Los trabajos para exhumar por primera vez a víctimas de la guerra civil española, ocurrida entre 1936 y 1939, enterradas en el monumental mausoleo del Valle de Cuelgamuros, antes llamado Valle de los Caídos, cercano a Madrid, dieron inicio, informó este lunes el gobierno español.
“Son trabajos técnicos”, indicó Isabel Rodríguez, la portavoz del gobierno del presidente Pedro Sánchez a la Televisión Pública Española. Rodríguez afirmó que “lo relevante es que, por fin, y quizás con mucho tiempo de retraso, la democracia española está dando respuesta a esas víctimas”.
La portavoz no dio detalles de los trabajos, pero según el diario El País, que adelantó la información, se trata de un equipo multidisciplinario que buscará recuperar los restos de 128 víctimas reclamadas por sus familiares. Esos reclamos, en algunos casos, tienen décadas.
Según El País, dentro de la imponente basílica, erigida por el dictador Francisco Franco, se instaló un laboratorio donde trabajarán forenses, arqueólogos, genetistas y miembros de la Policía Científica para recuperar los cuerpos, enterrados en criptas de difícil acceso detrás de las paredes del mausoleo.
El Valle de Cuelgamuros está a unos 50 kilómetros de Madrid, puede verse desde la carretera y representa una de las obras monumentales del franquismo, cuyo gobierno duró desde el fin de la guerra civil en 1939 hasta 1975, con la muerte del dictador y el comienzo de la transición a la democracia.
El Ministerio de Memoria Democrática no respondió de inmediato a la solicitud de AFP, según consigna la agencia de noticias en un despacho, para obtener detalles de los trabajos, que se auguran largos.
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El Valle de Cuelgamuros está a unos 50 kilómetros de Madrid, y representa una de las obras monumentales del franquismo.
En la basílica, coronada por una cruz de 150 metros de altura, construida a mayor gloria suya por el dictador Francisco Franco, yacen unos 33.000 combatientes de los dos bandos de la guerra –el franquista, vencedor de la contienda, y los republicanos–, que fueron llevados ahí sin permiso de las familias.
En un lugar privilegiado del altar reposaron los restos de Franco desde su muerte en 1975 hasta octubre de 2019, cuando el gobierno del socialista Pedro Sánchez decidió su trasladó a un cementerio a las afueras de Madrid.
En abril de este 2023 también fueron retirados del altar los restos de José Antonio Primo de Rivera, el fundador del partido fascista español Falange, y llevados a un cementerio civil. Esta última exhumación se produjo tras la entrada en vigor en octubre de 2022 de la llamada Ley de Memoria Democrática, votada por mayoría en el Parlamento y que busca resarcir a las víctimas del franquismo, recuperar restos de víctimas y convertir el mausoleo del Valle de Cuelgamuros en un lugar de memoria sobre este período sombrío.
Los trabajos en Cuelgamuros comienzan a semanas de las elecciones legislativas del 23 de julio. La derecha de Vox, que logró un caudal importante de respaldo en las urnas y se proyecta con fuerza en esos comicios, prometió derogar la Ley de Memoria Democrática, alegando que divide y reaviva heridas en la sociedad.
También el líder del Partido Popular, de derecha más moderada, Alberto Núñez Feijóo, confirmó la semana pasada que de llegar al poder revocará la legislación, ya que, a su juicio, es una de las “leyes minoritarias” que el gobierno de Pedro Sánchez impuso “a las mayorías”.
“Todavía estoy por comprender qué le molesta a Feijóo de que familias españolas quieran tener enterrados a sus muertos donde deseen”, respondió este lunes la portavoz de Sánchez, Isabel Rodríguez.