Dolores De La Puerta, reconocida médica española, desde hace muchos años, enfoca sus estudios y su práctica clínica en la microbiota. Afirma que los seres humanos “somos tan microbianos como humanos” dado que tenemos en el cuerpo más bacterias en el intestino que células en el cuerpo completo. ¿Será por esto que es tan relevante que conozcamos y le prestemos no solo cuidado sino también especial atención?
La microbiota es un órgano vital de relevante importancia para la salud del cuerpo y de la mente. Es un ecosistema compuesto por millones de microorganismos que viven en simbiosis en cada ser humano. La microbiota tiene vía directa de comunicación y acción en nuestros cerebros y nuestros cuerpos. Tanto así que de su buena composición y funcionamiento, depende nuestra salud: mental, del cuerpo y del espíritu.
Los microorganismos que viven en nosotros se alojan en diversas partes de nuestro cuerpo. Es el intestino el mayor reservorio de estos, componiendo la microbiota intestinal, la de mayor relevancia para la salud.
¿Por qué es importante saber de nuestra microbiota?
Su normal funcionamiento, también llamado patrón eubiótico, es una especie de garante de salud mental, emocional y física. Por el contrario, el funcionamiento disfuncional de la microbiota favorece alteraciones y enfermedades. Las cuales sin atención, podrán cronificarse. La inflamación, tan generalizada en la actualidad, es indicador de disbiosis.
Lo que ocurre en nuestra microbiota, afectará nuestro cuerpo y también nuestra mente. Los microorganismos intestinales están en constante interacción con nuestros genes, generando cambios funcionales.
Si aún te preguntás si es importante prestar atención y cuidado a la microbiota, es interesante que sepas que el 90% de las reacciones inmunitarias comienzan en tu intestino a través de la acción de tu microbiota.
Cada uno de nosotros adquiere su microbiota desde el vientre materno, con una especial colonización durante el parto. A medida que transcurren los días y la vida, vamos integrando los diversos hábitos que tendrán su impacto. Diversos factores serán relevantes: características del embarazo, la lactancia y el ambiente en general, entre otros.
La microbiota es personal y característica, al decir de la Dra. de la Puerta que es tan propia como la huella digital. Si bien una parte de la microbiota se mantendrá en el tiempo, otro tanto irá cambiando según el momento y las circunstancias de la vida. Por eso es que existirán patrones funcionales o disfuncionales. Lo interesante es saber que podemos influir en nuestra microbiota. De manera que si algo no ha funcionado adecuadamente, en determinado momento de la vida, podremos revertir sus afecciones. ¡Al menos hasta cierto punto!
¿Qué afecta nuestra microbiota para bien o para mal? ¿Cuáles son las claves para influir positivamente en ella?
La salud o alteración de la microbiota se relaciona con las emociones, con las conductas y con el funcionamiento físico. Depresión, ansiedad, trastornos alimentarios, alteraciones conductuales así como neurodegenerativas, alteraciones de los diversos sistemas u órganos del cuerpo y un interminable listado, tendrán que ver con el estado de la microbiota.
La microbiota intestinal se conecta con el cerebro a través del nervio vago, que atraviesa el cuerpo y está involucrado en diversas funciones. El nervio vago “deambula por el cuerpo” y comunica el intestino con el cerebro, de tal forma que todo lo que sucede en los intestinos, afectará al cerebro, así como el cerebro dará órdenes al intestino.
Dar pasos firmes para nuestra salud es: sostener una alimentación saludable, variada y balanceada. Realizar ejercicio diario, tenerlo en agenda y que sea impostergable. Mantener contacto con la naturaleza y disfrutar los beneficios del sol. Diariamente asegurar el descanso suficiente y de calidad, en concordancia con el ciclo circadiano. Gestionar las emociones y el estrés en especial. Tener relaciones saludables y nutritivas. Cuidar de los propios pensamientos y hábitos.
Ser conscientes del impacto de lo que hacemos, pensamos, sentimos y cómo nuestros hábitos afectan a la microbiota, nos ayudará a comprometernos. Pequeños pasos, irán uno a uno, haciendo una gran diferencia.
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