Tras la aceleración de tendencias registrada a raíz de la pandemia, quienes se desempeñan en el área de recursos humanos aseguran que la gestión de la marca empleadora ha tomado una dimensión crucial.
Es por ello que el tema se trató con la presencia de dos expertas regionales el último congreso de la Asociación de la Asociación de Profesionales Uruguayos de la Gestión Humana (Adpugh). Se trató de las argentinas Paula Molinari, presidenta de la consultora Whalecom, y Carolina Borrachia, CEO de Combo Employer Branding.
Las consultoras coincidieron en que la pandemia resignificó la importancia del trabajo en la vida de las personas y las está llevando a tomar relevantes definiciones laborales. Según Molinari, se generó un cuestionamiento y un “rearmado” de la relación entre trabajo y vida: “el trabajo ya no es lo más importante y tiene que agregar valor e impacto positivo”.
En ese contexto, señaló que a las empresas se les dificulta el accionar porque ya no se trata solo de la “propuesta de valor sino de cómo te sumás a ese sueño”.
Aquí entra a tallar la marca empleadora, que, en grandes rasgos, la reputación de la empresa que permite atraer y retener personal.
Según Molinari, lo más potenten que se puede hacer es acercarse a las personas “con una intención honesta y tratar de matchear con sus intereses”
Recordó que hace unos años el dueño de una agencia de publicidad le agradeció por haberle indicado con una sola palabra cómo retener a su empleada más valiosa. El consejo de Molinaria había sido: "Preguntale". Cuando el empresario le consultó a la empleada qué podía hacer para que "fuera feliz trabajando en la empresa", ésta le respondió que necesitaba salir todos los días a las 16.30 para ir a buscar a sus hijos al colegio. Fue así como con un cambio de horario, la persona continuó trabajando por varios años más.
Borracchia apuntó que para eso hace falta coraje. En la mayoría de los casos, comentó, no se trata de una cuestión de presupuesto, sino de animarse a preguntar determinadas cuestiones, que en ciertas compañías parecen vedadas.
"RRHH está acostumbrado a tener que saber la respuesta y en realidad lo que debería saber es preguntar. Debería aprender mucho de marketing", explicó en relación a la autoexigencia que detecta en el departamento de RRHH en cuánto al conocimiento de las personas.
Borracchia también recordó una anécdota al respecto. Tras una charla que brindó en Paraguay, se le acercó una gerenta de una empresa que se lamentó de lo ingrato que era el personal de su empresa. Le habían construído un gimnasio como beneficio, porque otras empresas lo brindaban, pero los empleados no concurría. "¿Ustedes les preguntaron a las personas si necesitaban o querían un gimnasio", disparó Borracchia. No lo habían hecho.
Además del desafío de escuchar y conocer más a los empleados, Borracchia marcó la importancia de entender "la presencialidad con sentido versus la presencialidad por la presencialidad misma".