros. Por caso, BYD, el fabricante de automóviles chino está respaldado por el multimillonario Warren Buffett, y disputa a Tesla el título de mayor fabricante de vehículos eléctricos del mundo. BYD ya gana terreno en otros países.

Se da la paradoja de que las empresas chinas ganan mercados en países extranjeros de la mano de grandes inversionistas occidentales. De modo que las tensiones que significa el crecimiento económico de China van asociados no solo a sus políticas de expansión comercial y financiera sino también al interés que despiertan en quienes mueven grandes masas de dinero en países donde sus gobiernos están tensando las cuerdas contra Beijing.

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